87 oraciones de ejemplo con perfumó

Las flores perfumaban el ambiente y contribuían a realzar la gracia y el esplendor de esta escena de ricos muebles que la adornaban, y sobre todo las lindas sevillanas, cuyos animados y alegres diálogos competían con el blando susurro de las fuentes.

Se puso pomada, se perfumó con esencias y se lavó las manos, sonriendo de gusto al ver cómo se deslizaban dedos sobre dedos al suave resbalar del jabón.

Las más insignificantes particularidades de su traje o de sus ademanes, el aroma exótico de que se perfumaba y que me habría hecho reconocerla a ojos cerrados, hasta los colores que había adoptado últimamente, el azul que le estaba tan bien y que tanto hacía resaltar la nítida blancura de su tez.

Murmullos de multitud quebrantaban el largo silencio de doce meses, alegrías extraordinarias dilataban la fisonomía del viejo colegio, los tilos lo perfumaban con agrestes aromas.

, ella estaba allí, tan cerca, que sentía el fino aroma de iris con que perfumaba sus cabellos, tan cerca, que podía tocar el extremo de su vestido avanzando la mano.

Y Radjí, con marcha lenta, afanosa, el huertecillo cruzando, seguido de su señora, el rastro tomó en demanda de la pintoresca loma del Albaicin, por callejas estrechas, ágrias, medrosas, ó entre vallados floridos de cármenes, cuyo aroma el aire con su fragancia perfumaba deliciosa.

Era blanca la casa, blancas las persianas, blanca la verja, blanca la tienda de campaña de blanco pabellón ya levantada en la playa, blanca la lancha amarrada a la orilla; blancos los rosales que florecían en los cuadros, los geranios que adornaban la entrada y los claveles que perfumaban el jardín.

Un centro de plata adornado de flores perfumaba la estancia.

Las flores del café perfumaban su seno i su corazon.

Lo que pensaba Enriqueta al comenzar su confesión era que el padre Claudio se perfumaba demasiado, pues su olfato sentía la picazón del almizcle que exhalaba la sotana del elegante jesuíta.

Después se levantó, se puso su mejor vestido, se perfumó, se ciñó una espada, y abriendo la puerta del palacio se marchó.

Se abrían frascos de limonadas, se partían cocos verdes para que los que salían del baño bebiesen su agua fresca y comiesen su tierna carne, más blanca que la leche; las jóvenes recibían además un rosario de sampagas, entremezcladas de rosas é ilang-ilang, que perfumaban la suelta cabellera.

Después me presentaron el jarro y la palangana de cobre, y me lavé las manos, y ella también, y nos perfumamos con agua de rosas y almizcle, y nos sentamos para departir.

, sentada sobre el lecho, aquel pobre lecho que su cuerpo una noche perfumó á violetas,

Acercámonos gustosos a aquellos bellísimos arbustos, que perfumaban el aire circunvecino, y hallamos que cercaban la entrada de una caverna muy profunda.

Las marimoñas y las mosquetas se podían segar; las adelfas arbóreas empezaban á abrir sus capullos y mostrar el color sonrosado de sus más tempranas flores, y el romero y el tomillo perfumaban el aire puro.

Mezclados con los crisantemos, madama de Aristy ponía matas de heliotropo que perfumaban la estancia.

Él se llevará vuestras hijas para que le diviertan, y le perfumen, y le embriaguen con sus besos y le hechicen con sus cánticos; vosotros sembraréis, y él segará; vosotros plantaréis, y él cosechará; vosotros trabajaréis, y él gozará; vuestros campos le servirán para granjearse á sus cortesanos, y vuestras vendimias para emborrachar á sus eunucos.

Fidela le lavaba y perfumaba las manos diariamente, cuidándole las uñas con un esmero exquisito, verdadera obra maestra de su paciencia cariñosa.

Del agua se alzó fuera Y, al esparcir el viento Su blonda cabellera, El aire perfumó: Dejó escapar su aliento, Y cuanto allí existía Su aliento de ambrosía Con ansia respiró.

No valía la pena ni de ensañarse con los que serían capaces de martillear las estatuas griegas, con los que huían de las termas y no se lavaban ni perfumaban el cabello.

Se bañó, purificó y perfumó, como en día de bodas; se vistió interiormente tunicela de lino delgadísimo, ceñida por un cinturón recamado de perlas; y, encima, echó la vestimenta de burdo tejido azul lanoso que aun hoy usan las mujeres fellahs, el pueblo bajo de Egipto.

Delante dellos vino un indio viejo, y, á lo que parecia, hombre de autoridad, y debia ser sacerdote de los ídolos, acompañado con otros, no supe cuántos, y puso un braserico de barro, bien hecho, lleno de brasa, y puso cierta cosa aromática, como incienso, de que salió humo odorífero, con el cual incensó ó perfumó á ciertos ídolos ó bultos de hombres que allí estaban.

Porque el olor de los adobíos, por más que se perfumen, va delante dellas, pregonando y diciendo que no es oro lo que reluce, y que todo es asco y engaño, y va como con la mano desviando la gente en cuanto pasa la que yo no quiero nombrar.

Los tilos y las magnolias, llenos de flor, perfumaban el ambiente con su aroma, un aroma tan fuerte que casi mareaba.

87  oraciones de ejemplo con  perfumó