616 oraciones de ejemplo con pulgas

En Paris no se escapa ningun bicho viviente; ni el oidium, ni las pulgas, ni las liendres, ni las chinches.

Levante los ojos el que pasea por estas espaciosas y magníficas calles, lea ciertos cuadros que están expuestos en los almacenes y tiendas de comestibles, y se convencerá de que sólo la negligencia en soltar unos cuantos sueldos, puede tolerar el desacato de que haya pulgas en el mundo.

de pulgas o piojos espumajoso **** lleno de espuma esquiuandose **** esquivar: excusarse, rehusar esquiuidad, esquiuedad **** esquividad: calidad de hurano, desden esquiuo, esquiua, esquiuas **** esquivo: aspero, malo esse, essa, esso **** ese, esa, eso essos, essas **** esos, esas essotro, essotra **** ese otro, esa otra; "a essotra puerta": "'A esotra puerta, que esta no se abre' (Refran).

De malpagar, de malas pulgas, diríamos, bravonel y matón, malo de contentar, que es lo que pagar vale, como todavía pagarse de, contentarse de, conforme á su etimología, de pacare.

Al perro flaco todo son pulgas, y á la flaca mujer se achacó siempre lo que el hombre, más culpado que ella, merecía, puesto que tiene más inteligencia y aguante.

Probablemente, según dijo la criada, no regresaría hasta la noche porque había tenido que ir por tercera vez a la estación de las Pulgas, a la obra y al asilo de la calle de Alburquerque.

Febrer veía saltar sobre las oquedades del gran peñón gris, sombreadas por el verde de las sabinas y los pinos marítimos, unos puntos de color, semejantes a pulgas rojas o blanquecinas, de incesante movilidad.

Por de pronto, observémosle en su rudo luchar por la pícara existencia, y en el terrible campo de batalla, en el cual no hemos de encontrar charcos de sangre ni militares despojos, sino pulgas y otras feroces alimañas.

Calumnia, pura calumnia; pero no te metas en vindicar tu honra mancillada y echa a correr, que Villavicencio tiene malas pulgas, y aunque te escuda el fuero militar... Conque en marcha y no vuelvas a Cádiz en tres meses.

de esta manera, ; pero, mucho cuidado, porque Agapo tiene muy malas pulgas y fuerzas suficientes para hacerse respetar, ¡ajo! Quilito, libre, se calmó.

Las chinches caían del techo, las pulgas saltaban sobre los baldosines.

Tienen una iglesia chica y triste, en donde los más devotos forasteros retroceden ante el formidable ejército de pulgas, que sin duda el rey de las moscas, o sea Satán mismo, mantiene allí para perjuicio de los católicos veraneantes.

Entre otras cosas buenas que esta Isla tiene no es de dejar de referir ésta, que tampoco es de no mucho estimar, conviene á saber, que en toda ella no crian los españoles piojos ni pulgas; de los piojos, por maravilla uno se suele, sino muy raras veces, hallar; de las pulgas, ninguna se halla donde quiera que la casa está de gente habitada.

Entre otras cosas buenas que esta Isla tiene no es de dejar de referir ésta, que tampoco es de no mucho estimar, conviene á saber, que en toda ella no crian los españoles piojos ni pulgas; de los piojos, por maravilla uno se suele, sino muy raras veces, hallar; de las pulgas, ninguna se halla donde quiera que la casa está de gente habitada.

Lo que dellas he visto, por experiencia, es que cuando se hacen algunas chozas, así como se suelen hacer en las minas, que hoy las hacian y dende á un mes ó dos, acabada la mina, por ir á buscar otra mina, dejaban aquella choza, luégo que la gente salia se henchia de pulgas, y duraban en ella tres ó cuatro dias y despues se morian todas.

Lo otro, que afligió algunos españoles á los principios, fué las que llamaban los indios niguas; éstas son cierta especie de pulgas, y así saltan como pulgas, y son tan chiquitas que apénas pueden ser vistas.

Lo otro, que afligió algunos españoles á los principios, fué las que llamaban los indios niguas; éstas son cierta especie de pulgas, y así saltan como pulgas, y son tan chiquitas que apénas pueden ser vistas.

Cuadrándose y meneando la cabeza, me dijo: «Mira, Infantito, que ya me voy cargando; mira, Infantito, que yo tengo malas pulgas; mira, Infantito, que si te pones pesado, voy y traigo la palmeta, ¿sabes?

Por las muestras de veneración y respeto que le rendían, vine a conocer que el Sr. Acisclo tenía malas pulgas.

Nubes de mosquitos nos rodeaban: además del Anopheles claviger, ordinario portador del protozoario de la malaria, nos mortificaban el casi invisible gegén, amén de ejército innumerable de pulgas, cucarachas y hormigas.

Díjole un dia un mozalvillo, no de mal talle: Así se me tornen las pulgas en la cama; al cual muy de propósito respondió: Debe dormir en alguna zahurda de lechon.

De suerte, que yo no pude averiguar cuál fué más fantástico y loco de los dos, aunque está la presuncion por el portugués, por haberse atrevido en tierra agena, y donde tan poco amados son los españoles; que alabando á los venecianos su ciudad dicen, que no hay en ella calor ni frio, lodo ni polvo, moscas, ni aun mosquitos, pulgas ni piojos, ni aun españoles.

Gloriábase de ello, repitiendo á menudo que no aguantaba ancas, ó bien que tenia malas pulgas, ó bien que no tenia pelos en la lengua, ó que á ella no se le quedaba nada por decir, ó que tenia tres pares de tacones, ó que quien la buscaba la hallaba, ó que la hija de su padre no se dejaba zapatear, coronando todas estas gracias con su frase favorita, que era asegurar que no moriria de cólico cerrado.

Aun así, no creáis que no hacéis daño; lo hacéis, porque venís aquí y traéis una nube de pulgas.

El muftí de su pais, no ménos cosquilloso que ignorante, encontró en su libro proposiciones sospechosas, mal-sonantes, temerarias, heréticas, ó que olian á heregía, y le persiguió de muerte: tratábase de saber si la forma substancial de las pulgas de Sirio era de la misma naturaleza que la de los caracoles.

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