25 oraciones de ejemplo con latiendo

te lo entrego: es este corazón ya moribundo, que se agita entre océanos de fuego, y que latiendo temeroso y ciego, te vió y te amó con un amor profundo...

Yo había soñado una vida venturosa al lado de este hombre que me enamora; yo me veía ya elevada hasta él por obra milagrosa del amor; mi pobre inteligencia en comunión perfectísima con su inteligencia sublime; mi voluntad siendo una con la suya; con el mismo pensamiento ambos; latiendo nuestros corazones acordes.

Por el aire andaban aún los dos oseznos arrojados por Pito desde la embocadura de la covacha, cuando Canelo salió disparado como una flecha y latiendo hacia la entrada de la cueva grande.

En aquel espacio, muy arrimado a la peña y con bien marcada inclinación hacia el abismo, estaba lo que se parecía a Chisco boca abajo e inmóvil; parecer que confirmaba Canelo desde arriba latiendo desaforadamente y buscando una senda por donde lanzarse en ayuda de su dueño.

Decir esto, y como cobijarse el maligno gozque con ligereza y travesura del mismo diablo, fué todo un punto, no habiendo arremetida en que no dejase alguna prenda por despojo bajo la salvaguardia del soldado, volviendo a la carga más desesperadamente, brincando, latiendo, lanzándose y agazapándose, siempre huyendo y siempre burlando los quites y reparos de aquella gente salteada.

Aquel hotel lujoso, con su música, sus tropas de sirvientes y sus salones, no era más que una caja flotante y bien acondicionada, debajo de la cual seguía latiendo la vida feroz y ciega, ignorante de la justicia y de la misericordia, lo mismo que en los primeros días del planeta.

Pero en aquel momento estaba Carolina inestablemente sentada en el borde de su cama; semidesnuda, y con un gracioso mohín en sus bonitos labios, enroscaba entre los dedos sus largos rizos leonados, mientras que su compañera, Catalina de Corlear, dramáticamente embozada en un largo cubrecama blanco, con su altiva nariz latiendo de indignación y sus negros ojos chispeantes, dominaba sobre ella como un enojado duende.

Amén de estos recreos al pormenor, y los que no se puntualizan aquí, porque no hay para qué puntualizarlos, la sociedad tenía otros en común, como ciertas algaradas de estruendo, ora en el Hipódromo en los días de carreras, ora en la del Prado y de la Castellana, disfrazados los socios de canes lanudos, y amontonados y latiendo en sus perreras, en las tardes de Carnaval.

La Puerta del Sol, latiendo como un corazón siempre alborozado, le comunicó su vivir rápido y anheloso.

Era un amor humano: el amor del hombre hacia la mujer: una atracción incontrastable me arrastraba en mi pensamiento a confundirme con ella: parecíame sentirla engrandeciendo mi ser, absorbiéndose enteramente su cuerpo y su alma, respirando en su aliento, latiendo en su corazón, viviendo en su vida... ¡Oh!

, el rastro siguiendo, ante el rápido corcel, vienen perros en tropel ladrando, aullando, latiendo.

¡Campeones inmortales! Alzad la noble frente, Que adornan las señales De la metralla ardiente, Alzaos del frio lecho, Con voces en el pecho, Latiendo el corazon.

Con lazo Tenaz, El pecho Sintiendo Latiendo A compas.

Aquella sangre, henchida de juventud, que discurría por sus venas azuladas, tiñendo de carmín las mejillas y latiendo poderosa en las sienes, tenía fuerza bastante para ahogar los negros fantasmas de la imaginación.

La sangre hierve, circulando activamente por las venas y latiendo con inusitado brío en las sienes; las mejillas se inflaman; los labios se secan y los ojos brillan suavemente como las luces encendidas en los dormitorios.

A la tarde, el canario se vino al tejado de la casa grande, y allí se quedó largo tiempo, latiendo en el suave sol que declinaba.

Pero ¿qué me decís de esas luchas invisibles en que el alma se tortura y se abrasa día y noche, latiendo sin cesar dentro del pecho como si albergáramos en él pequeña bestia?

Padecía y gozaba allí una confusa turbación latiendo con el sordo ritmo de las semillas, sintiendo en la médula de su carne la escondida fuerza de las plantas.

¡Y cómo va y cómo vuelve! Rozando casi las barbas de los vecinos de abajo, silbando los pastores, latiendo los perros y cencerreando el ganado, de intento voceado y apaleado entonces para que las reses corran y se atropellen, y de este modo sacudan de lo lindo los cencerros.

¿No es breve luz aquella Caduca exhalacion, pálida estrella, Que en trémulos desmayos, Pulsando ardores y latiendo rayos, Hace más tenebrosa La oscura habitacion con luz dudosa?

No advierten que es a lo profundo esencial el ocultarse detrás de la superficie y presentarse sólo al través de ella, latiendo bajo ella.

Si el poeta pide a la Mneme, a la Memoria, que le haga saber los dolores aqueos, no acude a su memoria subjetiva, sino a una fuerza cósmica de recordar que supone latiendo en el universo.

A veces no son las bajezas hechas las que adivinamos y nos dan impresión de alarma y de desconfianza, sino las por hacer, las que están aún latiendo en el espíritu del que es capaz de cometerlas.

Cual perro de agua, en agua acostumbrado, a tomar la ave o garza allí herida, viendo ya el arcabuz enderezado a la pata o garcilla conocida, antes del tiro salta en ella airado y trae de la que fué triste homicida, nadando va y latiendo así el mancebo por la que nunca fué hermana de Febo.

A la tarde, el canario se vino al tejado de la casa grande, y allí se quedó largo tiempo, latiendo en el suave sol que declinaba.

25  oraciones de ejemplo con  latiendo