2381 oraciones de ejemplo con la música

] Sobre aquel revuelto océano de cantares de guerra, rumor de martillos que golpeaban los yunques, chirridos de limas que mordían el acero, piafar de corceles, voces descompuestas, risas inextinguibles, gritos desaforados, notas destempladas, juramentos y sonidos extraños y discordes, flotaban á intervalos como un soplo de brisa armoniosa los lejanos acordes de la música del sarao.

El siglo XIX fué el siglo de la música y de la novela.

La música militar, que seguía tocando en el patio, quedó ensordecida por el redoble de una gran banda de tambores que se aproximaba viniendo del interior del palacio.

Cuando los cinco del Consejo Ejecutivo y el Padre de los Maestros con sus respectivos séquitos se instalaron en el estrado de honor, cesaron de sonar las trompetas, los tambores y la música, haciéndose un largo silencio.

Sonaba la música, el gentío rodeaba el lienzo, y todos se movían sin adelantar, oscilaban sin extenderse, se revolvían confundiéndose.

Amaba las artes, sobre todo la música: abonado constante al teatro Real y a los cuartetos del Conservatorio.

No es el amor de la música, sin embargo, lo que engendra esta constante preocupación, sino el no tener otra cosa mejor en qué ocuparse.

Un piano mecánico tocaba el brindis de Lucrecia por allí cerca y se paró a escucharlo, ¡ella que se aburría en el Real oyéndolo a las más famosas contraltos! Pero la música es una voz del cielo y sólo se comprende bien cuando el cielo ha penetrado ya un poco en nuestro corazón.

Raimundo, guardando en los oídos el eco de su voz y en su corazón el fuego de sus miradas, quedaba también silencioso, más atento, en verdad, a la música que sonaba dentro de su alma, que a la que venía del escenario.

La dama continuó impasible, extática, escuchando la música.

¡Ella y él!, y la música acariciando los oídos y el corazón, interpretando dulcemente las inefables impresiones que palpitaban en el fondo de su alma.

Cada cascadita tiene su voz, dulce ó grave, argentina ó profunda, produciendo en conjunto un encantador concierto que adormece el pensamiento, dándole, al igual que la música, un movimiento acompasado y rítmico.

La música la seguiremos oyendo, pues asisten las de los dos gremios, y mientras la una toca, la otra come ó fuma, y esto de amanecer á amanecer.

Un toldo que da sombra á parte del patio, bajo el cual toca la música; vistosas colgaduras en todos los bastidores de la casa; sinnúmero de faroles de todas formas, caprichos y tamaños, colgados, atados ó sostenidos donde quiera hay un clavo, un agujero, una rama ó un pequeño espacio, completan el adorno de aquella casa, que por su alegría y aglomeración de cosas y objetos, revela que sus amos están dispuestos á echarla por la ventana.

Después ... después la música dará su último trompetonazo, los tinsines su postrimer chisporroteo, y Angué despojada de sus galas ni aun soñará con el triste Chartras.

La música y el fuego forman parte de sus ceremonias religiosas.

En cuanto á la música, nada tengo que decir á mis lectores, pues en muchas provincias, incluso en Manila, conocen la de Lucban, la cual tendrá muy pocas en todo Filipinas que puedan rivalizar con ella, A más de la música fuerte, había,pues hoy ya no existeuna orquesta del sexo débil, que concluyó por casarse la mayor parte de las artistas.

En cuanto á la música, nada tengo que decir á mis lectores, pues en muchas provincias, incluso en Manila, conocen la de Lucban, la cual tendrá muy pocas en todo Filipinas que puedan rivalizar con ella, A más de la música fuerte, había,pues hoy ya no existeuna orquesta del sexo débil, que concluyó por casarse la mayor parte de las artistas.

En Europa, sabemos, mejor dicho lo saben otros, que con la música puede darse las buenas tardes y

El pretendiente, en esos días, se preocupa todo lo que puede preocuparse un indio; busca una especie de hombre bueno, que se le conoce con el nombre de amang-cruz, y con este, y algunas veces la música, se dirige á la casa de la dama de sus pensamientos, siendo de advertir que ya con anticipación se ha procurado se le comunique la noticia.

Bindoy, solo, según programa, marcha por medio de la calzada que dirige al convento á la cabeza de la música; detrás de esta, y en la misma forma que su futuro, camina muy despacio la novia, llevando sobre su cuerpo la saya más pintarrajeada que ha encontrado y cuantos objetos relucientes ha podido proporcionarse.

Detrás del orimon, que no es ni más ni menos que una silla de manos conducida en hombros de cuatro fieles, y custodiada por una guardia de honor de cuadrilleros, va la música tocando la marcha real, y á continuación gran número de acompañantes con velas.

A las cuatro en punto me ofreció el Alcalde un sitio en su coche, y precedido de diez y seis cuadrilleros á caballo, armados de lanzas y seguidos de más de doscientos principales de Sariaya y Tayabas, emprendimos la marcha á los acordes de la música que nos despedía.

A los cuarenta y cinco minutos de marcha, dimos vista al bonito y pintoresco pueblo de Sariaya, en cuyos bantayanes nos esperaba la música, la que nos acompañó hasta el Tribunal provisional.

En este estado sonó el tambor y tras este la música y precedidos de escuelas, principales y cuadrilleros, llegó el Alcalde acompañado del Cura y de algunos otros españoles.

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