20 colocaciones para reojos

Las miradas de reojo decían ahora: la de Esteven: ¿No te vas todavía?

; usted tiene un corazón de orodice ella, mirándome de reojo con un poco de coquetería;todo lo que usted piensa le sale de los labios francamente.

El Comercio no duerme por observar las burbujas del Pasig, La Oceanía mira de reojo á su vecino de enfrente, y el Diario profetiza, por boca de no quién, que el tifón está poco menos que soplando en los aldabones de la puerta de Santa Lucía, y piensas en viajitos por mar.

15 Los plebeyos de reojo Le miran de entre las capas, Los chicos al uniforme Y las mozas á la cara.

¡Eso! Grita ahora, fachendosa, después que te hice ver a Diosroncaba Manín con sorna, mirándola de reojo y sobándose la barba.

El zorro se deslizó mirando al hombre de reojo, y diciendo para :Ahora que estás entretenido, voy á comerme tus gallinas.

¿Por qué miráis de reojo tantas veces? (Desvíase otra vez el interpelado y se encuentra cara á cara con Triboulet, quien se lo lleva con reservado ademán á un extremo del fondo, mientras Gordes y La Tour se desternillan de risa.

La continuidad de estas molestias constituía una vida de martirio, y no es que quisiese tener lujo, no: mas juzgaba que su decoro y el contacto con altas personas le imponían deberes ineludibles; creía que ella y los niños no debían hacer mal papel en las casas a donde iban, ni le gustaba que las amigas la mirasen de reojo y cuchichearan entre , observando en ella una falda de taracea o una prenda cursi y anticuada...

Y permaneció derecha: el esfuerzo de su voluntad la obligó a sonreír, mientras Encarnación respondía, observando a la muchacha, de reojo: , consiente; los hombres son así, como las veletas: no se puede contar con ellos...

Encuentro tan singular la hipótesis de que se embarque un escritor para lejanas tierras, con el propósito de observarlas de reojo y pintarlas de través, que me siento coartado para discutirla.

Miraba al público de reojo; ignoro si por cobardía de sus diez y siete años o por desdén nativo en su alma.

El capitán lo siguió un rato de reojo.

Y cuando debeis oir la relacion fiel y circunstanciada de la vida y aventuras de Oliverio Twist? añadió concluyendo su thé, y mirando al mismo tiempo de reojo á Oliverio que acababa de entrar otra vez.

Miraba el comerciante de reojo al poeta, sin perder el apetito ni acertar a decir una palabra.

En medio del patio, bajo el sol rajante, un agente de plantón, tieso como el Apolo del jardín de Bermúdezaquella estatua de yeso pintado imitando mármol veteado, que tanto podía representar á un tullidomiraba de reojo á sus compañeros que tomaban mate, y de frente á las oficinas.

Dos o tres veces se acercó al grupo que galanteaba o adoraba en Cecilia Valdés a la más hermosa de las mujeres de aquella reunión heterogénea; la contempló de reojo largo rato y luego se alejó con visibles muestras de despecho.

Esta Felipa, ¿cuántos años podrá tener? Cuarenta y cinco lo menos, piensa Mariflor, examinándola de reojo.

mirando a mi hermano de reojo.

Y el niño? replicó el judío mirando á la jóven de reojo para ver la espresion de su fisonomía.

Las dos hermanas, solas ya, mirábanse de reojo.

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