99 oraciones de ejemplo con palmatoria

Sentábame el maestro junto a ; ganaba la palmatoria los más días por venir antes, e íbame el postrero por hacer algunos recaudos de "señora", que así llamábamos a la mujer del maestro.

Las buenas señoras quisieron tratarme a cuerpo de rey, y sin embargo, ¡qué cena tan modesta y tan triste! III Cerré la puerta, dejó en la mesa la brillante palmatoria, y de un soplo apagué la bujía.

se abrió la colgadura granate y apareció el cuadro disolvente, el hombre de la bata escocesa y el gorro verde, con una palmatoria en la mano.

Y después de depositar otro beso, por propia iniciativa, en la frente de Ana, salió de la alcoba con la palmatoria en la diestra mano; con la izquierda levantó el cortinaje granate; volviose, saludó a su esposa con una sonrisa, y con majestuoso paso, no obstante calzar bordadas zapatillas, se restituyó a su habitación que estaba al otro extremo del caserón de los Ozores.

Con la mano que llevaba libre hizo una pantalla para la luz de la palmatoria, y de puntillas se acercó a la canariera.

Los tres hermanos gemían bajo aquel sistema carcelario; Pablo Aquiles, que tenía ya veinticinco años, no salía de noche sin permiso, y estaba obligado, bajo las más severas penas, a regresar a casita a las diez: antes de acostarse, registraba el padre en camisón y palmatoria en mano las habitaciones de los hijos; una noche estaba vacío el lecho del varón...

Leía acostado doce horas de un tirón, y encontró un modo extravagante de alumbrado: ponía en equilibrio sobre su cabeza una gran palmatoria de cobre, que iluminaba perfectamente las páginas; pero, a veces, se dormía y la palmatoria rodaba por la cama, con grave peligro de incendio.

Leía acostado doce horas de un tirón, y encontró un modo extravagante de alumbrado: ponía en equilibrio sobre su cabeza una gran palmatoria de cobre, que iluminaba perfectamente las páginas; pero, a veces, se dormía y la palmatoria rodaba por la cama, con grave peligro de incendio.

Venía en camisa, sin zapatos, trayendo una vela encendida y puesta en su palmatoria de cobre, y con esa cara especial del hombre á quien despiertan en lo mejor de su sueño.

El tuno del criado salió de puntillas con la palmatoria en la mano, encajó la puerta, y sus pisadas suaves se extinguieron lentamente.

Poco después, y con las mismas precauciones de antes, apareció con su palmatoria encendida el criado, preguntándole qué se le ofrecía.

Y recogiendo su palmatoria, se deslizó el criado como un fantasma.

Soltó la palmatoria, y dijo: Está visto que no he de dormir esta noche.

No le lleves (la palmatoria) a (tu amo).

Abrió la puerta el morisco, y don Diego entró con una vela de sebo encendida, puesta en una palmatoria de barro cocido.

Al ver que la oscuridad se hacía cada vez más densa, y que Alvarez seguía escribiendo casi a tientas, sin darse cuenta de lo que le rodeaba, salió Perico de la habitación, y, poco después, volvió trayendo una palmatoria con una vela de sebo encendida, la cual colocó sobre la mesa, procurando no distraer a su amo.

Después de cenar, digo, de asistir á la mesa, porque cenar no cenó, al ir á la cocina á recoger su palmatoria de hoja de lata, con su correspondiente cabito de sebo, la Galusa, delante de los otros dos criados que acababan de cenar y estaban ya dormilentos y sin cosa alguna que hacer, la mandó con gran imperio, que antes de irse á la cama diera una barrida á aquel suelo, que buena falta le hacía.

Inmediatamente volvió á coger la palmatoria y salió de la cocina, entre los dicterios y las amenazas de la Galusa; llegó á su cuarto y se encerró en él.

La puerta se abrió, y entró la mano de Rafaela, sosteniendo la palmatoria de cobre; y después el propio rostro de la mujer... Todo muy despacio, muy en silencio... ¡Jesús!...

Por la izquierda entrará el MARQUÉS DE CALATRAVA con una palmatoria en la mano, y detrás de él DOÑA LEONOR, y por la derecha entra la CRIADA.

Apareció, palmatoria en mano, la mozuela espigada de antes, fresca, rubia, de facciones inocentes y aun algo bobaliconas, como de querubín de retablo, pero de ojuelos maliciosos, parleros, que ella procuraba entornar para que no la delatasen.

La mozuela, dejando la palmatoria sobre la mesa, advirtió: Allí Serafín y aquí usted.

Como se llevó otra vez la palmatoria, me quedé casi a obscuras,

Tan opulento era el ambiente del palacio y tan sestero, que siempre serían en él una cosa vaga los cuadros y las cornucopias, algo así como una palmatoria en peregrinación por la galería de las paredes.

Don Sotero ocupaba una de las alcobas de la sala; y sólo había en ella una cama miserable; una mesita de pino con tapete de bayeta descolorida por el tiempo; sobre el tapete un tintero de estaño con plumas de ave; una Semanilla en pasta resobada y pringosa; un Código penal forrado en papel de planas; un cartapacio hecho de periódicos viejos, y un cabo de vela en palmatoria de hoja de lata.

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