17051 oraciones de ejemplo con quedé

Y tan subordinado quedé a esa dirección, que no puedo concebir los movimientos de mi sér sino gobernados por ella y por ella ennoblecidos.

Al día siguiente vino el médico, se me pusieron los vendajes necesarios y en pocos días quedé curado.

Entramos, y, á pesar de las protestas de algunos, yo cogí un saco de paja, me tendí en él, y quedé dormido como muerto.

Al verme solo, en medio de la obscuridad de la noche, me quedé asombrado de mi suerte; agité los brazos alegremente, castañeteé los dedos y eché á correr al parador.

Yo me quedé algo asombrado de este contubernio, y el parisiense, muy satisfecho de mi sorpresa, dijo que, indudablemente, la vida de los franceses para un español severo y huraño debía ser muy drôle.

Bueno, bueno; por , puedes seguirle dijey envolviéndome en la manta me eché sobre un montón de paja y me quedé dormido pensando en la bella marquesa de Monte Hermoso.

Al encontrarme solo quedé más tranquilo.

La santa señora era viuda y solo me tenia á en el mundo; á que perdí á mis padres desde mi tierna infancia y quedé á sus expensas, porque ella era hermana de mi padre.

Ufano al extremo quedé con las apuntaciones sobre el libro de M. Hithell, las comuniqué á Gomez del Palacio, mi consejero predilecto y mi maestro en mucho, y me dijo: Yo habia notado esa falta, y aquí tengo otras apuntadas; pero has emprendido la tarea de escribir sobre el lomo de un venado cuando va corriendo á todo escape.

Tendido en un colchon que tenia perfecta semejanza con un globo al desinflarse, me quedé dormido.

Ayer noche, mientras me quedé guardando los caballos, hice mil reflexiones que me despedazaban el corazón.

La pregunta era muy delicada para un hombre sincero, y, a la verdad, me quedé muy perplejo.

Confieso que me quedé del todo corrido al verme tratado así por unos criados.

» Sabiendo Núñez que para satisfacer el deseo de un gran señor no hay prisa que baste, me dejó al momento por ir a ver lo que le quería su Mecenas, y yo quedé muy admirado de haber oído tratarle de don y de mirarle así convertido en noble, a pesar de ser su padre maese Crisóstomo el barbero.

» Riyéronse todos del arbitrio y del arbitrante, y él también se riyó de sus disparates, y yo quedé admirado de haberlos oído, y de ver que por la mayor parte los de semejantes humores venían a morir en los hospitales.

Quedé sola, y como vienen De unos discursos á otros Las noticias fácilmente, Viéndote hablar de retratos, Con su memoria acordéme De que tenía uno mio En la manga.

Le santigüé las narices al que me lo cantó, pero me quedé pensando que lo acertaba... ¿Entiendes?

En cuanto regresó mi padre y quedé dueño absoluto de mi voluntad y de unos cuantos reales, fué mi primera providencia comprar papel y caja de colores, a fin de traducir mis novísimas impresiones artísticas.

Anonadado quedé al escuchar tan crueles palabras.

En un instante quedé magullado, macerado, pero yo no lo sabía: los dolores empezaron después: me molestaban los flancos, el piso, la techumbre; particularmente las heridas de los balazos que recibí en el asalto del expreso de Hendaya, se habían abierto con el furibundo golpazo y me hacían sufrir bastante.

Parece una vasija rota... Así charlando acabamos el viaje, y cuando a las ocho y minutos de la mañana La Sabrosa nos dejó en la estación de Sevilla iba ya tan cansado que, apenas los mozos encargados de mi limpieza terminaron de barrerme y fregarme, cuando me quedé sumido en sueño profundísimo.

Me quedé como soñando...

Me despedí, salí del toldo, me senté al lado del fogón de los asistentes, y aunque no tenía sueño, me quedé dormido.

Pero como cuando hay deseo y buena voluntad nunca falta algo con qué manifestarlo, con todos ellos quedé bien.

Me quedé atrás por despedirme de algunos conocidos; cuando salí de Leubucó, ustedes iban como á una legua, se divisaba muy bien el polvo, y no quise apurar mi caballo; subía yo al último médano, y ustedes llegaban á la orilla del monte; calculé mal el tiempo, obscureció y me perdí.

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