1579 oraciones de ejemplo con llamarle

Esta tambien perdió después su precedencia y autoridad, cuando el mismo Alejos, por quedar sin hijo varon, casó su hija primogénita Irene, con Alejos Paleólogo, dándole título de Déspota, que es lo mismo que llamarle á uno señor, y fuera sin duda Emperador si no muriera antes que su suegro; de suerte que la dignidad de César en aquel Imperio es la tercera, por ser la primera la de Déspota, y la segunda la de Sebastocrator.

Unos me llamaban don Navaja, otros me llamaban don Ventosa; cuál decía, por disculpar la envidia, que a mi padre le habían llevado a su casa para que la limpiase de ratones, por llamarle gato; otros me decían zape cuando pasaba, y otros, miz.

De sobra reconocía él que Juanita, si no le había dado calabazas, era porque él no se había declarado en regla; pero con sus bromas de llamarle abuelo y con la maña que ella empleaba para que él no le hablase al oído y para esquivar el estar a solas con él, harto claro se veía que no quería admitirle por novio ni por amante.

«Algo contribuía, pensaba Bonis, a la falta de cariño humano a su nene de sus entrañas, de que ahora se resentía, el no saber cómo llamarle.

¡Para mí!Bonis se apoderó del papel como de una presa, como si se lo disputaran; miró azorado a la escalera y hacia la calle temiendo que aparecieran testigos; y cuando ya el cartero tomaba la puerta, le dijo asustado, temblando ante el temor de que no se le hubiera ocurrido llamarle: Oiga usted, cartero....

Cuando ya estaba cerca, volvió a llamarle su padre.

En secreto, cuando estaban en familia, murmuraban todos de él, le ponían como un trapo, según la expresión vulgar, y esto no dejaba de ser también un placer, o por lo menos, un pie socorrido de conversación: de vez en cuando D. Bernardo le llevaba a su cuarto y le pronunciaba un largo discurso para llamarle al orden y recordarle sus deberes naturales y sociales, la dignidad del caballero, el decoro de la familia, etc., etc.

Aún en esto les sacaba ventaja: el antiguo abolicionista no podía preguntar a un amigo la hora o lo que pensaba del tiempo, sin llamarle aparte con cierto aparato de misterio: los que le veían, siempre juzgaban que estaba tratando algún asunto muy serio y muy escabroso.

Y como este hombre había coqueteado con chucha y hasta la había pretendido, por vicio extraño o tal vez por cálculos de conveniencia, a la pobre Lully no le queda siquiera el consuelo de figurarse a su seductor, o como queramos llamarle, menos ruin y desalmado de lo que era.

A la conclusión de este escrito, después de llamarle Sr. Dr. Montalbán, le dice que todos los hombres son mortales, y que los poetas cómicos, sólo por serlo, se exponen á ver silbadas sus comedias, y cuando en una representación, en que hay muchos cambios de decoraciones, salen éstas mal por culpa del tramoyista, el silbado es él y no el poeta.

No se le puede hacer un insulto mayor que llamarle mulato o bastardo: se encoleriza de tal modo que parece perdiera la razon.

Tanto se detuvo Gabriel Saez en la contemplacion nada grata por cierto de los dos cadáveres, que su señor hubo de llamarle: pero Saez no le oyó: repitió el incógnito personaje una, dos y tres veces su llamamiento, y tampoco le oyó.

Salia una mañana de su barrio a la hora de costumbre, a las siete, i tuvo un encuentro que habia dejado de llamarle la atencion, porque era casi diario.

Esta gentilidad á ninguna cosa adora, ni cognosce á Dios, solamente á los truenos llaman tupana, que es como quien dice cosa divina; y así, nos no tenemos otro vocábulo más conveniente, para los traer al cognoscimiento de Dios, que llamarle Padre Tupana.

Ya desde aquella época, como el mayorazgo Mendoza se llamaba D. Faustino y era doctor, empezaron á llamarle el doctor Faustino, título y nombre con que se hizo famoso en lo futuro y con que en adelante le designaremos.

Recientemente Ruiz Contreras ha tenido la acertada idea de llamarle a la Revista Nueva, en donde sus cuentos ofrecen como antes,extrañamente vertebrados, llenos de oscuridad que seduce, enseñadores de atormentadas gimnasias de estilo, al decir mucho en cortas oraciones, incoherentes con premeditación, y teniendo siempre a su servicio la mitad del Genio,compañera del Ensueño, la Ironía.

Le trajo el espíritu de Dios y por eso quiere llamarle su padre y ser llamado su hijo».

49 Entonces Jesus parándose, mandó llamarle: y llaman al ciego, diciéndole: Ten confianza; levantate, [que] te llama.

49 Entónces Jesus parándose, mandó llamarle; y llaman al ciego, diciéndole: Ten confianza: levántate, que te llama.

Cuando despertó supuso que era temprano todavía; no había entrado aún su madre a llamarle, según costumbre; la casa estaba en silencio.

¿Hemos de llamarle Ello o Él?

Hasta aquí se estendia la habilidad del señor ayo ó mayordomo, como mas nos diere gusto llamarle.

Resulta del conjunto de estos hechos, minuciosamente expuestos, ser verosímil que nuestro gran cosmógrafo dió ocasión por mismo á la costumbre seguida en Portugal y en España de llamarle Martín de Bohemia.

En la «Comedia Humana», Balzac pudo llamarle Pandolfo y hacerle miope á cualquiera esperanza, ciego á todo porvenir.

Canguelo... cerotipia... o como le llaméis al miedo, para no llamarle por su verdadero nombre.

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