40 oraciones de ejemplo con abajo!

¡Orrrden! ¡Abajo los de arriba! ¡A la calle los de abajo! ¡Orrrrrdeeennn! Y nadie se entiende allí, porque todos gritan y se revuelven y manotean, armándose un tumulto tan espantoso, que me río yo de los que se promueven cada día en el «templo de nuestra Representación nacional».

¡Pero si te conozco, zurrón de veneno; si eso que has dicho nadie te lo va a creer: ni arriba ni abajo! El demonio está contigo, y maldita eres entre todas las brujas y esperpentos que hay en el cielo... digo, en el infierno.

¡Y si viera usted qué distinto es el mundo mirado desde arriba a mirado desde abajo! Me parecía a mentira que yo había de ver apagarse en la sed de venganza, y el odio que me embruteció.

¡Conversación! Mira , en París de Francia, el cuento ese de la Comun... ¡Anda si pusieron lo de arriba para abajo! ¡Anda si se sacudieron!

¡Vaya, que querer llevarme a ese punto, como si fuera, un suponer, Jetafe o Carabanchel de Abajo! Luejos, luejos... casar migo y ser tigo migo uno.

¡Poquita vese que le he visto trabao con eya bailando el chiquita abajo, chiquita abajo!» No había que contar con ellos para subvencionar la orquesta, ni el teatro, ni otro recreo público.

¡Qué bien se dormiría allí abajo! ¡Qué paz en aquel fondo transparente! ¡Qué mágica luz arriba!

Temblaban de miedo al entrar en ciertas gargantas en cuya oscuridad brillaba el fogonazo y silbaba la bala, al no obedecer ellos al ¡boca abajo! de los guardias emboscados.

¡Ahora vas a embarcarte de nuevo! ¡ahora te esperan una valiente fragata y una disciplina severa!...¡Larga velas! ¡arría velas! ¡Arriba, abajo! ¡Galleta dura, agua corrompida y algún vergazo si no andas listo!...

Aquella profunda tranquilidad de la vida, en contraste con los pensamientos que le agitaban, le impresionó, y siguiendo su camino muy preocupado se dijo: «¡Qué tranquilo está todo allá abajo!...

Marcos Divès y su gente llegaron gritando: ¡Alto! ¡Pararse un poco! ¡Mirad allá abajo! Todos volvieron la vista hacia el fondo del desfiladero, y vieron a los cosacos caracolear alrededor del carro de municiones, en número que no bajaría de doscientos o trescientos.

No tardó en abrir los ojos, y al ver el demudado semblante del joven inclinado sobre ella, sonrió dulcemente, y le dijo de modo que nadie lo oyó más que él: Gracias, señor marqués... ¡No se estaba tan mal allá abajo! Así que llegaron al Moral se enjugaron en casa de unos amigos, que allí estaban tomando baños, y se echaron encima la primer ropa que les dieron.

«Gracias, señor marqués... ¡No se estaba tan mal allá abajo!...

Sin embargo, la reina, por odio al duque de Lerma, ha podido bajar hasta decir á un hombre que pudiese servirla contra el duque: ¡esperad! ¡pero bajar más abajo! La reina tiene corazón.

Me echo á correr detrás y le grito: «¡Aguarda, aguarda un poco, Bartolo!» ¡Ay, amigos! ¡Quién le veía escapar por el prado del señor cura abajo!...

No tardó en abrir los ojos, y al ver el demudado semblante del joven inclinado sobre ella sonrió dulcemente, y le dijo de modo que nadie lo oyó más que él: Gracias, señor marqués... ¡No se estaba tan mal allá abajo! Así que llegaron a El Moral se enjugaron en casa de unos amigos, que allí estaban tomando baños, y se echaron encima la primer ropa que les dieron.

Monarquía, República, curas, reyes, obispos... ¡todo abajo! ¡Qué gachos!decía él, con una admiración de salvaje...

¡Y te opones por el pique de la prohibición de la colada, que no puedes echar abajo! ¡Señores míos, señores míos recomendaba el delegado , así no hacemos nada! ¡Haremos la revolución! gritaba Bruno, con las manos en alto.

¡Ah de abajo! gritó el emir asomándose á la boca de la cueva.

¡Abre, o echo la puerta abajo! Durante algunos instantes la más profunda calma contestó a tales palabras; pero por fin oyéronse pasos varoniles en el largo corredor, y la puerta se abrió, delineándose en la obscuridad la figura de un hombre de aventajada estatura.

¡Ji, ji! ¡Cuánto me reiré cada vez que vea a ese groserote policía que vive abajo! Al capitán le causaba cierto remordimiento la alegría del sencillo anciano.

aora ¡cuidao con el bicho ayá abajo! Durante todo este coloquio nada podía descubrirse de la persona de Júpiter; pero el insecto, que había dejado descender, veíase ahora al extremo del cordón, brillando como un globo de oro bruñido a los últimos rayos del sol poniente que iluminaban todavía débilmente la eminencia en que nos encontrábamos.

Pensad asimismo ¡cuán enorme debe haber sido la fuerza capaz de empujar hacia arriba el cadáver en cavidad tan estrecha que apenas fué suficiente el esfuerzo reunido de varios hombres para arrastrarlo hacia abajo! Volvamos luego a las otras manifestaciones de este vigor maravilloso.

Como dice el poeta: ¡El Tiempo y el Destino me envejecieron; mi cabeza tiembla y mi cuerpo se viene abajo! ¿Quién es capaz de resistir á la fuerza y la violencia del Tiempo?

Y, entre tanto, ¡cómo se le deslizaban, gota á gota primero, y después hilo á hilo, las lágrimas por la noblota faz abajo!...

40  oraciones de ejemplo con  abajo!