En efecto, hallábase aquella abovedada cámara repleta de legajos, infolios y libros, hacinados en varios estantes y cuidadosamente ordenados, según podía colegirse por los claros números y letreros que cada uno ostentaba.

Los recibió el señor Guimarán en su despacho, lleno de periódicos y bustos de yeso, baratos, que representaban bien o mal a Voltaire, Rousseau, Dante, Francklin y Torcuato Tasso, por el orden de colocación sobre la cornisa de los estantes, llenos de libros viejos.

En Chuquiabo, mandó que estuviesen indios estantes con sus veedores á sacar metal de oro con la órden y regimiento que se ha escripto.

Cierto que le constaba con toda evidencia que su senaduría era una de las de la hornada que de un momento a otro lanzaría el Gobierno a los estantes de la Gaceta; y sobre este importante preliminar, por tantos años perseguido, nada tenía ya que temer; pero no se trataba de eso, sino de algo que debía seguir inmediatamente al acontecimiento, como el estampido a la expansión de la pólvora inflamada en un arma de fuego.

Después se pasa a un salón octógono; enfrente está el gabinete de lectura, con una agradable sillería gris y estantes llenos de esos libros grandes que se imprimen para ornamentación de las bibliotecas en que no lee nadie.

En las paredes, entre los estantes, lucen dos grandes litografías lyonesas; en la una pone: Comme l'amour vient aux garçons, y representa un mozuelo ensimismado, compuestito, que se aleja con una muchacha hacia un baile; en la otra dice: Comme l'amour vient aux filles, y figura dos niñas que oyen embelesadas la dulce música de un garzón lindo.

uera bastante, un librero ha puesto sus estantes de libros profanos a lo largo de una de sus paredes, y unos hombres rápidos, que llevan una escalera al hombro, vienen todos los días y pegan en sus muros tristes grandes carteles blancos, azules, rojos.

Importaban una factura de 253.10$ moneda nacional, que pagué sin murmurar, y llenaban dos estantes de mi biblioteca.

Par M. T. de Carrelières, Capitain François estant en la diste armée, dedié a l'illustrissime Grand maistre de Malthe.

Dos estantes, uno repleto de libros de comercio y otro de literatura, hacían juego con la exhibición de figurillas; mas la literatura era toda de obras decorativas, si bien entre ellas las había tan notables por su contenido como por sus pastas.

Se cena execrablemente en el Club del Progreso, y el adorno de la mesa tiene mucho de los adornos de iglesia: los jamones en estantes de jalea, los pavos y las galantinas cubiertas por todas las banderas del mundo.

No tengo sillas, no tengo cama, no enciendo luz, duermo en el suelo sobre un jergón; pero las obras están en sus estantes, hermosas y limpias como puedan estar las de un seminario o un obispado.

Una carpintería, o varias, toman a su cargo la fabricación de las puertas y ventanas con sus marcos, celosías y postigos, así como las escaleras interiores balaustradas, zócalos, molduras, tabiques, guardarropas, estanterías fijas y ascensores domésticos o estantes giratorios.

El comedor, un cuarto estrecho y largo, con una ventana al patio, comunicaba con dos angostos corredores, torcido en ángulo recto; frente a la ventana se levantaba un aparador de nogal negruzco con estantes, sobre los cuales lucían baratijas de porcelana y de vidrio, y copas y vasos en hilera.

con pueril carcajada de su propia ocurrencia, y después echó una ojeada sobre los estantes de libros

Serian dos mil volúmenes, casi todos forrados de pergamino, y colocados en estantes de caoba con alambrados, pareciendo mas bien jaulas de pájaros ó ratoneras, que estantería para libros.

La Dominica conservaba la habitación siempre limpia, pero no podía luchar con la polilla que corroía sus viejos muebles, ni con el olor á rancio que exhalaban los volúmenes alineados en los estantes.

D. Vaja fora lo llatí, que mon marit noy entra aci, qu’es tan verbos que si no parla está rabios, que yol sent ja rosegant lo llatí que estant parlant.

En la planta baja había café, taberna, la bodega, la cuadra y una cocina espaciosa con chimenea de gran campana, dos mesas largas con bancos y el techo lleno de jamones y chorizos colgados y de quesos puestos sobre estantes de madera.

En la vasta razon del Sr. Rivadavia habia lugar para los axiomas de la ciencia y para las verdades de la relijion heredada que no se desprenden jamás del alma de los bien nacidos: asi como tenian cabida en los estantes de su biblioteca los escritores de la escuela del siglo XVIII y los ascéticos de la época brillante de la prosa española.

de rondon y verá una gran sala tapizada de estantes, en donde hay armas de todos los tiempos y de todas las naciones, conservadas con delicado primor.

Bajamos de nuestro corredor, anduvimos por aquellas calles formadas de mesas y estantes, en que no se ve una carta que no esté encarrilada á su destino, y nos detuvimos frente á un pozo que da á un departamento subterráneo.

"Tomamos á las siete nuestro desayuno, acompañados de las adorables señoras de la familia, y fuimos á visitar la librería llena de estantes, con obras escogidas en todos los idiomas, que posee el poeta.

En los tránsitos de piso á piso hay estantes para la ropa del gimnasio y los baños, para depósito de zapatos, á los que se da lustre, etc.

Este traslado se sacó de la cédula oreginal en la ciudad de santiago de la española a quatro dias del mes de abril de myll e quinientos e treynta años, de que fueron testigos a lo ver corregir, francisco barrasa e fernand suares, estantes en esta cibdad; diego cavallero, escrivano de su magestad.