53 oraciones de ejemplo con flamígera

Su rubicundez era tan flamígera que proyectaba reflejos en las paredes.

Apolonio le seguía, declamando con el brazo extendido y la mirada flamígera: Jamás lo declararé.

Y azotando sus ancas con la tralla flamígera de mi audaz fantasía, llego, al fin, a unas tierras ideales y blancas; llego, y beso entre auroras a la musa del día... Abril, 1921.

Revestido de larga túnica transparente y un nimbo de oro en torno a la cabeza, pequeña y bien moldeada, o pertrechado de argentada coraza, casco incrustado de pedrerías, flamígera espada entre las manos y grandes alas blancas, hubiese servido a un Sandro Botticelli o a un Filippo Lippi para uno de los ambiguos personajes que se yerguen sobre sus cándidos paisajes, un Gabriel amenazador o un vengador San Miguel.

El relámpago se deslizaba sobre las bóvedas de la noche como una espada flamígera y, a la luz pasajera, se veían de cuando en cuando algunas sombras siniestras descender sobre el valle, parecidas a esos espíritus vengadores que son enviados sobre las alas de la tempestad para atemorizar a los niños y a los hombres.

Luchaba largo rato, denodadamente, con sus enemigos, y acababa por ponerlos en fuga; diablos y mujeres huían a todo correr ante su espada flamígera, lanzando gritos de terror y gemidos lastimeros.

Es un ascua desnuda, atizada, flamígera, ígneo carbunclo, que lanza hacia lo alto dos rayos sublimes.

«En estas críticas circunstanciasme dijo después de una larga conferencia en que me agració con miradas un tanto flamígeras, la suerte de la familia depende de .

Sobre el mosaico del suelo caía una lluvia de rayos intensos donde flotaba un polvo ligero y coloreado, y estos rayos se cruzaban y tejían en el espacio formando una tela flamígera, sutil y vistosa, por cuyos intersticios pasaban los fugaces destellos de otros rayos más pálidos donde flotaba un polvo aun más aéreo.

Yo me figuraba siempre á Jimena con una espada flamígera en la mano, representando la Ley, la Justicia ó alguna otra de esas concepciones severas é implacables.

Contrastaba con la frescura de esta golosina la exaltación, la flamígera viveza de sus ojos negros, que tan pronto resplandecían con súbito rayo, tan pronto se abatían con lánguida pereza.

Contrastaba con la frescura de esta golosina la exaltación, la flamígera viveza de sus ojos negros, que tan pronto resplandecían con súbito rayo, tan pronto se abatían con lánguida pereza.

: EL DONJUANISMO] DON JUAN TENORIO, como Palas de la sien flamígera de Zeus, brota de la testa tonsurada de un frailecico de la Merced, con ciertos rasgos peculiares e indelebles que le imprimen carácter.

Quiero estallar y difundirme por los espacios en mil inflamadas partículas; quiero sentirme en el seno de una nube flamígera, y que mi espíritu saboree, aunque sólo sea por un instante de inconmensurable pequeñez, las delicias de ver reducida á polvo de fuego la carne miserable.

El ángel, empuñando con la diestra una espada flamígera, guía al niño, que es, a juicio mío, la creación más prodigiosa de Murillo.

Y a esa blanda y mágica luminosidad se ve alzarse la alta figura tristemente grave de un divino centinela, el arcángel Miguel, armado de su espada flamígera, y luego, he allí tres yacentes estatuas sobre tres mausoleos.

Y la luz tamizada pone una caricia paradisiaca sobre esa realización pagana; y Miguel, apoyado en su arma flamígera, vela silencioso: una paz sepulcral llena el estrecho habitáculo de los príncipes de mármol; e iguales a los del último paria, en la sola y posible igualdad de la transformación eterna, quedan en sus criptas semejantes a santuarios, esos puñados de huesos de Hohenzollern.

Es este campo del cuello, igualmente, el lugar en que siempre figura la serpiente, símbolo del rayo, y por ende de la lluvia; y para que el hecho de la sustitución sea doblemente llamativo, tenemos que en el campo opuesto de la derecha está figurada una gran serpiente, en forma de S, cuyas estremidades terminan en dobles cabezas flamígeras triangulares.

Vi luego a aquel ejército gentil, pálido y humilde, que en silencio contempla el cielo, como esperando algo; y vi salir de las alturas y descender al valle dos ángeles con dos espadas flamígeras, truncadas y privadas de sus puntas.

Hasta la justicia y el amor divino afirman el santo temor de Dios entre espadas flamígeras de arcángeles.

El querubín de la espada flamígera les da libre entrada; y Enoch y Elías los reciben y los agasajan, regalan y deleitan tan maravillosa y elegantemente, que se les hace muy cuesta arriba volver al convento, al cabo de una semana.

La espada flamígera del aguaaclaraba él.

Ni qué mas hicieron los tres milagrosos niños en la flamígera hoguera del Babylónico furno, que lo que anoche vimos hacer á los puvescentes muchachos de mi predilecta patria en las fumigerantes hogueras, que encendió la devocion y la alegría de sus fervorosos íncolas?

Muchos llevan metido en la parte trasera de su faldellín un kris malayo, puñal de hoja flamígera que les sirve para su defensa.

Y así como los amos del perro, ya la sombra nocturna pasada, vagamente recuerdan que alguno quién sabe ni cuándo ni dónde lloraba: la flamígera mente absoluta que al nidito de tórtolas haja, puede ser que sospeche algún día que suele ser genio la pécora humana.

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