185 oraciones de ejemplo con alabastros

Ella era hermosa, hermosa y pálida, como una estatua de alabastro.

sin embargo, entre los señores comarcanos murmurábase que la hermosa castellana de Veratón no era tan limpia de sangre como bella, y que á pesar de sus trenzas rubias y su tez de alabastro, había tenído por madre una gitana.

007:037 Ocurrió que una mujer de la ciudad, que era una pecadora, cuando supo que Él se reclinaba en la casa del fariseo, llevó un jarro de alabastro con aceite.

Los corpiños eran bajos; pero la camisa, alta, plegado el cuello, con un cabezón labrado de seda negra, puesta una gargantilla de estrellas de azabache sobre un pedazo de una coluna de alabastro: que no era menos blanca su garganta; ceñida con un cordón de San Francisco, y de una cinta pendiente, al lado derecho, un gran manojo de llaves.

Gabriel, que conocía su hermosura interior, pensaba en las viviendas engañosas de los pueblos orientales, sórdidas y miserables por fuera, cubiertas de alabastros y filigranas por dentro.

Son de forma apuntada en ondas semicirculares, adornados de arabescos iguales á los de la mezquita, y á uno de ellos le sostienen dos columnas de once palmos de altura, que aunque maltratadas y ennegrecidas, manifiestan ser de mármol de Albalate: los restos de una de sus bases acreditan haber sido de alabastro de Escatron.

Aquella cabeza encantadora estaba sostenida por un cuello de alabastro que se unía a su espalda con una curva de indecible elegancia, y su seno se alzaba fiero y majestuoso bajo la tela sutil de su bata azul.

No quisiera equivocarme, pero aquella mano pertenece, á mi entender, á una lady de alabastro con ojos azules.

Y como sucede siempre en casos tales, empezaron agradándome sus ojos, y no tardó en encantarme su voz; luego sus manos finas de alabastro; poco después el vello suave que adornaba sus sienes; inmediatamente tres pequeños lunares que tenía en la mejilla izquierda.

Del mismo modo he visto dividir un tejido de plata con una cinta purpúrea por la mano, más blanca que el alabastro, que á menudo me atraviesa el corazon.

¡Oh, aroma de su sexo! ¡oh, rosas y alabastros! ¡Oh, envidia de las flores y celos de los astros! QUIRÓN Cuando del sacro abuelo la sangre luminosa Con la marina espuma formara nieve y rosa, Hecha de rosa y nieve nació la Anadiomena.

¡Alabastros celestes habitados por astros: Dios se refleja en esos dulces alabastros! Sus vestes son tejidas del lino de la luna.

¡Alabastros celestes habitados por astros: Dios se refleja en esos dulces alabastros! Sus vestes son tejidas del lino de la luna.

Lo más característico en ella era el pelo rojo y abundante y la tez blanca y clorótica, que la hacía parecer una imagen de alabastro y oro.

Antes de salir de Sicilia, mandó Orlando que se acopiara una gran cantidad de pórfidos y alabastros: quiso que se trazaran los planos del mausoleo, y dedicó gruesas sumas para premiar los trabajos de los arquitectos y escultores más afamados.

Ellos han de aparecer dentro de poco, ineludibles andadores, doctores oxfordianos en Bædeker, compradores de pisapapeles de alabastro, o prigs que asedian a los primitivos.

Subía por una escalera llena de columnas de alabastro y de esmaragdina, que tenía a los lados leones de mármol, como los de los troncos salomónicos.

Vagaba por el laberinto de tales encantos cuando un ruido, allá en lo obscuro de la arboleda, en el estanque donde hay cisenes blancos como cincelados en alabastro, y otros que tienen la mitad del cuello del color del ébano, como una pierna alba con media negra.

¿Por la ricachona Gabriela, de largos cabellos negros, blanca como un alabastro y cuyo busto había hecho?

Los metales que más se exportan son el oro de las minas y lavaderos de la provincia de Esmeraldas; plata, de la provincia de Cañar; cobre, carbón de piedra, lignita, azufre, mármoles, alabastros, piedra pómez y para construcción de edificios, y petróleo.

Desde sus comienzos, la obra de Rodó se concreta en ideas, en ideas decoradas con pulcritud por la gracia dignamente seductora de un estilo de alabastros y mármoles.

Desde sus comienzos, la obra de Rodó se concreta en ideas, en ideas decoradas con pulcritud por la gracia dignamente seductora de un estilo de alabastros y mármoles.

Hay quien observe que á ese ornato falta el soplo poético del buen gusto; que adolece de cierta tiesura desairada que lo desluce á nuestros ojos, educados á la francesa; que se ve, á la reverberacion del gas, á la aldeana tosca, cargada de encajes y joyas, ménos aérea y avasalladora del alma, que la jovencita vestida de blanco, con una sola flor durmiendo al casto vaiven del seno de alabastro.

Aquí en cimientos pajizos Está mi edificio pobre, Riendo los edificios De pórfidos y alabastros, Donde entre toscos pellicos Tendréis quietud y sosiego, Y agora, amigo, os suplico Que nos enseñeis á todos Ese milagro.

Circe del Oriente, Belleza que imita Al sol en los rayos, Y al cielo en la vista, Dame ese alabastro, Donde el alma imprima Clavos de rubíes Que mi nombre digan; Dulce esclavitud, Donde desestiman Libertad las almas Por vivir cautivas, Luégo me desposen, De moro me vistan, Que si es mora el alma, El traje lo diga.

185  oraciones de ejemplo con  alabastros