] Las cuencas del Moncayo repitieron de eco en eco el bramido de las trompas, el latir de la jauría desencadenada y las voces de los pajes resonaron con nueva furia, y el confuso tropel de hombres, caballos y perros se dirigió al punto que Iñigo, el montero mayor de los marqueses de Almenar, señalara, como el más á propósito para cortarle el paso á la res.

] Cuando Garcés llego á la cañada y al punto en que, según las instrucciones de Esteban, debía aguardar la aparición de las corzas, la luna comenzaba á remontarse con lentitud por detrás de los cercanos montes.

Como guiados de un mismo pensamiento y al verse rodeados de repentinas tinieblas, los dos combatientes dieron un paso atrás, bajaron al suelo las puntas de sus espadas y levantaron los ojos hacia el farolillo, cuya luz, momentos antes apagada, volvió á brillar de nuevo al punto en que hicieron ademán de suspender la pelea.

Los oficiales volvieron los ojos al punto que les señalaba su amigo, y una exclamación de asombro se escapó involuntariamente de todos los labios.

Él tiene una gran devoción por esta ceremonia de la Misa del Gallo, y cuando levantan la Sagrada Forma al punto y hora de las doce, que es cuando vino al mundo Nuestro Señor Jesucristo ... las voces de su órgano son voces de ángeles....

] Como dejo dicho, así en la plaza Mayor, como en las calles por donde el prisionero debía atravesar para dirigirse al punto en que sus jueces se encontraban, la impaciente multitud hervía como un apiñado enjambre de abejas.

Cuando sus servidores llegaron presurosos al punto que la noble dama, inmóvil y presa de un profundo terror, les señalaba aún con el dedo, una blanca paloma se levantó de entre las breñas y se remontó á las nubes.

doce, twelve; al punto y hora de las , exactly at midnight.

hora, f., hour; o'clock; á , at an hour; á la media , within half an hour; y esta es la en que todavía no le hemos visto, and we haven't seen him since; al punto y de, on the stroke of, at exactly.

Tuvo trazas de meterse debajo de su cama y a media noche le pidió un abrazo, dándose a conocer; ella le dijo que no podía por no ser ya suya, y él murió luego al punto.

Silencio 105 con ella, y al punto ve a buscarme.

Yo me acordé al punto del pobre don Diego.

Esta gran revolución no ha llegado á su augusto apogeo, no ha llegado al punto supremo de justicia: ha sido hasta ahora un paso tan sólo, el primer paso.

Cerca de él una señora anciana, que era la madre de la esposa de Calderón, aunque mucho se diferenciaba de ella en el rostro y la figura: delgada al punto de no tener más que la piel sobre los huesos, morena, ojos hundidos y penetrantes, revelando en todos los rasgos de su fisonomía inteligencia y decisión.

Y por si este arrastre oportunísimo de las notas no lo decía con toda claridad, corrobóralo un alzar de pupilas y meterlas en el cogote, dejando descubierto sólo el blanco de los ojos, cuando llegaba al punto álgido o patético de la melodía, que realmente era para impresionar a cualquier belleza por áspera que fuese.

Al cabo de unos minutos apretó el botón del timbre otra vez: Vaya usted a ver si la señora duquesa está sola en su habitación o tiene visitadijo al criado que se presentó al punto.

Por aquella cresta es más fácil llegar al punto culminante de la montaña, porque así se evitan las grietas ocultas bajo la lisa superficie de la nieve; allí puede sentarse con seguridad el pie en el suelo, mientras á pulso se encarama uno de escalón en escalón en las partes escarpadas.

La niña, sollozante, respondió al punto: No, no, por Dios; llévame entonces contigo.

La niña, recobrándose, contestó al punto: Si fuese cierto, por mí vendría....

La vieja, angustiada, le acarició las manos, y al punto exclamó: -¡Qué frío tienes!...

Después de carreras, exclamaciones y cabildeos, bajó la criada a abrir la puerta, y subió al punto diciendo: Que aquí está el tutor de la señorita Carmen.

Aunque la niña no conocía a la vieja de la guadaña, al punto que entró en el aposento «la sintió» y dijo: Ya está aquí.

Había tratado de averiguar si en la casona se tenían noticias de Fernando, temiendo que la voluntad tornadiza del marino le hubiera inducido a volver el pensamiento al punto donde, con rara liberalidad, dejó quietas sus últimas tentaciones de amor.

En mis ensueños de hombre curioso, me convierto en un ser pequeñísimo, de algunas pulgadas de alto, como el gnomo de las leyendas, y saltando de piedra en piedra, insinuándome por debajo de las protuberancias de la bóveda, observo todos los confluentes de los arroyuelos en miniatura, y remonto los imperceptibles hilos de agua, hasta que convertido en átomo, llego por fin al punto donde la primera gota de agua rezuma en la piedra.

Ha tenido por consecuencia que extenderse á lo ancho y, rodeando piedras y arrastrando tierras vegetales, se ha dividido en numerosos hilos de agua, procurándose cada cual un curso favorable para llegar al punto de caída.