62 oraciones de ejemplo con pesas

El ejército es federal, como el sistema monetario y de pesas y medidas, los correos y las relaciones exteriores que afectan á la nacionalidad entera; de modo que las facultades reservadas al gobierno federal en nada vulneran la autonomía de los Estados ó cantones.

Los amigos entramos en uno rrasonaron: [1470] »Quexóse el diablo, diz': «¡Ay, que mucho me pesas! »¡Tan caros que me cuestan tus furtos é tus presas!»

Tenía otra manía, corolario de sus paseos, la manía de las pesas y medidas.

Las pesas subían y bajaban golpeando el mostrador duro, y de mano en mano iba pasando el sustento de todo el barrio, aquí pobre y esquilmado, allá rico y sustancioso.

Su péndulo descubierto parecía no tener otra misión que ahuyentar las moscas, que acudían a posarse en las pesas.

Apenas si puede probarse... ¡Es estúpido que no tengas nada mejor, cuando Niní convida con champaña y gallina a Sansón, el hombre de las pesas falsas y de los músculos postizos! Catalina lo tranquilizaba entonces, como diciéndole con su mirada cariñosa: Espérate a que eduque a Cónsul, para convidarte con champaña y gallina, como Niní a Sansón, el hombre de las pesas falsas y de los músculos postizos...

Apenas si puede probarse... ¡Es estúpido que no tengas nada mejor, cuando Niní convida con champaña y gallina a Sansón, el hombre de las pesas falsas y de los músculos postizos! Catalina lo tranquilizaba entonces, como diciéndole con su mirada cariñosa: Espérate a que eduque a Cónsul, para convidarte con champaña y gallina, como Niní a Sansón, el hombre de las pesas falsas y de los músculos postizos...

Eran los viejos estrados que mi imaginación colocara tras los cerrados postigos; muebles Luis Felipe, de ébano, tapizados de reps granate, verde o azul, grandes, amazacotados, exentos de toda gracia; cómodas de Boule, horarios de pesas, cuadros de campestres paisajes, muy mal pintados, muy relamidos, con sus riscos de mazapán y sus corderillos de cartón piedra, y pesados cortinajes, llenaban las estancias, cuadradas, vastas, altas de techo.

¡Qué poco pesas desde aquel día!...dice él en voz baja, dejándola bajar al suelo.

Un momento después oíase en todo el faro un estrépito de cadenas, de poleas, de grandes pesas de reloj a las cuales se daba cuerda.

Después, cuando nos íbamos a acostar, entrábamos un momento en la habitación del fondo, hecha un revoltijo de cadenas, grandes pesas, depósitos de estaño, calabrotes, y allí, a la luz del candilejo, el torrero escribía en el gran libro del faro, abierto constantemente.

Pero déjame, que pesas mucho.

Las mujeres saludaban sonrientes al pae capellá, hombre campechano, tolerante, con sus puntos de malicia, sabiendo amoldarse á las costumbres de su ganado, y que muchas veces veíase detenido en medio de la calle por alguna pescadera de las que encargaban misas, pidiéndole que bendijera las cestas y la balanza para que los municipales de Valencia no la pillasen con las pesas cortas.

Dos capazos pendientes de cuerdas y unos cuantos guijarros enormes servían de balanza y pesas, y nunca faltaba algún chico del pueblo de la clase de leídos que se prestaba á ser secretario de las amas, llevando en un papel la cuenta de las ventas.

¡Ay, mi niño, cómo pesas!... pareces un pecado—exclamó echándoselo á cuestas.

Hacia hacer balas apriesa á todas las mujeres de mi regimiento, y faltándome plomo, hice tomar todas las pesas de los vivanderos y deshacer los platos de estaño en que se comia.

En la puerta del mostrador, una gran balanza mostraba el abultado vientre de su platillo de bronce y el cuerpo plano y negro, dormitando bajo la custodia de media docena de pesas, pentagonales, trozos de hierro ennegrecido.

Por la escena aparatos de gimnasia: escaleras, pesas, poleas, en la pared panoplias con armas y caretas de esgrima, y por el suelo una tira de linoleum y una colchoneta.

Siempre que Midas acariciaba a su hijita, acostumbraba a decirla:¡Vales más oro que pesas!.

No se usaban en los mercados pesas ni medidas.

Entonces, a falta del vigor mental necesario para manejar garbosamente las pesas y las barras de hierro de las ciencias exactas, mostraba el pobre desterrado las galas de una brillante fantasía, toda luz y colores, o por mejor decir, toda lentejuelas y fuegos fatuos.

En los primeros términos una mesa de pino, sillas de anea, un armario, un reloj de pesas, grande, antiguo.

36 Balanzas justas, pesas justas, efa justo, e hin justo tendréis.

11 Peso y balanzas de juicio son del SEÑOR; obra suya [son] todas las pesas de la bolsa.

23 Abominación son al SEÑOR las pesas dobles; y el peso falso no [es] bueno.

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