388 oraciones de ejemplo con la fuerza del

Por la fuerza del huracán que la empuja, el agua, blanca y chispeante, entra rápida en el canal; sin embargo, poco á poco su marcha se hace lenta y adquiere un tono de azul calizo como el del ópalo; luego, sólo presenta ligeras estrías de espuma, y poco después encuentra su calma y su reflejo azul.

Atraído por la fuerza del contraste, Robledo, hombre de trabajo que había sufrido en su existencia grandes estrecheces y amarguras, aceptaba con un fatalismo risueño este final de sus esfuerzos, encontrándolo lógico y de acuerdo con las ironías de la vida.

El Magistral dominaba por completo a Olvidito y Olvido mandaba en su papá por la fuerza del cariño y por su conocimiento de lo que llamaban allí buen tono.

Francisco faltó una noche a lo convenido, fue audaz, pasó del corredor al interior de la panera; luchó Paula, luchó hasta caer rendidalo juraba ante un Cristo, rendida por la fuerza del artillero.

Nuevo y mayor aliento tomó el festejo con la llegada del caballero, necesitándose de la turbación agradable de los sones de los acentos y de la blanda algazara del festejo para que María pudiese esconder, bajo la fuerza del disimulo, las más contrariadas impresiones que probaba en aquel punto.

¡Es tan tierna! Por otra parte, me era preciso acercarme a esa beldad para conocer la fuerza del poder que la tiene enajenada.

Pero quizá la dosis que había tomado era demasiado débil, quizá el tiempohacía más de un año que Marta había muerto de parto, y en esa época era cuando él había dado a Olga la poción calmantequizá el tiempo había atenuado la fuerza del veneno.

Habían concentrado la fuerza del distrito por el viaje de don José.

El mercader amante, La fuerza del interés, La muerte sin esperanza, El gran patriarca D. Juan de Ribera, por Gaspar Aguilar.

Examínate a ti mismo, sin embargo; escruta los senos de tu conciencia, y hallarás que cometes algunas faltas sin darte cuenta precisa de ellas, que eres arrastrado a cometerlas, no por un acto firme y deliberado de tu voluntad, sino por un impulso que te parece irresistible de tu corazón, en realidad, por la fuerza del hábito.

La fuerza del dolor y el estado de debilidad en que el herido se encontraba, pronto le dejaron sumido en un estado grande de postración.

Stowe los trazaba, fueron los que más adelante constituyeron la fuerza del partido que consumó por fin la extirpación del cáncer formidable.

La espesura de exhalaciones pútridas que la fuerza del sol levanta de las tierras nuevas y lagunas, impregnan el aire, éste inficciona la masa de la sangre y resultan las calenturas intermitentes que suelen guardar en las accesiones la crísis de tercianas ó cuartanas, cuya duración llega á cuatro ó seis años sin que hasta ahora hayan encontrado medios de cortarlas.

Deja pasar la fuerza del sol, hombre.

En vano pedía misericordia; ellos atribuían mis clamores a la fuerza del cólico y me hacían pasar dolores verdaderos queriéndome aliviar de los que no tenía.

» Luis de Carabajal no tuvo fuerzas ni para sostener la fuerza del tormento, porque era tal el terror que le causaban los Inquisidores, que en una de sus declaraciones dijo: «que no se haye en ella el Sr. Inquisidor Lic. D. Alonso de Peralta, porque le tiemblan las carnes en verle.

Los periodistas monárquicos que redactaban el periódico Las Actas de los Apóstoles agrupaban tres nombres como sinónimos: Carra-Garat-Marat, uniendo por la fuerza del consonante a hombres tan distintos como Marat el sanguinario, Carra el jacobino sospechoso, y Garat el ideólogo de las frases brillantes.

Y la fuerza del catolicismo es tan grande que produce en el siglo décimoséptimo una verdadera reaccion.

Levasseur encuentra en él «un hombre en toda la fuerza del término y un carácter supereminente».

La severidad del fondo obscuro en que se destacaba la cabeza, la única nota clara del rostro y del pañolito, aumentaban la fuerza del extraño mirar.

Estábamos sin gobierno, aunque venia entre ellos un contramaestre muy alentado, con una barbaza que le llegaba hasta la cinta, de que se preciaba mucho, y subiendo por las jarcias hácia la gavia, á poner en cobro su papagayo, con la fuerza del viento se le desnudó la barbaza, que llevaba cogida, y asiéndose á un cordel de aquellos de las jarcias, quedó colgado de ella, como Absalon de los cabellos.

No es creible que por huir de aquel peligro, se retirase á Toledo la marquesa, heroina de ánimo tan varonil, que en la fuerza del alboroto del Albaicin, luego que el marqués llegó á sosegar los sediciosos, se quedó con sus hijos pequeños, en una casa junto á la mezquita mayor, á manera de rehenes.

Tan irresistible era la fuerza del océano que le arrastraba, que hasta tomar aliento, hasta volver la cabeza fué para él tan impracticable como si contra la resaca del mar del Sur se debatiera, hasta que se encontró en el patio interior de la Bastilla.

De este modo, es decir, con la fuerza del convencimiento racional, arraigó sus creencias en el corazón.

»Era mayor la furia en demasía de la mar, que ir atrás nos obligaba con el grande furor con que corría, que la fuerza del viento que soplaba; pero, corrido Noto que en porfía la mar contra su soplo tanto estaba, hinchando los carrillos reciamente, las naos hizo vencer a la corriente.

388  oraciones de ejemplo con  la fuerza del