734 colocaciones para fuego

A esta fatalidad sobrevinieron otras, cuales fueron la de haberlos cargado el enemigo, haberse pegado fuego á la pólvora que tenian, y caídoles un lienzo del edificio en que se alojaban: y muertos unos, otros abrasados, y no pocos envueltos en la ruina de la pared, fueron todos consumidos y disipados, y el rebelde se aprovechó de las armas de fuego y blancas, reforzándose con los despojos de sus mismos enemigos.

Y sobre aquella tez lucían sus grandes ojos negros sombríos, salvajes, con un fuego misterioso y sensual.

Nos batíamos apoyados contra una hoguera, y la hambrienta llama, al morder con su diente insaciable en aquel pasto, extendía alguna de sus lenguas de fuego azotándonos la cara.

, y, llegándose a Sancho, le echó una ropa de bocací negro encima, toda pintada con llamas de fuego, y, quitándole la caperuza, le puso en la cabeza una coroza, al modo de las que sacan los penitenciados por el Santo Oficio; y díjole al oído que no descosiese los labios, porque le echarían una mordaza, o le quitarían la vida.

Un carbúnculo, color de fuego, brillaba en lo más alto del monumento, reflejando á lo lejos los rayos del sol, y hubo un rajah que mandó extender desde la cima de la montaña hasta las llanuras una alfombra de doce kilómetros de longitud para que no manchase los pies de los fieles una tierra impura, procedente de un suelo profano.

Los peones que por a o b llegaban a la siesta, admiraron siempre la obstinación del perro, resoplando en cuevitas bajo un sol de fuego, si bien la admiración de aquellos no pasaba del cuadro de caza.

El regimiento de guardias valones, los suizos, el de la Corona, el de Irlanda, el de Jaén, los granaderos provinciales, los fusileros de Carmona, la caballería de Farnesio y las seis bocas de fuego que mandaba D. Antonio de la Cruz, eran piezas respetables, orgullosas de mismas.

013:041 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y ellos recolectarán de su Reino todas las causas que hacen tropezar, y a aquellos que hacen injusticias, 013:042 y los enviarán en el horno de fuego.

La picante andaluza, la valenciana de mirada de fuego y frente enhiesta, la locuaz y casi rubia bilbaína, la gentil madrileña medio afrancesada; todas seducen y forman un conjunto admirable de fisonomías generalmente simpáticas reuniendo la gracia expresiva á la hermosura.

En seguida contaban en sus tradiciones que las había guiado una estrella ó una columna de fuego, ó que habían seguido el vuelo de un águila ó que habían ido colocando sus pies en las huellas del casco de un bisonte.

Y no era quien le echaba un querubín con espada de fuego, sino su tío el doctor López.

Las ruedas, las válvulas, los frenos, los resortes, la caldera y toda la maquinaria de la locomotiva son la imagen de la musculacion y de los órganos del hombre; y el fuego que produce el vapor y el movimiento maravilloso, es una hoguera encendida con una chispa del fuego divino del progreso, que arde constantemente en el cerebro y el corazon de la criatura humana.

Estaba sentado con los oficiales, calentándose a la luz del fuego.

Napoleon III venia de Italia vencedor y vencido al mismo tiempo: vencedor en las batallas; vencido despues en el terreno diplomático, caliente todavía la atmósfera con el fuego terrible de Solferino.

En el cielo aparecían nubes de colores pronunciados y brillantes; dragones de fuego agitándose en la boca de un horno.

La propiedad que tienen estos animales de acudir al resplandor del fuego la aprovechan los filipinos para pescarlos sin gran trabajo: encienden hogueras en las vintas y en la playa, y cuando acuden los clavan con el arpón.

El comenzar de la tarde fue sofocante; el sol derramaba una lluvia de fuego; el mar se extendía tranquilo, apenas rizado, sin más olas que algunas pequeñas ondulaciones; con la respiración rítmica de un buen monstruo dormido, el agua, soñolienta, reflejaba la costa con todos sus detalles en la claridad de aquella tarde perezosa y espléndida.

Se celebraba la fiesta de la Virgen; su imagen, colocada en el altar mayor sobre un escabel de oro, resplandecía como un ascua de fuego; las notas del órgano temblaban dilatándose de eco en eco por el ámbito de la iglesia, y en el coro los sacerdotes entonaban el Salve, Regina [Footnote 1: templo.

»] [Nota 417: Girándula es, como dice Covarrubias, «cierta rueda llena de cohetes, que dando bueltas a la redonda, y girándose, despide de rayos de fuego a modo de cometa, con muy grandes tronidos».

Las palabras que había de decir estaban escritas con letras de fuego en el espacio.

Fue a colocarse Maltrana al margen de la línea de fuego, entre los dos combatientes algo más cerca del alemán, que era el que ocupaba el lugar alto.

No con menos temor, menos sosiego, Tímido ruiseñor su esposa llama, Á quien el plomo en círculos de fuego 2385 Quitó la amada vida en verde rama, Que mi confuso pensamiento ciego En noche obscura los engaños ama, Esperando que llegue con el día La muerta luz de la esperanza mía.

En tanto que las piezas arrojadas á las llamas comenzaban á enrojecerse, largos y profundos gemidos parecían escaparse de la ancha hoguera, de entre cuyos troncos saltaban como si estuvieran vivas y sintiesen la acción del fuego.

Buen viaje, ¡buen pasaje! [Nota 86: Solían enseñarse á los loros en América, estas cantinelas de los pajes y la voz de fuego á babor y á estribor al pasar las naos por la popa de la Capitana real.

Los peones volvieron a las dos a la carpición, no obstante la hora de fuego, pues los yuyos no dejaban el algodonal.

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