Qué preposición usar con celoso
Esta severísima señora era muy celosa de la religión como ya sabemos.
Estos fueron los embustes con que los Genoveses quisieron destruir los Catalanes, y ellos introducirse, y hacerse muy confidentes, y celosos del bien comun del Imperio.
No basta vn celoso en casa, o barruntas a Melibea?
Pocos pueblos, en las comarcas de orígen frances ó céltico, se han mostrado tan decididos y celosos por el mantenimiento de sus libertades como el de Lieja, siempre belicoso y valeroso, siempre enérgico en sus resoluciones, amante del trabajo, emprendedor y perseverante.
Federico, para engañar á su padre, pídele la mano de su sobrina Aurora, despreciada por él en los primeros arrebatos de su pasión; pero Casandra, ciega de amor, y celosa á causa del proyectado casamiento, abruma á reconvenciones á su amante, y el Duque, que los oye, se confirma en sus sospechas.
Empezó á sentir la cólera de un celoso al ver que miss Margaret Haynes se preocupaba tanto de Ra-Ra y lloraba por su suerte.
No hay castellano, ni portugués, que se juzgue de una raza superior; que deje de tener por hermanos suyos a los demás hombres; pero a veces la codicia rompe este lazo fraternal, y por robar se mata, y a veces una caridad mal entendida mueve al creyente celoso a infligir duras penas temporales con el intento y buen propósito de sacar del poder del diablo y de libertar de las penas eternas a los que están dados al diablo y son sus esclavos.
Este prior tenía muy estrecha conciencia y se andaba con gran tiento y pulso en lo del examinar detenidamente á los monjes, siendo en extremo celoso é inflexible cuando de sus condiciones morales y conducta se trataba.
Él, el más mujeriego de los hombres, era celoso hasta lo absurdo.
La Sole era demasiado mujer para Aviraneta; se manifestaba celosa sin motivo; lloraba, reía, tenía remordimientos, se sentía pecadora; era una mujer espectacular.
El inflamable caballero no había sido tan celoso para amigarse con la vieja como para conquistar a la niña.
Sí, Luis; ríe cuanto quieras; celosa desde hacía un año, en vista de sus amoríos y sus escándalos.
Creo que no me pondré celoso por las atenciones que tenga con usted, pues adolece de un defecto físico.
Si hubiesen convenido en unir sus armas, no habrían visto la mejor parte de su país tan fácilmente invadida y conquistada por los Cartagineses y más antiguamente aun por los Tirios, luego por los Celtas, los mismos que hoy llevan el nombre de Celtíberos y Verones, y más recientemente por un bandido como Viriato, por Sertorio y por muchos otros jefes celosos con el de agrandar su imperio.