123 oraciones de ejemplo con lentejas

Lo que digo es que si Valdesogo de Abajo y Navalagamella, que son dos pueblos como dos lentejas comparados con la grandeza de todo el reino, se ponen en ese pie, los demás lugares y ciudades harán lo mismo, y entonces, áteme esa mosca el Sr. de Santorcaz.

Señor, las lentejas, y las judías y los garbanzos tienen coco.

A no me importa beber, ni fumar, ni andar en pelota, ni comer lentejas con guijarros.

Otro contaba sobre una mesa pesetas gastadas y las cogía después con una pala como si fueran lentejas.

En los comercios para pobres, que ocupan casi toda la calle de la Ruda, también tenía buenas amistades y relaciones, y con poquísimo dinero, o sin ninguno a veces, tomando al fiado, adquiría huevos chicos, rotos y viejos, puñados de garbanzos o lentejas, azúcar morena de restos de almacén, y diversas porquerías que presentaba a la señora como artículo de mediana clase.

vendieron casi toda la cebada y el trigo que en él había, y una enorme provisión de lentejas, y cien artabas de arrak, bebida de arroz fermentado de que gustaban mucho los egipcios de entonces.

refieren éstas que dos regidores, Dioscórides y Sarapamón, se apoderaron de las llaves del pósito, y sustrajeron de allí y vendieron muchísimo trigo y cebada, toda la provisión de lentejas, y más de cien artabos de vino de arroz.

Me la venderías por un plato de lentejas, no es eso?

LENTEJAS.

Cuézanse las lentejas en agua y sal, escúrranse y pónganse en una cacerola con un buen pedazo de manteca, perejil picado, sal, pimienta; sáltense algunos minutos.

Lentejas á la masa.

Háganse enrojecer pedazos de cebollas y hierbas finas picadas en manteca; añádese harina; cuando la masa esté hecha, mójese con agua, y áun mejor con caldo; échense en ello las lentejas cocidas en agua y escurridas como las anteriores; añádase sal y pimienta, sálteense lo mismo y sírvanse.

Lentejas con tocino á la aldeana.

Lentejas con perejil.

Las Fanegas de Lentejas de España á nueve ps., el Almud á 7 rs.

Lentejas, porotos y qualesquiera otra miniestra, qᵉ se venda medida, el precio de la fanega encima, y debaxo los rˢ. que corresponden al Almud

Lentejas, porotos y toda Miniestra q.ᵉ se venda p.ʳ medida, el precio de la fanega en r.ˢ encima y debaxo los r.ˢ á q.ᵉ darán el Almud: {á 24 rs.

Una olla de algo más vaca que carnero[430], salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos consumían las tres partes de su hacienda.

¡Cándido! Déjame á , déjame, que si le saco á tu anfitrión este platito de lentejas realizaré un acto de justicia, por dos razones: primera, porque es de ley que me lo que reclamo; segunda, porque sus bienes fueron mal adquiridos, y deben volver á la masa, al despojado imponente á quien representamos en este instante nosotros, los desfavorecidos de la fortuna.

Ellos, como Esaú, vendieron su primogenitura por un plato de lentejas... ¡Cada vez más solo, maestro¡ ¡Es verdad! ¿Quién no ha sentido esa gran tristeza de ofrecer lo que mucho valía, y ver cómo ellos preferían lo de ningún valor?

La comunidad sorbía en aquel momento, moviendo fuerte rumor, las últimas cucharadas de un puré de lentejas, y era tal y tan sonora la aplicación de los Padres, que apenas si se oían los amplios y castizos períodos latinos de la «Historia Societatis Jesu», auctore Cæsare Cordara, que Ocaña, el jesuitilla quisquilloso y guapito, leía, á pleno pulmón y casi congestionado, desde el púlpito.

Pues yo quisiera comer legumbres: judías, lentejas.

El mozo se quedó estupefacto, y a los pocos días le dijo que no podía ser; había que hacer una comida especial; los demás huéspedes no querían comer legumbres; el amo de la fonda suponía que era una verdadera deshonra para su establecimiento poner un plato de habichuelas o de lentejas.

Nuestras lentejas no son, pues, pura fantasía.

De las acelgas y lentejas véase LAGUNA, que dice ser resolutivas de opilaciones.

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