1958 oraciones de ejemplo con argentina

El calor le fundirá el pecho cual si fuese cera; ningún celaje con su lluvia le templará su cabeza cubierta del polvo más sofocador, ninguna fuente lo llamará con voz sonante y argentina, ni la más leve gota del rocío llegará a él para consolarle, porque apenas cuajada, ya la habrá devorado con su aliento el viento de fuego.

In Argentina, it is an obscene gesture.

(En la ABEJA ARGENTINA.

(Citada en el artículo de la Abeja Argentina sobre esta materia).

A mis ojos, el progreso en las ideas de la sociedad argentina es uno de los fenómenos intelectuales más curiosos de nuestro siglo.

En cuanto a la situación de la América en el momento en que escribo estas líneas, puede decirse en general que, salvo algunos países como la República Argentina y Méjico, que marchan abiertamente en la vía del progreso, está pasando por una crisis seria, cuyas consecuencias tendrán indiscutible influencia sobre sus destinos.

El ejemplo de prudencia admirable que en sus relaciones internacionales ha dado la República Argentina, no será infecundo para la América.

El día que los orientales pidan, por la voz de un congreso, volver a ocupar su puesto en el seno de la gran familia, serán recibidos con los brazos abiertos y ocuparán un sitio de honor en la marcha del progreso, como lo ocuparon siempre en las batallas donde corrió mezclada su sangre con la argentina.

En primer lugar, nuestro sistema federal no permite sino incorporaciones de Estados federativos, y en segundo término, la política argentina tiene por base inmutable el respeto a la voluntad popular.

La hermana soltó una carcajada tan fresca, tan argentina, tan deliciosa, que yo, en vez de turbarme, me sentí sacudido con dulce y grata vibración y seguí cada vez más sofocado describiéndole con locas hipérboles la impresión que en mi causaba su hermosura.

La población argentina desaparece, y la extranjera ocupa su lugar en medio de los gritos de la mazorca y de la Gaceta: ¡Mueran los extranjeros! Como la unidad se realiza gritando: ¡Mueran los unitarios! Como la federación ha muerto gritando: ¡Viva la federación! ¿No quiere Rosas que se naveguen los ríos?

La cuestión de la libre navegación de los ríos que desembocan en el Plata es hoy una cuestión europea, americana y argentina a la vez, y Rosas tiene en ella guerra interior y exterior hasta que caiga y los ríos sean navegados libremente.

De manera que lo que habría sido una discusión obscura y sólo interesante para la República Argentina, lo es ahora para la América entera y la Europa.

Que en cuanto a literatura, la República Argentina es hoy mil veces más rica que lo fué jamás en escritores capaces de ilustrar a un Estado americano.

Si quedara duda con todo lo que he expuesto de que la lucha actual de la República Argentina lo es sólo de civilización y barbarie, bastaría a probarlo el no hallarse del lado de Rosas un solo escritor, un soló poeta de los muchos que posee aquella joven nación.

Tal es la obra que nos queda por realizar en la República Argentina.

Lo que la República Argentina necesita antes del todo; lo que Rosas no le dará jamás, porque ya no le es dado darle, es que la vida, la propiedad de los hombres, no esté pendiente de una palabra indiscretamente pronunciada, de un capricho del que manda.

Independientes de estos motivos generales de moralidad que pertenecen a la especie humana en todos tiempos y en todos países, la República Argentina tiene elementos de orden de que carecen muchos países del mundo.

La República Argentina tiene, por fortuna, tanta riqueza que explotar, tanta novedad con que atraer los espíritus después de un Gobierno como el de Rosas, que sería imposible turbar la tranquilidad necesaria para ir a los nuevos fines.

Pero el elemento principal de orden y moralización que la República Argentina cuenta hoy es la inmigración europea, que de suyo, y en despecho de la falta de seguridad que le ofrece, se agolpa de día en día en el Plata, y si hubiera un Gobierno capaz de dirigir su movimiento, bastaría por sola a sanar en diez años no más todas las heridas que han hecho a la patria los bandidos, desde Facundo hasta Rosas, que la han dominado.

El año 1835 emigraron a Norteamérica 500.650 almas; ¿por qué no emigrarían a la República Argentina 100.000 por año si la horrible fama de Rosas no los amedrantase?

Creo haber demostrado que la revolución de la República Argentina está ya terminada, y que sólo la existencia del execrable tirano que ella engendró, estorba que hoy mismo entre en una carrera no interrumpida de progresos que pudieran envidiarle bien pronto algunos pueblos americanos.

Pero donde el indio es escaso, como en el Uruguay, en el centro y sur de la Argentina y en el centro de Chile,

Estas labores tienen extraordinario atractivo sobre esos hombres de los campos, como lo prueba el gran número de gauchos o peones criollos en las haciendas ganaderas del Uruguay, Argentina y el sur del Brasil.

Así, encuentra Ud. alemanes en Río Grande (Brasil), suizos en Mercedes (Uruguay), polacos, judíos, italianos y vascos en Misiones, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires (Argentina) y alemanes en Concepción, Valdivia y Victoria (Chile).

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