46 oraciones de ejemplo con madre tierra

En uno de los lados del cementerio se alza una espaciosa y sólida capilla, en la que de poco tiempo á esta parte se ha principiado á formar esa fúnebre anaquelería invento de la pobre humanidad, que sin duda cree que un cajón de ladrillo elevado á tres cuartas del suelo es mejor lecho para dormir el sueño eterno, que el hoyo abierto en la madre tierra.

Por eso desde las montañas de Liébana hasta el valle de Reocín se denunciaron las entrañas de la madre tierra; y buscando todos en ellas riquezas á montones, perdieron muchos las que tenían, y ganaron pocos, entre litigios y peleas, bastante menos de lo que habían soñado.

Representa la madre tierra, y todo arriero que no es un desalmado, cada vez que bebe, deja caer algunas gotas, para que la buena señora no sufra sed.

Sobre la bayeta verdegay, de pliegues y lóbulos graciosos, con que se viste la madre tierra, siempre doncella, se ha puesto, aquí y acullá, unos pomares enflorados, cándido ornamento.

Y cuando al seno de la madre tierra vuelva tu cuerpo, en mármol convertido, unjan tu frente de olorosas flores suaves aromas.

Sentir el frágil cuerpo deshacerse al peso de la edad agobiadora, y caminar con paso vacilante, mústios los ojos y el cabello cano; y, buscando un apoyo, á cada instante ¡triste tender la temblorosa mano! Y cuando destruido y fatigoso el cuerpo vuelva hácia la madre tierra, ávido de reposo, ¿qué quedará de ?

Presuma, en buena hora, el zafio y rudo agricultor, cuando riega su campo, que el agua viene de la vecina montaña, y que se deriva por ocultos caminos del seno de la madre tierra.

Otras correas se pusieron en movimiento, y entonces oyose un estampido rítmico, un horrísono compás, a la manera de gigantescos pasos o de un violento latido interior de la madre tierra.

Yo recibí la primera salutación del astro vivificador de la madre tierra como uno de los mayores beneficios que podía otorgarme el cielo en medio de la oscura soledad en que me veía, y mi tío se apresuró a aconsejarme que aprovechara la «escampa», que había de ser de larga «dura» por señales que él consideraba infalibles, para «hacerme a las armas y tomar la tierra como era debido y cuanto más antes».

Porque allí, las gentes que los rodean no saben nada a su respecto y no comparten ninguna de sus ideas; allí, además, la madre tierra, presenta otro seno, y la vida humana reviste otras formas que aquellas que alimentaron sus corazones.

Se había casado tres veces, y otras tantas había enviudado: era el padre de veinte niños, la mayor parte de los cuales había pagado, á diversas edades, el tributo común á la madre tierra.

Trabajar; extraer de la madre tierra aquellos elementos necesarios para la vida de los hombres es nobleza; forjar los metales, tallar las piedras, modelar el barro, enviar los productos de una región del planeta a otra, difundirlos, comerciar con ellos, es nobleza.

Mi frente fatigada se inclina hacia la madre tierra, mis fuerzas decaen, las luces de este mundo palidecen, mis ojos se preparan a dormir.

Mi frente fatigada se inclina hacia la madre tierra, mis fuerzas decaen, las luces de este mundo palidecen, mis ojos se preparan a dormir.

Pero después de muerta ella, sus descendientes han venido á sumirse en la nada cerca de su tumba, y faltos de espacio para tener mausoleo propio, están encerrados en ataúdes de plomo y de cinc, pudriéndose en su propia corrupción, sin el contacto de la madre tierra, que limpia y consume al envolvernos en su caricia.

La madre tierra beberá la sangre, tragará los huesos y en su seno fecundo la vida inmortal proseguirá su trabajo misterioso.

Lo mismo ellas que nosotros caemos en el seno fecundo de la madre tierra.

No ves que me he pasado la vida soñando... Y en esto, mientras soñaba así y como para guardar en su pecho este último ensueño y llevarlo como viático al seno de la madre tierra, la pobre Manolita cayó gravemente enferma.

La madre tierra recibirá lo que produjo, y al que faltare sepultura que le esconda, no fallará cielo que le cubra.

¿Pues por qué no empleamos el breve plazo que nos resta, donde no quedemos sin venganza? ¡Vamos á morir defendiendo nuestra libertad! La madre tierra recibirá lo que produjo, y al que faltare sepultura que le esconda, no faltará cielo que le cubra.

Es un hermoso mito, que redunda en alabanza de Amor y de la madre Tierra, «de cuyo vientre moreno brota la savia de los troncos robustos, y el oro y el agua diamantina y la casta flor de lis: lo puro, lo fuerte, lo infalsificable.

Cantemos el oro, que nace del vientre fecundo de la madre tierra; inmenso tesoro, leche rubia de esa ubre gigantesca.

¡Impostura! ¡Es redonda como la coraza de un escarabajo! Y en ronda, uno por aquí, otro por allá, fueron a arrancar de los muros pedazos de arabesco, rubíes grandes como una naranja, rojos y chispeantes como un diamante hecho sangre; y decían: He aquí lo nuestro, ¡oh, madre tierra! Aquello era una orgía de brillo y de color.

Y murmurabasiempre con su sonrisa sonrosada:Tierra... Mujer... Porque ¡oh, madre Tierra! eres grande, fecunda, de seno inextinguible y sacro; y de tu vientre moreno brota la savia de los troncos robustos, y el oro y el agua diamantina, y la casta flor de lis.

Su aliento nos da en un soplo fecundo la madre tierra, con el alma de los cálices y el aroma de las yerbas.

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