2301 oraciones de ejemplo con páginas

RIMAS I Yo un himno gigante y extraño Que anuncia en la noche del alma una aurora, Y estas páginas son de ese himno Cadencias que el aire dilata en las sombras.

Un suceso inaudito llenaba las páginas de los periódicos, y tal era su novedad, que paralizó la vida corriente, aglomerando á todos los habitantes en las plazas y calles céntricas.

Las páginas de este libro, allí están escritas, y si algo bueno tienen, es la veracidad de lo que en ellas se consigna.

Se aduce como premisas de que el indio es indefinible, aquel célebre libro de un misionero, cuidadosamente encuadernado, en cuyo lomo se leía: El indio, libro que á nadie dejó hojear y que ávidamente fué abierto tan luego murió, encontrándose los curiosos con que todas las páginas estaban en blanco.

En las páginas en blanco, solo vemos, ya que no un cuento, por lo menos un rato de buen humor del Reverendo Padre, que ponía á tortura la curiosidad tras las alambradas puertas de la librería.

Después de leer estas páginas, y hacer presente á mis lectores que el indio jamás se aburre en sus fiestas, y que asiste á ellas con todo el júbilo infantil de un colegial en día de asueto, no puedo menos de recordar la pregunta que ya queda hecha.

Por estas razones, por las comparaciones que puede hacerse de su lectura, y por las curiosas noticias que contiene, acerca de una provincia tan poco conocida, me hace la dedique unas páginas de este libro.

Para terminar este libro vamos á ver en unas cuantas páginas la provincia de Tayabas en general, ya que hemos recorrido uno á uno todos sus pueblos.

¿cómo puedes negar la culpa que tiene [el río] en que, siendo los veranos tan humilde, se deja entrar de mil géneros de hombres y mujeres, hecho un valle de Josafat?»] [Nota 61: Con los donaires que se han escrito a costa del ruin caudal del Manzanares se podrían llenar muchas páginas.

] [Nota 75: Así en la edición original, que páginas adelante estampa Bitigudino.

Y aun de chanfla dicen ¡Chanfle! al acabar de contar alguna cosa poco creíble, como si dijeran: ¡Pase, como moneda chanflona!] [Nota 77: A gatas, porque andaban a cuatro pies por los tejados en busca de don Cleofás; y jinetes que corrían sus costas, por alusión a la que se llamó y llama Cervantes (Quijote, I, 41) caballería de la costa, de la cual trató largamente Pérez y González en El Diablo Cojuelo: notas y comentarios, páginas 13-17.

De la zarabanda traté con bastante espacio en mi Loaysa de «El Celoso Extremeño» (Sevilla, 1901), páginas 257-287, y para su estudio aporta el señor Bonilla otros datos estimables.

Por primera vez en estas páginas, nombro a César Paz, mi amigo querido, aquel que me confiaba sus esperanzas y oía las mías, aquel hombre leal, fuerte y generoso, bravo como el acero, elegante y distinguido, aquel que más tarde debía morir en el vigor de la adolescencia por uno de esos caprichos absurdos del destino, que arrancan del alma la blasfemia profunda!...

Sonrío a veces al recordar mi idilio adolescente, los entusiasmos de mi espíritu, ese estado de sensibilidad enfermiza, la necesidad imperiosa que sentía de hacer versos, mi desesperación por no poder medir una cuarteta, las páginas enteras desgarradas con desaliento, las cartas ideales, que jamás debían llegar a su destino, en las que derramaba todos mis sueños y esperanzas! La veía en todas partes, en todas la buscaba.

¡Con qué placer, entre mis examinandos, encontraba un cartaginés endurecido, ardiente admirador de Aníbal, que tal vez había llegado, como yo en las horas pasadas, pesaroso y triste a las páginas de Zama! ¡Cómo sonaba en mi alma el entusiasmo por las cruzadas, y con qué viveza venía a mi memoria el largo discurso de Pedro el Ermitaño, que yo había compuesto en la clase de retórica!...

Sarmiento era demasiado impetuoso para mantener una corrección inalterable y si bien algunas de sus páginas tienen el exquisito sabor del fuerte y viejo castellano, al dar vuelta la hoja nos encontramos con verbos estrujados, sintaxis de fantasía, construcciones propias, genuinas, como si la originalidad de las ideas exigiera igual carácter a la manera de expresarlas.

Y ahora me voy a releer la muerte de Marco Aurelio, de Renán, el discurso sobre la nobleza de las armas, de Cervantes, la pintura de Inglaterra al terminar el siglo XVII, de Macaulay o los coros del Adelghi, de Manzoni, para en seguida pedir al cielo conserve en nuestro suelo la pureza de la noble lengua que hablamos, a fin de que algún día, si no nosotros, nuestros hijos, puedan leer, de autores nacionales, páginas como aquéllas.

Pero, además de que en el curso de aquellas páginas se habrían ido acumulando rasgos y anécdotas suficientes para caracterizar a esas amables y monótonas colectividades, quizá me hubiera repetido, porque nada he visto más parecido en el mundo que un cuerpo diplomático a otro cuerpo diplomático.

De esos proyectos, sólo he realizado el primero, en las páginas que van a leerse.

Páginas en blanco han sido eliminadas.

ÍNDICE PÁGINAS.

pág. 107.Véase lo que expusimos sobre la organizacion de los Tribunales de la Federacion en el "Manual de la Constitucion de los Estados Unidos," páginas 124-147.

FIN DE LA RUTA DEL AVENTURERO ÍNDICE Páginas.

ÍNDICE PÁGINAS EL ANACRONÓPETE 7 Capítulo primero.

Cuentista incomparable, supo apresar en la brevedad de unas páginas la emoción tierna o fuerte.

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