25 colocaciones para alborotos

Apretóle don Cleofás, como más amigo de saber, le dijese la causa de aquel alboroto; que no se había de volver a acostar sin descifrar aquel misterio.

» A estas líneas que dejo extractadas hay que añadir que el conflicto, lejos de resolverse allí, tomó nuevo aspecto, pues el arzobispo se negó entonces á prestar su concurso y á transigir con lo de las danzas, enviando á decir á las corporaciones y á los religiosos, que ya estaban formados en las gradas de la Catedral, que se dispersaran, causando nuevo motivo de alboroto, de enojo y de sorpresa.

Abiendo ya asosegado Jorge Espira a su gente del alboroto que entre ellos se abia levantado sobre yr en descubrimiento de las tierras y españoles que por notiçia les abia dado aquella yndia de quien atras queda largamente dicho, y estando casi de camino para pasar adelante, fueron juntos y conbocados

¡Ola! los causadores del alboroto.

Se reunieron con el Mosca algunos granujas y desocupados, comparsas de todos los alborotos populares, y nos llevaron al Ayuntamiento.

Ya en esto, con la llegada de D. Juan á Torrejón de Ardoz y su amenazador continente, con los dictámenes de los Consejos y de la Junta magna que se hicieron públicos, y las intrigas de los enemigos del confesor y de la Reina, había pasado la corte, de la confusión y el ruido, al alboroto y la alarma.

Agitábanse los diputados, echándose unos a otros la culpa del alboroto; nos apostrofaban también desde abajo llamándonos canalla soez, y los porteros dieron principio a la expulsión.

Pero otras veces se entusiasmaba el buen viejo, elogiando un discurso de alboroto.

No es creible que por huir de aquel peligro, se retirase á Toledo la marquesa, heroina de ánimo tan varonil, que en la fuerza del alboroto del Albaicin, luego que el marqués llegó á sosegar los sediciosos, se quedó con sus hijos pequeños, en una casa junto á la mezquita mayor, á manera de rehenes.

Es así que yo las hallé en gran alboroto, y penadas sobre lo que en vos habian hecho, despues que supieron por la carta la parte, y cierto que les pesa verdaderamente por ello.

Muchos vecinos ya esperaban con curiosidad maliciosa la hora del alboroto y salían a los balcones a presenciar la escena.

Si no de su material violencia, tuvo miedo del alboroto, del escándalo y de la resonancia ridícula que podía tener aquella escena, si se prolongaba.

Clara, que había tenido noticia del alboroto de aquella noche, estaba en la mayor inquietud.

El jeque ahorcó otro moro de los que habían sido origen del alboroto.

Si estuviera aquí mi Blas, se vería si hay un hombre pa otro hombremurmuró, volviendo la espalda, la promovedora de aquel alboroto.

Al día siguiente, cuando fué conocido el robo, promovióse gran alboroto en el barrio, poniéndose en aquel punto en movimiento la justicia, la cual tuvo la suerte de dar, de allí á pocos días, con el ladrón sacrílego, que, encerrado en la Cárcel Real, fué condenado á muerte muy luego.

Hízome comprender el mal que por entrambas partes me amenazaba; los peligros que corrías en Ilión, y el riego de un alboroto popular que derribase el Consejo y entronizase la anarquía; que es condición humana pisotear más y más al caído.

3 Por el sonido de los cascos de sus fuertes, por el alboroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no miraron a los hijos por la flaqueza de las manos; 4 a causa del día que viene para destrucción de todos los palestinos, para talar a Tiro, y a Sidón, a todo ayudador que quedó vivo; porque el SEÑOR destruirá a los palestinos, al resto de la isla de Caftor.

El viajero se figura que ha penetrado en una ciudad mágica donde no existen tranvías, ni carros, ni coches, ni chicos vocingleros; sin embargo, en Montevideo hay tranvías y carros y demás sujetos de alboroto.

Reconociendo este Chantre quererle castigar, se me ha alzado á mayores y se ha aliado con un grande alborotador, regidor deste pueblo, que se llama Gutierre de la Peña, y el Contador de V. M. y otros que con estos están confederados, de manera que, como falta autoridad en la tierra no le puedo castigar, temiéndome de alborotos.

vi Maximiliano, gozoso de ver que su tía con aquel gran alboroto, no se ocupaba de él, poníase de parte de la autoridad y en contra de Papitos.

No le pesó a mi amo del alboroto, porque se quedó con los dineros, y aplazó para otro día y en otro hospital lo que en aquél había faltado.

Era esto harto común en aquellos tiempos de alborotos continuos, y la berlina avanzó, sin acortar su carrera, hasta la calle de Alcalá, para tomar luego por la del Barquillo.

A Francisco Roldan, autor de todos los alborotos y levantamientos pasados, y á D. Hernando de Guevara, que ahora se habia alzado, y á los demas que estaban para ahorcar, no supe que penase ni castigase en nada, los cuales yo vide pocos dias despues desto, que yo á esta isla vine, sanos y salvos, y harto más que el Almirante y sus hermanos prosperados, si llamarse puede, aquella vida que tenian prosperidad y no más infelicidad.

al contemplar su desnudez se taparon el rostro con las manos, que el pudor es algo inherente a la hermosa mitad de la especie humana, y prorrumpieron en tan desaforados gritos, que don Sindulfo y Benjamín, dejando aquel sus apuntes y este sus clasificaciones, corrieron en averiguación del alboroto.

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