26 oraciones de ejemplo con labios delgados

Sus ojos eran medio cerrados y pequeños, pero muy vivos, formando armoniosa simetría con sus labios delgados, largos y elásticos, que en los momentos más ardorosos de la conversación avanzaban formando un tubo acústico que daba á su voz intensidad extraordinaria.

Ya puede Belarmino encerrarse en silencio hermético y filosófico, dando a entender, con la sonrisa de sus labios delgados y sin color, que está, al cabo, por encima y a distancia de todas las cosas.

El moro oceánico es en general de regular corpulencia, estatura mediana, de color cobrizo amarillo, propio de la raza malaya; ojos obscuros y rasgados, cejas pobres, nariz roma y labios delgados, por más que el uso del bullo no permita apreciar esta circunstancia; la cara resulta enjuta de carnes aunque ancha por lo saliente de los pómulos.

El rostro de suaves líneas; los labios delgados; la nariz afilada; el mentón saliente y azuloso; la voz fina, aguda, de timbre dulzarrón.

Sus mejillas, hundidas, estaban surcadas de arrugas; pero en su boca, más bien grande que pequeña, había firmeza y brío, y sus labios delgados se plegaban con gracia, prestando animación a toda la fisonomía y dejando ver dos hileras de dientes blancos, sanos y bien puestos.

Los ojos miraban con una suavidad retraída, y la fisonomía rara vez se animaba sino con aquella ligera sonrisa de los labios delgados.

Sir Evandale, su hermano, tenía el rostro anguloso, los labios delgados y descoloridos, la mirada torva y traidora.

el rostro adornado con dos magníficas patillas, los labios delgados, ojos claros y azules, tez rosada, y un gracioso hoyuelo en la barba.....

Aquellos salvajes eran todos altos y membrudos, y a primera vista parecían negros africanos; pero mirados despacio se advertía que su piel era de un tinte aceitunado y sus facciones más finas que las de aquéllos; pues tenían narices regulares y no achatadas, labios delgados, bocas pequeñas y rostros ovalados.

Es un hombre flaco, de color moreno que tira á aceitunado, de labios delgados, ojos negros opacos que miran con notable insistencia, lampiño hasta cierto punto, pues que no adorna su rostro más que exiguo y negro bigote y no ofrecen sus mejillas señales del paso de la navaja; la nariz fina y la frente levantada y estrecha.

¡Oh, no; no hay mentira en declarar que es hermosa! Sus cabellos son rubios y claros, y están anudados por detrás de un modo sencillo y original: los ojos de un azul oscuro como el cielo de Andalucía: la frente un poco estrecha, como la de las estatuas griegas: la nariz delicada y correcta: los labios delgados y rojos y siempre húmedos: la barba bien señalada, y el cuello mórbido y flexible.

Su piel era rojiza, sus cabellos largos y relucientes, sus labios delgados, y los juanetes de sus mejillas muy sobresalidos.

, que parecen arrancar desde la frente, boca grande y labios delgados, con pintura escarlata en los carrillos: esa es la china.

Dos religiosas estaban en el locutorio cuando penetró en él Doña Beatriz: una de ellas, alta, de naríz aguileña, boca grande, labios delgados, ojos pardos redondos, chispeantes, representaba tener cuarenta y cinco años: la otra, baja de cuerpo y con una fisonomía enteramente vulgar.

En lugar de nariz, dos hoyos profundos de donde salía vapor; abajo, la raja desmesurada de una boca de reptil provista de muchos dientes agudos que no llegaban a cubrir los labios delgados y córneos.

V ENTRE COMPADRES Alto, enjuto, largo de brazos, afilados los dedos, pequeña la cabeza, el pelo escaso y rubio, los ojos azules y sombreados por largas cejas, nariz puntiaguda, labios delgados y pálidos, y sobre el superior un bigote cerdoso, entrecano y sin guías, por estar escrupulosamente recortado encima de aquel contorno de la boca.

Sus labios delgados y hundidos se dilataban á la sombra de su nariz desmesurada y corva como el pico de un aguilucho; y aunque de sus ojos pequeños, verdes, redondos y casi ocultos entre las espesas cejas, brotaba una chispa de mal reprimida cólera, seguía impasible golpeando con su martillito de hierro el yunque donde aderezaba las mil baratijas mohosas y al parecer sin aplicación alguna de que se componía su tráfico.

Sus labios algo gruesos daban á su boca cierta espresion amorosa y de voluptuosidad, á que nunca pueden pretender los labios delgados y sutiles; y sus sonrisas frecuentes, llenas de encanto y de dulzura, manifestaban que no ignoraba cuánto valor tenian las dos filas de blancos y menudos dientes que en cada una de ellas francamente descubria.

Como los ojos de Toribio, los de Rita abríanse pequeños y bermejos, y sus labios delgados, circuídos de pequeñas arrugas, adquirían al cerrarse, expresión cruel.

Esa palidez, esos labios delgados.

Yo no recordaba bien a Chico; me lo pintaban como un tagarote de taberna, ordinario y bestial, y yo tenía de él la idea de un tipo casi elegante, fino, con unos ojos muy vivos e inteligentes, la nariz un poco aplastada, los labios delgados, el color pálido y el cuerpo esbelto.

» Tenía la boca grande y los ojos chicos, los labios delgados y la mirada sutil y algo truhanesca, lo cual daba al conjunto de su fisonomía una expresión que no resultaba antipática.

Era tipo de estatura mediana, bien plantado, moreno, esbelto, de ojos claros, facciones serias y tristes, y labios delgados.

Era una mujer gruesa, con unos ojos redondos de lechuza, la nariz corva, los labios delgados y un aire entre burlón y suspicaz.

de una extremidad de los lentes, cuelga la angosta cinta negra que desciende por la mejilla hasta enredarse alrededor del cuello; y, lo que tal vez da más carácter a la cabeza, el vellón de nieve de los bigotes espesos y la aguda perilla, que rodean una boca de labios delgados y entreabiertos.

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