104 oraciones de ejemplo con belgrano

Una tarde de primavera, mi tío, que ya había comenzado a sentir el peso profundo de la tristeza, me invitó a que lo acompañara en carruaje hasta Belgrano.

Habíamos llegado casi a la entrada de Belgrano, cuando mi tío dio orden al cochero que se detuviese junto a un pequeño rancho, en que jugueteaban tres o cuatro niños.

Bolívar es todo; Venezuela es la peana de aquella colosal figura; Buenos Aires es una ciudad entera de revolucionarios; Belgrano, Rondeau, San Martín, Alvear y los cien generales que mandan sus ejércitos son sus instrumentos, sus brazos, no su cabeza ni su cuerpo.

¡Cualquiera la acostumbra a vivir en una casita en Flores o en Belgrano, después de haber alternado con princesas, duquesas y marquesas! ¡Tan luego ella!... que es de lo más aristócrata y no habla más que de gente copetuda.

También nosotros formamos parte de las gloriosas filas del batallón Belgrano que fué a ofrecer su sangre y a pedir un puesto en la vanguardia del General Mitre, al estallar la guerra del Paraguay.

hasta las santas Catedrales, A vuestros pies la lápida se quiebre; Y llevad en el cráneo de Belgrano Sangre de vuestros hijos al Tirano.

BELGRANO Este apellido figura entre los más conocidos y respetables de América, no ciertamente á la altura de los San Martín y los Bolívar, nunca al nivel de los Wáshington, los Hámilton, los Juárez ó los Bello, pero de todos modos á elevación bastante para ser visto de todos y servir de ejemplo á la posteridad.

El prócer argentino don Manuel Belgrano, general de la Revolución, vino al mundo en Buenos Aires hacia el año 1770.

Belgrano tomó parte, como simple capitán de las milicias urbanas en 1806, como sargento mayor del cuerpo de Patricios en 1807.

Sonó la hora de la Independencia en 1810, y constituído un gobierno en Buenos Aires, fué llamado al poder el insigne Belgrano con otros varios patriotas argentinos.

El Paraguay se negaba á someterse al gobierno constituído en Buenos Aires, y Belgrano, con 700 hombres, recibió la misión de someterlo.

Una campaña heroica, pero desgraciada, terminada por un armisticio, obligó á retroceder al general Belgrano con su titulado ejército.

Belgrano perdió las batallas de Paraguarí, Tacuarí y alguna otra, sin que padeciera su prestigio de soldado: había luchado con fuerzas inferiores, en la proporción de 1 á 16, no cediendo la victoria sino á la superioridad numérica del enemigo.

En la campaña de 1812 fué Belgrano mucho más feliz, pues ganó la acción de Tucumán, como también la de Salta en 1813.

La Asamblea, y en nombre suyo el gobierno, premió á Belgrano con un sable de honor que contenía la inscripción siguiente: LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE AL BENEMÉRITO GENERAL BELGRANO La guarnición del sable era de oro.

La Asamblea, y en nombre suyo el gobierno, premió á Belgrano con un sable de honor que contenía la inscripción siguiente: LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE AL BENEMÉRITO GENERAL BELGRANO La guarnición del sable era de oro.

Belgrano aceptó los obsequios con que se le honraba, excepto el de las fincas.

» En octubre de 1813 fué batido Belgrano en las altillanuras de Bolivia, teniendo que retirarse á Jujuy.

Zuberbuhler, Alberto Williams, Julián Aguirre, Eduardo Schiaffino, Ernesto de la Cárcova, Sivori, Ballerini, de la Valle, Correa Morales y otros animaban el espíritu artístico; Vega Belgrano, D. Rafael Obligado, D. Juan José García Velloso, el doctor Oyuela, el doctor Ernesto Quesada, el doctor Norberto Piñero y algunos más,

Vega Belgrano lo llevó a El Tiempo, y allí aparecieron lucubraciones y páginas rítmicas de toda belleza, de todo atrevimiento y de toda juventud.

El Jeneral D. Manuel Belgrano partió de Londres para el Rio del Plata el 15 de noviembre de 1815, y desde entonces; los graves negocios de la mision de que hacia parte, quedaron al cuidado esclusivo del Sr. Rivadavia.

Todo el caudal de que había podido disponer desde la separacion de su amigo el Jeneral Belgrano hasta principios de febrero de 1818, estuvo reducido á trescientas sesenta libras esterlinas, que distribuidas en veinte y siete meses que median entre ambas fechas, corresponden á sesenta pesos mensuales.

Entre los valerosos revolucionarios, cuyos nombres guardará eternamente la historia, se hallan Hidalgo y Morelos, en México; O'Higgins, en Chile; San Martín y Belgrano, en la Argentina; Sucre, en el Perú, y Bolívar en el Ecuador, Bolivia, Perú, Venezuela y Colombia.

La desgraciada expedición de Belgrano al Paraguay, conmovió un instante su sopor; pero no tuvo sino el mal resultado de entregar á aquel país las establecidas en la orilla izquierda del Paraná, reconociéndole así el dominio total del río.

Semejante desgracia tuvo su repercusión en la costa del Paraná; pues para no disgustar á los portugueses, cuya neutralidad convenía á sus designios, el doctor Francia mandó destruir todas las reducciones que la derrota de Belgrano entregó al Gobierno paraguayo, desapareciendo así el núcleo principal del Imperio Jesuítico.

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