Areche, Medina y Mata-Linares, autores de tantas atrocidades, recibieron honores y aplausos: pero el aspecto de las víctimas, sus últimos lamentos, sus miembros palpitantes, sus cuerpos destrozados por la fuerza de los tormentos, son recuerdos que no se borran tan facilmente de la memoria de los hombres; y debe perpetuarlos la historia para entregar estos nombres á la execracion de los siglos.

Derramo sobre tu cabeza el licor mágico que te destina á los tormentos que te preparo, el sueño y la muerte estarán sordos á tus deseos y á tus súplicas; veras la muerte á tu lado para desearla y temerla.

¡Pero ved como se domina á sí mismo, y como somete sus tormentos á su voluntad! si hubiese sido un espíritu como nosotros hubiera sobrepujado á todas las otras inteligencias celestes.

Clara, á la madrugada, entró en el período de las conjeturas; forma con que el espíritu se da todos los tormentos imaginables.

Salvador, incapaz de contener por más tiempo en su corazón la marejada viva de sus tormentos amorosos, se los había confiado a la anciana Rita, en una buena hora de alivio y descanso, llevado a la intimidad, blandamente, por el afecto y confianza que le inspiraba la excelente mujer, y por el agobio violento de su carga de pesares.

Se acordaba de lo que había oído contar sobre los tormentos que la justicia aplicaba en otros siglos á los hombres.

Así habló el afligido hortera, y oyéndole no pude menos de compadecerle por los tormentos de su alma, tan apasionada como inocente.

Mas que muerte me causais Con vuestros inducimientos; Dexame con mis tormentos, Porque en vano trabajais.

Tan sin ley ni razon tantos tormentos Tienes para el que huye, aparejados?

CEL.nunca yo la reze: e si la rezare no sea oyda: si otra cosa de mi se saque: avnque mill tormentos me diessen.

Él había nacido para virtuoso; debía conformarse con la relativa paz de su vida doméstica; aceptar sus escasas dulzuras como una compensación de los tormentos morales que le hacía sufrir la enfermedad de su compañera.

Predicó con la palabra y el ejemplo; y era tal la majestad y tal la grandeza de sus acciones, que las multitudes, acaso adivinándolo divinoCristo de una nueva doctrina salvadora, le siguieron a través de su Calvario heroico, ansiosas de compartir con Él los tormentos de sus desvelos patrios.

Hay hombres ardientes en quienes, con todos los tormentos del horno, se purifica la especie humana.

, no tal, cual es tu nombre, Manda al dolor, que más no me tormente, Que aquella parte en mí que más te siente, Muere y revive por quedar más hombre, Que buen pensar es gusto que descansa, Y en los tormentos su dolor amansa.

No porfiar hablando descontentos, Dos cosas son que dan bien al oido, Sabido ser y ser muy bien sufrido, Que la valor sufrida es en tormentos.

¡Qué triste voz escucho! Con nuevas penas y tormentos lucho.

Dadme paciencia, cielos, Ó quitadme la vida, Agora perseguida De tormentos tan fieros.

Venga El verdugo, y de mi cuello La cabeza me divida, O con extraños tormentos Acrisola mi constancia; Que yo rendido y resuelto A padecer dos mil muertes Estoy, porque á saber llego Que sin el gran Dios que busco, Que adoro y que reverencio, Las humanas glorias son Polvo, humo, ceniza y viento.

Porque cerrados los dos, Quizá mudarán de intento, Viéndose morir el uno Al otro; ó sañudo y fiero, Si no adoraren mis dioses, Morirán con mil tormentos.

No son buenos pensamientos Andar pensando tormentos.

Tenian muchas veces en uso, que, aunque los señores de los indios ofreciesen de su propia voluntad oro, y cantidad de oro, no se contentaban con ello, sino, creyendo que tenian más, les prendian y les daban terribles y inhumanos tormentos, para que si más tuviesen lo descubriesen.

La horfandad de Isio fué una continua série de crueles tormentos: figuraos que se había criado entre relativa comodidad, para más tarde venir á la pobreza, sufriendo privaciones á que no estaba acostumbrado.

24 Y corria su fama por toda la Siria; y traian á él todos los que tenian mal, los tomados de diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y lunáticos, y paralíticos; y los sanaba.

23 Y en el infierno, alzando sus ojos, estando en tormentos, vió á Abraham léjos, y á Lázaro en su seno.

Inventaban nuevos géneros de tormentos: al cura de Mairena hincheron de pólvora y pusiéronle fuego;