1582 oraciones de ejemplo con el templo

Antes de entrar en la casa capitular, se acercó á las puertas de la iglesia matriz, é hizo algunas demostraciones de querer contener á los indios, que intentaban entrar y profanar el templo, buscando á los europeos, lo que el cura habia resistido hasta entonces: pero persuadido por Rodriguez y por D. Manuel de Herrera, consintió que entrasen doce de los mas principales.

Prosiguieron profanando el templo, escudriñando con luces los lugares mas ocultos de él, cercáronle, y sacaron á D. Vicente Fierro y D. Francisco Resa de un casa inmediata, á quienes tambien mataron.

Ayer estuve en el templo.

Las moribundas lámparas, que brillaban en el fondo de las naves como estrellas perdidas entre las sombras, oscilaron á su vista, y oscilaron las estatuas de los sepulcros y las imágenes del altar, y osciló el templo todo con sus arcadas de granito y sus machones de sillería.

Á la dudosa luz de la luna que entraba en el templo por el estrecho ajimez del muro de la capilla mayor, una mujer arrodillada junto al altar.

El joven ni oyó siquiera las palabras de sus amigos, y tambaleando y como pudo llegó á la tumba y aproximose á la estatua; pero al tenderle los brazos resonó un grito de horror en el templo.

] Esto diciendo, la buena mujer que había servido de cicerone á su vecina, atravesó el atrio del convento de Santa Inés, y codazo en éste, empujón en aquel, se internó en el templo, perdiéndose entre la muchedumbre que se agolpaba en la puerta.

Pintar el efecto desagradable que causó en todo el mundo, sería cosa imposible; baste decir que comenzó á notarse tal bullicio en el templo, que el asistente se puso de pie y los alguaciles entraron á imponer silencio, confundiéndose entre las apiñadas olas de la multitud.

Los mismos personajes, el mismo lujo, los mismos empellones en la puerta, la misma animación en el atrio, la misma multitud en el templo... ¡Ay, si levantara la cabeza el muerto! se volvía á morir por no oir su órgano tocado por manos semejantes.

El templo estaba tan brillante como el año anterior.

Ya lo véis, decía la superiora, vuestro temor es sobremanera pueril; nadie hay en el templo; toda Sevilla acude en tropel á la catedral esta noche, Tocad vos el órgano y tocadle sin desconfianza de ninguna clase; estaremos en comunidad...

La muchedumbre había emprendido ya su marcha hacia el templo, y la presencia del gigante produjo enorme desorden.

Al fin se encontró el medio de que todos pudieran contemplar al Hombre-Montaña sin que el desfile se cortase y sin que el templo de los rayos negros se viera abandonado por primera vez desde su fundación.

La alusión al joven y odiado poeta que estaba declamando su obra en el templo de los rayos negros fué saludada con una explosión de risas simpáticas y de gruñidos inteligentes.

Todos los diarios hablaban con elogios de su discurso en el templo de los rayos negros, lamentándose de haber desconocido durante tantos años á un orador tan eminente.

Después de su triunfo en el templo de los rayos negros, se consideraba tan tribuno como el célebre sanador; pero aquí no era mas que un simple oyente que podía ser encarcelado si osaba alterar con sus interrupciones la calma de la majestuosa asamblea.

Indudablemente algún hombre dedicado á la ciencia había hecho en favor de los de su sexo un invento semejante al de aquella sabia mujer venerada en el templo de los rayos negros.

El templo, en efecto, era pequeño como me lo había anunciado el cura: era una verdadera capilla rústica, pero me agradó sobremanera.

La esperaremos en el templo.

Uno de sus más elevados promontorios, que sostenía tal vez en otro tiempo el templo de Apolo, lo domina ahora un monasterio de San Elías: una de sus cañadas, que recorrían las bacantes cantando Evoke en honor de Dionysos ó Baco, la habitan los monjes de San Dionisio.

También el templo de Minerva, en Siracusa, cuya lanza de oro saludaban los marineros desde lejos, derramando en las aguas una copa de vino, se ha convertido en capilla de la Virgen.

Recorre un viajero la isla de Chipre, buscando el templo de Venus Afrodita.

Del Presbiterio al Coro, y de capilla en capilla, fuí recorriendo el templo y admirando las múltiples bellezas que encierra.

Fungía de Sacristán mayor de la Catedral y llevaba un manojo de enormes llaves, pues era hora de cerrar el templo, para volver a abrirlo a las tres de la tarde.

El templo es muy espacioso; lo forma una extensa nave, un proporcionado crucero y un amplio y hermoso presbiterio.

1582  oraciones de ejemplo con  el templo