67 oraciones de ejemplo con dalaga

Por aquel entonces, la hoy vieja Ramona era una hermosa dalaga, de ojos de fuego, lustroso y largo pelo, y dulce y meloso hablar.

El personaje pidió se le sirviera chocolate con leche, y chocolate con leche, en efecto, tomó; pero grande fué su sorpresa y no menos sus ascos cuando supo que el chocolate había participado del producto de los pechos de la dalaga.

La incomodidad que esto originó y el malestar que produjo, diz que ocasionaron el que la dalaga no volviera á bajar los ojos, ni el caballero á mirar con insistente significación.

Ya estamos dentro de la casa; ya están á nuestra presencia cabezang-Gogo; ñora Putin y la hija de ambos, la chichirica dalaga Angué; que es como si dijéramos en Europa el ex-diputado Sr. D. Gregorio, la respetable Sra. Prudencia y la elegantísima Srta. María.

Con arreglo á lo tácitamente convenido en aquella, nuestra dalaga ostenta camisa de piña sombreada, corto y airoso tapis de glasé, vistosa saya de gró á rayas verdes y blancas, chinela bordada en plata, escapulario de finos relieves y terno completo de corales.

El Asuang y todos los malos espíritus, ya sabe la dalaga que buscan las sombras.

Llegará la tarde y disfrutará un momento de vanidad al contemplarse rica y hermosa: se comparará con las demás y se verá la dalaga mejor ataviada de la procesión.

Ya la cándida Pupen no era la morena dalaga de gustos sencillos, sino la orgullosa señora que presentía hasta la blancura de su cara ante la brocha del colorete.

He visto más de una dalaga en ese día, vestida de una forma irreprochable, y en cuyo conjunto nada tendría que recusar la más puritana de las modistas.

Una intrusión de una dalaga de segunda, ó tercera clase, en las fronteras de la sangre celeste, produciría una verdadera revolución femenina.

era allá por los años de 1845, una hermosa dalaga que contaba unos quince, desde que su madre, india en toda su pureza, lanzó el último aliento al arrancar de sus entrañas un pedazo de su alma en su hija Hasay.

Una tarde se hizo cargo de una guapa dalaga que pilaba arroz acompañando el ruido acompasado del jalo con una monótona canción.

El arte mímico ha llegado á una gran altura en el viejo mundo; pero juramos á nuestros lectores, que con toda aquella mímica junta, no se llega á la expresión que envuelve el hecho de pararse un bagontao ante una dalaga, y rascarse.

En el mero hecho de haber desempeñado una ocupación de la dalaga, se le acepta, y en tal concepto, presta con el nombre del servicio, ó sea el pamimianan, toda clase de trabajos.

El servicio, lo impone el padre de la dalaga, dura generalmente un año, ó sea de cosecha á cosecha, viviendo muchas veces el pretendiente en la misma casa de la pretendida.

Una dalaga que tenga la desgraciapues de tal debe calificarse,de aceptar amores con uno que no sea su paisano, tiene que sufrir todo género de tormentos para llegar á realizar su enlace.

TROVA DOLOROSA Romántica dalaga que lloras, dolorida, con tu alma de azucena, sin luz, desfallecida, en medio de la senda de la desolación.

¡Ah! Si pudiera mi alma, dalaga de mi tierra, mitigar los pesares que tu espíritu encierra, te enseñaría un prado de encanto singular, y en medio de tus ansias, bellísima criatura, te haría ver poéticos jardines de ventura, do eternamente puedas tu cuitas olvidar.

LA DALAGA DE MI TIERRA (FRAGMENTO) Es dulce como el arpegio de una cítara pagana; es suave como el aroma de un jardín cuando florece, ténue y leve cual la brisa que murmura en la mañana y diciendo sus murmurios nos seduce y enloquece.

Dalaga, binibini.

Parang dalaga, parang binibini.

En medio, una larga mesa, adornada profusa y lujosamente, parece guiñar al colado con dulces promesas, y amenazar á la tímida joven, á la sencilla dalaga, con dos horas mortales en compañía de extraños, cuyo lenguaje y conversación suelen tener un carácter muy particular.

San Diego tenía seis mil almas, y yo conocía á cada habitante como si yo lo hubiese parido y amamantado: sabía de qué pie cojeaba éste, dónde le apretaba el zapato á aquél, quién le hacía el amor á aquella dalaga, qué deslices había tenido ésta y con quién, cuál era el verdadero padre del chico, etcétera, como que confesaba á todo bicho; se guardaban bien de faltar á su deber.

Diferentes confituras de frutas del país en dulceras de cristal de alegres colores va ordenando la dalaga en una mesita, que cubre blanco mantel bordado.

¡Asi palá! esto á entender: ¡con que es asi! Emprentada, significa la serenata con que les pretendientes de una dalaga la agasajan frente á su morada.

67  oraciones de ejemplo con  dalaga