1036 oraciones de ejemplo con oeste

En el arte y en la literatura, se representa como un carretero con cuatro caballos, manejando del este al oeste.

Judea **** Una de las tres divisiones de la provincia romana de Palestina del Oeste (las otras dos eran Samaria y Galilea).

Siguiendo nuestro camino encarados al Oeste, llevábamos continuamente a la izquierda, aguas arriba, el cauce del río, con sus frescas y verdes orillas y rozagantes bóvedas y doseles de mimbreras, alisos y zarzamora, y topábamos de tarde en cuando con un pueblecillo que, aunque no muy alegre de color, animaba un poco la monotonía del paisaje.

Antes de haberse acercado dos millas a ella, vieron que el cielo se ennegrecía fuertemente hacia el Oeste: fue tal la negrura, que los marineros se miraron unos a otros despavoridos.

Miró fijamente al Oeste: la negrura se iba acercando rápidamente.

Sus límites son, al oeste el rio Paraguay al sud el rio Ipané, al este una cordillera ó cresta de lomas que, mediando entre los rios Paraná y Paraguay, se extiende mucho de sur á norte.

Puede no ser malo que el comisario de la division de demarcadores sepa que, debajo de la confluencia de los rios Guaporé y Sararé al oeste de ella, hay una montaña, que segun el tratado debe quedar por nosotros

Dicho croquis se ha formado segun los demarcadores últimos: pero en puntitos he añadido el curso de los Aguaray é Ipané, valiendome de varias informaciones, segun las cuales, ni los Aguaray comunican con el Ipané, ni corren de este á oeste segun se creyó, sino al sur-sur-oeste, y el Ipané viene al norte.

El famoso conquistador Domingo Martinez de Irala siguió otro camino, que empezó en el puerto que llamó de los Reyes, y es precisamente una de las dos lagunas que hay al oeste de este rio, en la latitud de 17° 57' y 17° 50': de allí tomó recto al oeste, y penetró por los Chiquitos hasta el Perú.

El famoso conquistador Domingo Martinez de Irala siguió otro camino, que empezó en el puerto que llamó de los Reyes, y es precisamente una de las dos lagunas que hay al oeste de este rio, en la latitud de 17° 57' y 17° 50': de allí tomó recto al oeste, y penetró por los Chiquitos hasta el Perú.

Hecho esto, ordenaria la demolicion de nuestro presidio de los Hermanos, y dispondria que de Santa Cruz o Cochabamba pasasen españoles à formar otra poblacion en la orilla è inmediaciones de la laguna que hay pegada al rio Paraguay, al oeste de èl, muy poco al norte de Albuquerque, dando à estos pobladores las tierras inmediatas que fueron del antiguo pueblo del Corazon.

Al mismo tiempo la protege contra los vientos del Norte y del Oeste, dejándola solamente abierta a las templadas y benéficas corrientes que vienen del Mediodía y del Este.

» Mas á pesar de la limitación que el título parece marcar, la segunda parte no reviste carácter de relacion histórica escueta y retrospectiva, sino que, en los capítulos pertinentes á nuestras provincias del norte y del oeste, acentúa, por lo contrario, ese colorido, á veces conmovedor, de memoria personal ó relato de viajes.

No podía suponerse seguramente que los faunos y ninfas de las antiguas fábulas, arrojados de sus clásicas grutas, hubieran buscado refugio en los frescos bosques del oeste, como lo habían hecho los demás perseguidos.

Los hombres emigraron por millares hacia el oeste; unos, para trocar cuentas de vidrio y baratijas de joyería por las pieles de los cazadores indios; otros, para conquistar terrenos vírgenes; y otros, más austeros, para orar.

Continuamos hacia el sur, hasta hallar los vientos del oeste y poder cortar las calmas del trópico de Capricornio; doblamos el Cabo y fuimos dando una gran vuelta por el mar de las Indias, en dirección del estrecho de la Sonda.

Comenzamos a marchar hacia el sur, a buscar el estrecho de Magallanes o el Cabo de Hornos, en aquella inmensidad desierta del Pacifico, llevados por la monzón del oeste.

Luego remontamos al norte, atravesando las calmas de Capricornio por los 22° oeste, y, aprovechando todo el aparejo en los alisios del sudeste y la corriente brasileña, cortamos la línea hacia los meridianos 18° ó 20° al oeste.

Luego remontamos al norte, atravesando las calmas de Capricornio por los 22° oeste, y, aprovechando todo el aparejo en los alisios del sudeste y la corriente brasileña, cortamos la línea hacia los meridianos 18° ó 20° al oeste.

Apenas quedan al Estado algunos lotes en la parte oeste y sudoeste, donde no ha llegado la agricultura todavía.

El Oeste es un ferrocarril afluyente; el Pacífico, un ferrocarril exportador.

El Oeste, extendido como un amplio abanico, de Colonia Alvear a Santa Rosa, parece orientado en el sentido de la gran travesía.

Y en verdad que estará en el interés de cada ferrocarril extender en lo posible sus líneas avanzadas hacia el oeste, centro de futuras poblaciones y de una nutrida colonización.

Condiciones más o menos análogas, equilibran el prestigio y la acción de ambos ferrocarriles: el Oeste, con 740 kilómetros; el Pacífico, con 640.

Yo creo que es lo que conviene para el oeste de la Pampa.

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