55 oraciones de ejemplo con hurra!

¡Hurra! ¡Hurra!gritamos todos, entusiasmados.

" Compare Espronceda's refrain in the "Cossack Song" with Béranger's in the work which suggested it: ¡Hurra, Cosacos del desierto! ¡Hurra! La Europa os brinda espléndido botín Sangrienta charca sus campiñas sean, De los grajos su ejército festín.

Palabras de Átila CORO ¡Hurra, Cosacos del desierto! ¡Hurra! La Europa os brinda espléndido botín: Sangrienta charca sus campiñas sean, De los grajos su ejército festín.

¡Hurra! a caballo, hijos de la niebla! Suelta la rienda, a combatir volad.

¡Hurra! volad: sus cuerpos, su tesoro [20] Huellen nuestros caballos con sus pies.

¡Hurra! volad a hartar nuestros deseos; Las más hermosas nos darán su amor, Y no hallarán nuestros semblantes feos, Que siempre brilla hermoso el vencedor.

¡Hurra! nuestros caballos en su frente Hondas

¡Hurra, Cosacos del desierto! ¡Hurra!

De pronto, tomando con sus dos manos los brazos de su sillón, se enderezó tan alto como era; una llama guerrera brotó de sus profundas órbitas y exclamó con una voz sonora que me hizo extremecer: ¡Barra al viento, todo al viento! ¡Fuego á babor! ¡Atraca, atraca; arrojad los ganchos! ¡Con vigor! ¡Ya lo tenemos! ¡Fuego allá arriba! ¡Un buen escobajo! ¡Limpiad el puente! ¡A ahora! ¡juntos! ¡Sus! ¡al inglés, al sajón maldito! ¡hurra!

A su vista, el público lanzó un ¡hurra! formidable.

Don Feliciano en el mismo punto se despojó con violencia del sombrero, dejando al descubierto su enorme calva en declive, lo agitó con frenesí algunos segundos, y gritó: «¡Hurra!» no se sabe a quién; tal vez al dios astuto que le había suministrado tan famosa idea.

¡Que Mahoma me fuerzas, que el valor no tengo que pedírselo a nadie! ¡Hurra! ¡que armado estoy para el combate! Dicho esto, lanzose sobre su adversario, atacándole en tercia o en cuarta, pues no entiendo una palabra de estas andanzas, ni él, ni su adversario, ni los testigos tampoco.

El grupo de los pescadores respondió ¡hurra! agitando en el aire las boinas.

Se echa en mis brazos: ¡Hurra! ¡mi tío! Ha pasado toda la noche en viaje...

¡Es realmente como para tirar bombas! ¡Hurra! Y, riéndose siempre, sale del aposento.

¡Hurra! ¡Viva el señor barón! ¡viva la señora baronesa!

¡Hurra! ¡Y un pataleo! ¡y una de gorras al aire!...

¡Hurra! ¡hurra!gritaron todos en signo de aprobación.

¡Pardiez! ¡muchachos, diez millones, o la cuerda! El efecto de esta peroración fue inmediato, y toda la tripulación gritó a la vez: ¡Hurra! ¡Muerte a los ingleses! La corbeta se hallaba entonces tan próxima que se distinguían perfectamente sus amuras y su aparejo.

¡Hurra! ¡Muerte a los ingleses!gritaron los diez y nueve piratas que quedaban en estado de combatir, ennegrecidos por la pólvora y por el humo, y desnudos hasta la cintura para maniobrar con más facilidad.

Pero, pasado este primer movimiento, el natural indiferente y brutal se adueñó otra vez de ellos, y todos, en un impulso espontáneo, gritaron: ¡Hurra! ¡Viva El Gavilán y el capitán Kernok! ¡Hurra! ¡muchachos!dijo él.

Pero, pasado este primer movimiento, el natural indiferente y brutal se adueñó otra vez de ellos, y todos, en un impulso espontáneo, gritaron: ¡Hurra! ¡Viva El Gavilán y el capitán Kernok! ¡Hurra! ¡muchachos!dijo él.

Kasper, en menos que se dice, había vuelto a cargar la carabina; pero, al mismo tiempo, los cosacos que estaban a pie saltaron sobre sus caballos y se precipitaron por la pendiente del Hartz, marchando en fila como los corzos y gritando con voz terrible: ¡Hurra! ¡Hurra! Aquella huída fue tan rápida como una visión; en el momento que Kasper apuntaba por segunda vez, la cola del último caballo desaparecía entre los matorrales.

Kasper, en menos que se dice, había vuelto a cargar la carabina; pero, al mismo tiempo, los cosacos que estaban a pie saltaron sobre sus caballos y se precipitaron por la pendiente del Hartz, marchando en fila como los corzos y gritando con voz terrible: ¡Hurra! ¡Hurra! Aquella huída fue tan rápida como una visión; en el momento que Kasper apuntaba por segunda vez, la cola del último caballo desaparecía entre los matorrales.

Pero Lorquin había hablado con sobrada ligereza; después de recorrer doscientos o trescientos pasos por el valle, los cosacos se apretujaron como una bandada de estorninos, describiendo un círculo, y con la lanza en ristre y la cara casi entre las orejas de sus caballos se lanzaron a todo correr contra los guerrilleros, gritando con voz ronca: «¡Hurra, hurra!»

55  oraciones de ejemplo con  hurra!