393 oraciones de ejemplo con el bueno

En aquellas conversaciones, que eran cada vez más íntimas, se notaba algunas veces que, por efecto de los accidentes del diálogo escénico, Ana callaba ó hablaba aparte en voz baja, mientras el bueno del estudiante y la picara Clara charlaban muy quedito y muy juntos el uno del otro.

sentiría que se escapara el bueno del consejero Bozmediano, que tuvo la desfachatez de decir en las Cortes que si el Gobierno no tenía á raya á los exaltados, peligraba la libertad y la Patria.

El bueno de Oñate, que hay que despertarlo á tiro de fusil, se volvió del otro lado, pidiendo le dejaran de volcán, de Sungay y de expediciones; Ordóñez, acostumbrado á desechar la pereza en la ruda campaña del marino, puso los huesos en punta, y yo le grité á Oñate en todos los tonos:¡Vamos! ¡arriba! la laguna nos espera!dando por resultado el que el interpelado tras un largo bostezo se incorporara en la cama.

Tal se presentó el bueno de Bernardo Carpio en el escenario de Legaspi.

No creo se tuvo gran cuidado al redactarse en las relaciones ciertos apellidos, que por su respetabilidad y personificación debían estar á nuestro juicio á salvo de todo ridículo, y ridículo, y no poco es ver á un Guzman el Bueno jugando al gallo, y á una Isabel de Marcilla en complaciente bichara, con un Tirso de Molina ó un Lope de Rueda.

] [Nota 256: Dije en mi conferencia acerca de El yantar de Alonso Quijano el Bueno (Madrid, 1916), pág. 32: «...

] [Nota 466: Cuando estos elogios salieron a luz, el duque don Gaspar Alonso de Guzmán el Bueno había dejado de merecerlos de todo en todo, por un hecho harto deplorable: por la traidora confabulación para separar a Portugal y Andalucía de la obediencia de Felipe IV.

don Manuel Alonso Perez de Guzman el Bueno ... (1625), Panegírico a la ... ciudad Antequera (1626) y Pronostico judiciario ... (1627).

cosen las dos mujeres; la segunda está entreabierta, porque acaba de entrar por ella á arreglar el ganado el bueno de tío Nardo; jefe de la familia, ó esposo y padre respectivamente de los personajes de nuestro diálogo.

Faltábale á su carácter la esencia romancesca que había en el de Quijano el Bueno: de otro modo, le hubiera costado muy poco hacer de su peludo cuartago un Rocinante, y, olvidado de su pleito, salir en busca de aventuras hasta romperse el alma con los verdugos de la perseguida patria.

Y el bueno del aldeano, al decir esto, menudeaba más y más los giros de su sombrero, y bregaba, hasta sudar, con los mechones de su áspera cabellera.

El bueno del asistente, en el mejor lenguaje que pudo, y con los preparativos y rodeos que le parecieron del caso para amortiguar el golpe, dió á la chacha Victoria la triste noticia de que el cadete, cuando iba ya á ver colmados sus deseos, cuando iba á ser ascendido á capitán, en vísperas de la paz, en la rota de Trebia, había caído atravesado por la lanza de un croata.

El bueno del P. Jacinto, confesor de Clarita, le aseguraba que la promesa era nula.

El bueno de Harvey no sospecha que él mismo va á conducir á Sorege ante Jenny Hawkins.

No en vano tenía aquella señora por su línea materna la sangre de Guzmán el Bueno.

Al contemplarlo me parecia ver sobre una almena la sombra sublime de Guzman el Bueno, dominando las vagas sombras de la noche, con el brazo extendido mostrando el Africa, y recordando al mundo que la abnegación suprema es una virtud para la cual

Vamos a ver qué tiene que objetar el bueno de don Jeromoañadió don Simón afablemente.

Cuando llegué a casa, ya el bueno de mi amo estaba en ella, doblada su capa y puesta en el poyo, y él paseándose por el patio.

Y desque fué ya más harto de reír que de comer el bueno de mi amo, díjome: "Verdad es, Lázaro; según la viuda lo va diciendo, tuviste razón de pensar lo que pensaste; mas, pues Dios lo ha hecho mejor y pasan adelante, abre, abre y ve por de comer.

De común consentimiento aprobaron todos la hidalguía de los dos modernos, y la sentencia y parecer de su mayoral, el cual salió a dar la bolsa al alguacil, y Cortadillo se quedó confirmado con el renombre de Bueno, bien como si fuera don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, que arrojó el cuchillo por los muros de Tarifa para degollar a su único hijo.

A Rinconete el Bueno y a Cortadillo se les da por distrito hasta el domingo desde la Torre del Oro, por defuera de la ciudad, hasta el postigo del Alcázar, donde se puede trabajar a sentadillas con sus flores; que yo he visto a otros de menos habilidad que ellos salir cada día con más de veinte reales en menudos, amén de la plata, con una baraja sola, y ésa, con cuatro naipes menos.

Así es verdad; que Lagartija el bueno Tres reales de a dos os dió prestados, Y destos le volvistes dos sencillos, Y por aquesta cuenta debéis cuatro, Y no, cual decís vos, no más de uno.

He aquí otra anécdota que retrata gráficamente a nuestro poeta en lo más fulminante de sus improvisaciones: "El bueno de Quicong Balagtás (decíanos un día el más grave y docto de nuestros jurisconsultos, que conoció al poeta en Trozo, Tondo), vestía a la usanza de la tierra: camisa chinesca; del cuello de la camisa pendía un cordoncillo que lucía por dije un palito hecho de cuerno de caraballa.

to; superfluous in phrases like =el bueno D. Juan=; tr.

Gil y Zárate, Guzmán el bueno).

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