42 oraciones de ejemplo con sus postura

Hasta los veintidós años había tenido la cabeza en su postura natural

, sin abandonar su postura de oriental impasible, mordía su cigarro, siguiendo con los ojos la marcha de la procesión.

Sin dubda has acertado, Silvia mia, Quién es este enemigo de mi gloria? Es caballero, ó rustico aldeano? Que todo lo parece en su postura, Y dura condicion, el talle ilustre De la ciudad, la condicion del monte.

El francés canta entre carcajadas espontáneas y danza con los miembros sueltos, saludando con una risotada sus posturas de una fantasía simiesca.

Fortunata prestó atención a lo que allí pasaba; pero sin abandonar su postura de esfinge.

Las demás figuras de la cena eran vulgares, su embriaguez no tenía dignidad, ni gracia la libertad de sus posturas.

Las figuras de los cromos finos y provocativos de la Marquesa reían con sus posturas de falsa gracia violentas y amaneradas.

Los muebles de baratillo declaraban con sus chapas rotas, sus patas inválidas, sus posturas claudicantes, el desastre de sus infinitas peregrinaciones en los carros de mudanza.

Varias veces, al hablarle Isidro de las danzas de los árabes, había mencionado a este joven, alabando su postura de caballero del desierto, que hacía recordar a los héroes de las Orientales cantados por el romanticismo.

»¿Qué te sucede, hija mía?preguntela incorporándome de un salto y cogiéndole, con las mías, una de sus manos, fría, ¡muy fría! »¡Es cosa, muy singular!me dijo tornando a su postura supina y fijando su mirada en un punto imaginario del pabellón de su cama.

Era una mujercita delicada, de complexión casi enfermiza, sin rasgos enérgicos de belleza con que atraer y dominar: su rostro carecía de expresión y su cuerpo de gentileza: sus posturas eran lánguidas, como si todo su organismo estuviera sometido a la impasibilidad de un temperamento ingénitamente casto, reflejo de un alma privada de inspirar pasiones e incapaz de sentirlas.

Uno de los que juegan a negro retira su postura.

Los jugadores que presumen de científicos, que leen la revista de Montecarlo y que hacen sus posturas con arreglo a un plan, no pasan de ser algo semejante a los antiguos astrólogos.

En su mirada brilla la mirada viva característica de sus imágenes ulteriores, y en su postura, impropia de un niño, puede descubrirse la intención del pintor de hacer que resalte el rango del modelo: apoya la mano izquierda en la empuñadura de la espada y la diestra en el bastón de mando.

No me figuro más que la verdad, don Laureanoprofirió con voz alterada el pobre hombre sin abandonar su postura.

Los chinos que los vieron, adoptaron tambien su postura: se sentaron como en sus tiendas, una pierna encogida y levantada y otra colgando y agitándose.

Observemos sus posturas caprichosas y fantásticas; de qué modo tan pintoresco extienden las alas sobre el agua, levantando nubecillas de espuma, o sumergen la cabeza para atrapar un insecto, o la ocultan bajo el ala, o levantan el vuelo inesperadamente para dejarse caer a los pocos pasos llenos de pereza y molicie sobre su elástico lecho, como un sátrapa sobre su diván de pluma.

Algunos sacerdotes tenían abiertas las puertas del confesonario y se les veía con sotana y bonete inclinar el cuerpo y oído hacia la ventanilla, reflejando en su rostro fruncido y en su postura desmadejada el cansancio que sentían.

La lechuza, inmóvil sobre una viscachera o en la punta de un palo de alambrado, abre el pico como un resorte mecánico, lanza su grito gutural, que en la noche inquieta los espíritus más serenos, deja caer sus párpados amarillentos, que tienen más expresión que sus ojos mismos y queda en su postura egipcia.

Al principio, el buen galope del moro recomendado por Tobías le había seducido; pero pronto le dolió la cintura, las rodillas le empezaron a arder en la parte que frotaban la silla y cuando después del reposo del almuerzo volvió a su postura de centauro, todo el cuerpo protestó en un estremecimiento.

En sus posturas descuidadas y caprichosas, en sus movimientos desordenados y bruscos, en sus arrebatos y en sus desmayos, hay á veces mucha gracia.

Según podía juzgarse en aquel momento por razón de su postura en la piragua, era un hombre de estatura elevada; su cabeza, algo pequeña, se hallaba unida por un cuello robusto a unos hombros de una anchura poco común; músculos duros como cuerdas se destacaban en sus brazos a cada movimiento que hacían; en resumen, todo el aspecto de aquel individuo denotaba un vigor llevado a su último límite.

El material abandonado en la ribera, las lanchas inmóviles, las gigantescas dragas anquilosadas en sus posturas oblicuas: todo parecía aumentar el universal silencio, la sensación melancólica de soledad y abandono irrevocable.

Era hermosísima; su cabeza parecía destacarse en una medalla antigua, como aquellas sicilianas de que nos habla el poeta de los Trofeos; su indumentaria, su figura, sus posturas, hablaban de Grecia al menos versado en las delicadezas del arte helénico; en su tocador, de gusto arqueológico, sencillo, noble, poético, Violeta parecía una pintura mural clásica, recogida en alguna excavación de las que nos descubrieron la elegancia antigua.

E estonce ficieron sus posturas en uno, et el homne fué su vasallo.

42  oraciones de ejemplo con  sus postura