Un rumor popular y el áspero tañido de los fagotes vinieron á sacar de apuros á nuestra amiga anunciando la procesión.

Pero no me era grato saber que mi hermana pasaba apuros y estrecheces, casi totalmente arruinada por su marido, y a menudo le mandaba reservadamente algunas cantidades como regalo para mis sobrinos, a quienes apenas conozco....

Mirando melancólicamente a la urraca y su lustroso plumaje dominicano, por asociación de imágenes se le ocurrió que el Padre Alesón podía sacarle del apuro, y fué a pedirle que le prestase un libro de poesías y algún discurso.

Muchas veces le había contado sus apuros para buscar el consejo de su astucia campesina.

Con esto y el pronto auxilio de la carga hecha en el mismo instante por la caballería de España, salimos del apuro.

Me afeó el préstamo aceptado de Lea y puso cuanto tenía á mi disposición, pero no era bastante para sacarme del apuro.

¡Y qué bien sabe hacerlo el muy ladrón! Se confiesa a menudo, entrega cantidades en las sacristías, diciendo que las ha cobrado de más por un error y quiere sean para los pobres, y hasta se murmura si es él ese ramoso sujeto que, con el incógnito de Un cualquiera, envía dinero a la Junta de Instrucción Obrera cuando ésta sufre apuros.

Ello fué que al cabo de unos meses me encontré en los más graves apuros.

¿Cree usted que yo le hubiera hablado de mis apuros pecuniarios, a no estar segura de que dentro de pocas horas me habré muerto?

A poco de las trapisondas de marras... Desde entonces su cuñada de usted ha vivido apartada del bullicio, llorando sus faltas y comiéndose los ahorros que tenía, hasta que han venido los apuros.

Mientras tanto, crecían los apuros de la casa, haciéndose más difícil la existencia de los dos.

Inútil es decir que nuestra modista francesa aclimatada en California, habia encontrado un campo mas extenso para sus coqueterías, y que la fingida rivalidad de algunos tunantes de buen humor la ponía en los mas cómicos apuros.

Fui a mi casa pensando en tus apuros.

Entre tanto la cocina se llenaba poco a poco de gente que acudía a saber de don Celso y a ofrecerse para toda clase de menesteres en la casa en aquellas horas de prueba, y a mí no me disgustaba verme tan bien acompañado en ocasión de tantos apuros.

Por el contrario, advertía yo en ella un tácito deseo de que se le presentase ocasión de sacarme de un apuro.

La casa estaba desquiciada, y al declararme Eloísa dos meses antes sus apuros, no había dicho más que la mitad de la verdad.

El joven español, al observar mi apuro, sacó dos reales y pagó al hombre.

Pero es el caso que detrás vino el segundo... y dos ya son uno; y vino luego el tercero y con éste ya empezó á cambiar el aspecto de la casa: empezaron los apuros y las privaciones en el más alto grado.

Lo dejas para mañana, hombre, ¿qué apuro tienes?

¡Cómo! ¡pues qué ha sido de Dorotea! Debéis alegraros por lo que toca á vuestra hacienda, aunque la lloréis como cristiano; la Dorotea os tenía apurado; dándose muerte desesperada, os ha librado de apuros y de gastos.

Y como, según parece, hay personajes elevados que se apropian las obras dramáticas de otros autores, solicitamos de ti, ¡oh rey de las bellas artes! que no lo consientas, porque los poetas que les venden sus obras, remedian sus apuros de esta manera y proporcionan á los compradores gloria injusta y prestada.

Isio, sin perder momento, se entrevistó con los ricos y disimulando el apuro en que se veía, y sus intenciones, malvendió en pocas horas todas sus cosas, excepto un hermoso caballo que tenía, algunos libros é instrumentos de mágia, que había aprendido en Manila y á la que tenía mucha afición, y acompañado de un criado suyo, tan fiel como valiente, aunque visiblemente de más edad que él, se dirigió al monte.

No sabes lo que me duelen esos apuros de dinero, a los cuales no estás acostumbrada.

En esto, la señora se enteró de su apuro y le contestó á Favía:Toma la pluma y escribe.

Y luego, cuando el otro le enumerara sus apuros y dificultades, lo volvía á interrumpir: ¡Caramba, caramba, caramba! Por fin Viera calló, muy conmovido, y no porque se le hubiera agotado el tema, sino porque la fatiga le exigía reposo.