113 oraciones de ejemplo con su costado

Sin embargo uno de los soldados clavó su costado con una lanza, y de inmediato brotaron sangre y agua.

Pero él les dijo, «A menos que yo vea en sus manos la huella de los clavos, y ponga mi mano en su costado, no creeré.

Elberfelder] agrega `y ponga mi mano en la huella de los clavos y en su costado.

En cuanto á tío Nardo, si hemos de ser justos, desde que pudo apreciar la magnitud real y efectiva del barco hasta que llegó á su costado, no pensó más que en calcular cómo no se iría á pique un cuerpo tan pesado, siendo el cuerpo tan duro y tan blando el elemento que le sostenía; cuestión que trató con sus vecinos más de una vez, á su vuelta á la aldea.

«El caballo... el pobre Blanco... estaba en el suelo... sangre...» Y á los pocos pasos lo vió caído sobre sus ancas, enganchado aún al arado, pero intentando en vano levantarse, tendiendo su cuello, relinchando dolorosamente, mientras de su costado, junto á una pata delantera, manaba lentamente un líquido negruzco, del que se iban empapando los surcos recién abiertos.

Y como la antiquísima arca, por ser de tantos años, la hallase sin fuerza y corazón, antes muy blanda y carcomida, luego se me rindió y consintió en su costado por mi remedio un buen agujero.

[1066] En cruz fué por nos muerto, Ferido é llagado, E después fué abierto D' ascona su costado: Por estas llagas, çierto, Es el mundo salvado.

No, es algo más», repuso D. Rafael con tristeza, y señaló a su costado derecho cerca de la cintura.

Bañábala la risueña luz del sol, coloreando espléndidamente su costado izquierdo y dando a su hermosa tez moreno-rosa el realce más encantador.

En aquel momento su costado se despegaba del muelle con lentitud.

No fue posible: el crucero inglés, porque resultó serlo, como que llevaba la línea recta y más inmediata a la costa de Cuba, a pesar de los buenos pies del bergantín, siempre se presentaba a su costado, mayormente a la altura de las Tetas de Camarioca.

Ella le miraba, como mira un pájaro a una serpiente que se acerca, y apretaba la mano contra su costado izquierdo.

Y como la antiquísima arca, por ser de tantos años, la hallase sin fuerza y corazón, antes muy blanda y carcomida, luego se me rindió, y consintió en su costado por mi remedio un buen agujero.

Si de las condiciones de la vida pastoril, tal como la ha constituído la colonización y la incuria, nacen graves dificultades para una organización política cualquiera, y muchas más para el triunfo de la civilización europea, de sus instituciones, y de la riqueza y libertad, que son sus consecuencias, no puede, por otra parte, negarse que esta situación tiene su costado poético, fases dignas de la pluma del romancista.

el joven en un blandísimo cojín, y sintió á sus espaldas y á su costado derecho otro no menos blando y rehenchido.

Y al pasar por su costado Brown que el combate ordenaba Con su bocina de mando A los bravos saludaba.

Cada uno de los cuatro edificios tiene en todo su frente un colgadizo de 16 varas de ancho, y el otro colgadizo por todo su costado que cubren mas de 10,200 varas cuadradas.

Manfredo colocóse a la cabecera de la mesa, Raquel en su costado derecho; Berta tomó asiento a su lado izquierdo, despues de colocar junto a a Albertito, levantándole de los codos para sentarlo, como acostumbraba hacerlo, i acomodándole la servilleta en el pecho i el cubierto en la mano.

Laurenti dió un grito: habia sentido una punzada agudísima en su costado izquierdo, un cuerpo agudo que penetraba lentamente en su carne.

En su cinto llevaba un par de pistolas de cañón largo y un machete de hoja recta y ancha metido, sin vaina, en una anilla de hierro colocada en su costado izquierdo.

El Cordero místico, manso y herido, derramando de su costado abierto un río de granates, vino entonces á recostársele sobre el hombro.

Entonces se vió que de su costado bajaba un bote al mar, que poco después avanzaba, a fuerza de remos, hacia el muelle.

Por este mismo sentimiento de la limpieza ó de otro más hondo muy emparentado con él, no volvió á consentir que Marcones agarrara su mano para enseñarla á correr la pluma sobre el papel, ni que se pusiera tan vecino á su costado para apuntarle las palabras con el dedo.

torre y puerta de su costado manifiestan que fué una Djama de poca importancia; pero la primera que bendijo Fray Fernando de Talavera, donde más número de moros se convirtieron al cristianismo, y en la que, según las tradiciones, se convertían también al mahometismo los judíos y pobladores cristianos durante el período arábigo.

Dirigió luego la vista fijamente hacia el Sol; afirmó en el pie derecho el centro de rotación, e hizo girar su costado izquierdo.

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