Admiro tu fe, pero cree que no he salido tan bien como te imaginas de aquella aventura sombría.

¿Te imaginas que no es, que no está siendo, que no será inmenso el sacrificio que hago?

»Inesita parece, y yo creo que es, candorosa, buena, franca, todo lo que tú te imaginas; pero no deja descubrir no ya si te quiere o no, sino si tu carta la ha lisonjeado o no la ha lisonjeado.

¿Te imaginas que el viejo Madariaga no ha visto tus miraditas y las miraditas de la mosca muerta de su hija, y cuando os paseabais tú y ella agarrados de la mano, en presencia de la pobre china, que está ciega del entendimiento?...

¿Te imaginas que corres todavía por el parque del castillo de Leoville?

¡A ver si vamos a representar ahora la escena de Augusto y Cinna! ¡Tendría gracia! ¿Te imaginas que conspiro? ¡Vaya! Ya me has interrumpido dos veces, a pesar de haberme empeñado tu palabra.

¿No te imaginas oír a los ángeles murmurando palabras parecidas a las nuestras?

¿Te imaginas, hijo mío, que no he comprendido que tratabas de matarte... esta noche...

No te imaginas, le dijo Muñoz, el alivio que para mí significa encontrarte...

¡Cómo te imaginas! Y nunca más hablaron de ello.

Estás enamorado de la señora Liénard y te imaginas que va a recompensar tu trabajo consintiendo en llamarse la señora Princetot... ¡No!exclamó el joven.¡Nunca he pensado cosa tan absurda! Tanto mejor si me engaño, hijo mío, pues yo te aseguro que, de haberlo esperado, tú te habrías de arrepentir temprano o tarde... Más que ella vales, no hay que dudarlo; pero esas señoras se creen hechas de otra pasta que nosotros.

Sí, sí, te concedo que esa mujer obra mal; pero bien examinadas y bien pesadas todas las circunstancias, no es tan perversa, de seguro, como tú te imaginas.

¿Te imaginas que es poco huir dejando aquí la mayor felicidad de mi existencia?... Y para dar más fuerza a sus ruegos se abrazaba a Rafael, acariciaba su cabeza caída y pensativa, dentro de la cual se agitaban tempestuosas las ideas, removiendo profundamente su voluntad.

Sin él me mataría... Pero no es lo que tú te imaginas... no lo es.

¿Te imaginas por ventura cumplido tu destino dejándote morir sepultado en el harém de tu Ruzafa sin haber dado á los andaluces una aljama digna en la corte de tu reino?

Ay mi libertad! ¿Te imaginas por ventura que una esclava no es una muger?

No gozo un solo instante de libertad: mis siervas espían mis mas inocentes acciones; los eunucos que de noche velan mi sueño, las almeas que tú crees destinadas tan solo á divertirme con sus bailes, las tellaks que te imaginas consagradas esclusivamente á mi servicio en el baño, son, sin sospecharlo tal vez, los ciegos instrumentos de la tiranía marital.

Ya sabes que buscamos a tu madre para tan delicada misión confiando en tu palabra, y tampoco debes olvidar que a mí me debes cuanto eres, y que así como puedo encumbrarte más alto de lo que te imaginas, puedo arrojarte al suelo y aniquilarte como un insecto si es que haces traición a la Orden.

He perdido el hábito de los salones y tú no te imaginas cómo resulta penoso tener que sonreir y tratar de ser espiritual cuando las mujeres con quienes hablamos nos son del todo indiferentes y cuando estamos echando de menos la buena siesta, sobre el catre pelado, en el silencio de la estancia... * * * * * Dos horas después de haber llegado a la casa de su compadre, Silvestre sintióse transformado.

¡Lo creo! ¿Pero tú te imaginas que voy a perder el tiempo dándote consejos?

Me respondió: Como miras a lo lejos a través de las tinieblas, te equivocas en lo que te imaginas.

Me contestó: ¿Te imaginas sin duda que estás aún al otro lado del centro, donde me cogí al pelo de ese miserable gusano que atraviesa el mundo?

¿pero tú te imaginas que nunca he escalado montes?

CELIA.¡Asombroso, asombroso! Asombro de los asombros! ¡Y otra vez aún, prodigioso sobre toda ponderación! ROSALINDA.¡Por mi estampa! ¿Te imaginas que porque llevo un traje de hombre, tengo el alma vestida de pantalón y chaqueta?

¿Te imaginas que he de poner mi alma en peligro, gratis?