23 oraciones de ejemplo con ojo de la cerradura

La mestiza era demasiado bien criada para abrir una puerta sin permiso; pero antes de solicitarlo, creía oportuno siempre mirar un poco por el ojo de la cerradura.

Una vez al día abre la puerta, entra, inspecciona unos minutos, vuelve a salir, y hasta el día siguiente... Ni una palabra, ni un grito, ni el más leve ruido; y eso que yo muchas noches aplico la oreja a la madera del tabique, o miro en el corredor por el ojo de la cerradura.

Vimos unos cuantos amigos que golpeaban unas puertas, encorvándose para hablar por el ojo de la cerradura.

También habían llamado a su camarote, equivocándose de puerta, para proponerle por el ojo de la cerradura algo monstruoso, que no acabó de entender en la torpeza de su sueño interrumpido.

Veíase luz por el ojo de la cerradura y la pequeña claraboya abierta sobre el marco.

Por un resto de prudencia habló a través del ojo de la cerradura: «Abre: tienes un hombre en la "cabina"... Se lo voy a decir a papá».

«¿Volverá?me pregunté, aplicando el oído al ojo de la cerradura.

Acostose Cristeta, y al apagar la bujía vio que por el ojo de la cerradura entraba un hilo de luz, al cual parecían dejar paso mal intencionadamente las prendas colgadas de la percha.

Aproximose al tabique, dio otros golpecitos, y acercando la boca al ojo de la cerradura preguntó: ¿Eres ?

Luego de cerrar la puerta y tapar con el paño de manos el ojo de la cerradura, se quitó las horquillas, lavose a chapuz la cara porque estaba muy acalorada, y se acostó.

Al abrir la puerta de su barraca encontró Sènto un papel en el ojo de la cerradura...

Miguel de Cervantes escuchaba ávido, con el oído pegado al ojo de la cerradura; que habíale puesto en cuidado lo que le había prevenido, haciéndole callar, cuando llamaron a la puerta, y escondiéndole después, la tía Zarandaja.

La madre tenía que contenerse para no gritar: ¡Mentira! por dos noches había subido a su cuarto, encontrando cerrada la puerta y obscuro el ojo de la cerradura.

Al cabo de media hora el mozo de cuadra, que había presenciado el encierro, movido de compasión, acercose a la puerta y miró por el ojo de la cerradura.

Procuro, que si miran por el ojo de la cerradura de la otra puerta no vean luz bajo ésta.

Enriqueta sintió miedo, y tal vez por esto se apresuró a retirarse del ojo de la cerradura; pero apenas se vió en el centro del gabinete, volvió a dominarla la curiosidad, y entonces aplicó una oreja al luminoso agujero.

María miró por el ojo de la cerradura y no entró.

Entre tanto, crecía el alboroto afuera y espesaba el grupo de mirones enfrente del portal; y Sotileza, febril y desasosegada, aplicaba á menudo la vista y el oído al ojo de la cerradura, y se enteraba de todo.

Golpeó á la puerta, pero el hombre no respondía; golpeó más, y tampoco; hasta que en fuerza de golpear y golpear y de decir á gritos, por el ojo de la cerradura, que se mataban arriba, destrancó el Berrugo, abrió y se presentó delante de la muchacha, con una traza que metía miedo: con los ojos encandilados, las cejas erizadas, el poco pelo hecho una greña, y el color de la cara, de difunto.

Inquirieron, á través del ojo de la cerradura.

Advertíase aquella raya amarilla, y también el ojo de la cerradura, encendido, y, en un lugar del estrecho tabique, donde faltaba un nudo, se transparentaba un pequeño disco de madera, con color sonrosado, como de carne... Pero he aquí que se sintió un ligero rumor en el picaporte.

Cerrad las puertas al ingenio de la mujer y se saldrá por la ventana, cerrad ésta y se escapará por el ojo de la cerradura; obstruíd este agujero y volará con el humo por la chimenea.

... ¡Y con qué ansia de cruzar están todos los que esperan que pase el tren! Estaban solas y, sin embargo, el ojo de la cerradura parecía tener la luz de una mirada.

23  oraciones de ejemplo con  ojo de la cerradura