1228 oraciones de ejemplo con tejidos

Parecen plateros finos en todo lo que hacen, en la madera, en el nácar, en la armería, en los tejidos, en las pinturas, en los bordados, en los arados.

Pero si el elemento inflamatorio en su estado agudo conviene poco á este medicamento, no sucede lo mismo con los dos períodos opuestos de una afeccion febril á consecuencia de una conmocion, de una lesion mecánica por un instrumento quirúrgico que obra profundamente en los tejidos, produciendo la deplecion rápida de una cavidad, la estraccion del feto, y todo lo que obra hácia afuera mecánicamente.

Este carácter de irritabilidad de la fibra, de sensibilidad exagerada, con ó sin rubicundez de los tejidos, hacen al árnica muy eficaz en ciertas escoriaciones de los pechos en las nodrizas; en escoriaciones de los labios, de los dedos, con rubicundez.

Siempre que una lesion mecánica ha obrado sobre los tejidos, la árnica está indicada, pues no solo se opone al desarrollo del orgasmo local, sino que impide el desenvolvimiento de los fenómenos generales, y hasta de la fiebre.

Su relacion directa con el sistema capilar, halla su aplicacion natural en los equímosis, y cuando la sangre se ha estravasado en los tejidos heridos ó contundidos, ningun medicamento acelera mas su reapsorcion, que árnica.

Arnica es preferible á la sabina en accesos de gota aguda, en sugetos sanguíneos é irritables, y cuando hay hinchazones y eretismos de la sensibilidad en los tejidos.

La árnica tambien está á veces indicada en las enfermedades crónicas, si bien esta indicacion se refiere tan solo á edemas y otras tumefacciones de los tejidos, en las que la materia derramada ejerza la accion de cuerpos estraños irritantes;

El eléboro blanco parece seguir en su accion el mismo camino que el arsénico, pero se limita mas al aparato gástrico; y si bien su accion es menos estensa, en cambio se concentra más, y, por otra parte, si su accion es menos intensa, ataca del mismo modo las fuerzas radicales, con escepcion de la putridez y desorganizacion de los tejidos.

La comparacion que han establecido algunos autores entre el arsénico y la manzanilla no carece de fundamento; pero la accion del primero es maligna y profunda, y representa todo lo que hay de mas violento, como el dolor, la inflamacion, la lesion de los tejidos.

Lo mismo sucede en el aparato linfático; todos los tejidos, todos los sistemas son atacados, ya directa, ya indirectamente por este medicamento.

El arsénico conviene mas en los focos purulentos, en las exudaciones serosas, en las afecciones de las glándulas y en las de los tejidos atacados en profundidad y dispuestos á la gangrena ó afectados ya de ella.

Hemos dicho ya, que es del recurso de arsénico toda inflamacion grave, cuando ha llegado al punto en que la estancacion de los líquidos acumulados y la distension escesiva alteran los tejidos y tienden á gangrenarlos; como por ejemplo, la enorme dilatacion que sufre la conjuntiva palpebral en la oftalmía erisipelatosa.

Mas es probable que las dósis muy débiles sean aquí infructuosas, porque la afeccion ocupa la zona mas apartada del foco de influencia arsenical, y porque los tejidos de la superficie periférica están debilitados, menos dispuestos á la reaccion y profundamente atacados en su vitalidad y constitucion.

La patogenesia del oro tiene tres órdenes de síntomas perfectamente establecidos: 1.º los síntomas nerviosos efémeros, unidos á los de escitacion sanguínea; 2.º síntomas nerviosos fijos, asociados al estado diatésico, al orgasmo pasivo del sistema sanguíneo y á la pérdida de la contractilidad de la fibra; 3.º los infartos, las lesiones de tejidos, especialmente de los tejidos blancos, tales como los huesos, la piel y las glándulas.

La patogenesia del oro tiene tres órdenes de síntomas perfectamente establecidos: 1.º los síntomas nerviosos efémeros, unidos á los de escitacion sanguínea; 2.º síntomas nerviosos fijos, asociados al estado diatésico, al orgasmo pasivo del sistema sanguíneo y á la pérdida de la contractilidad de la fibra; 3.º los infartos, las lesiones de tejidos, especialmente de los tejidos blancos, tales como los huesos, la piel y las glándulas.

Es á estas membranas y á su contractilidad, lo que la quina á los tejidos en general y á su vitalidad; tonifica, escita la accion de la fibra.

Esta sal de oro, cuya accion sobre la vida vegetativa y los tejidos es mas profunda y mas enérgica que la del oro metálico, no produce una astenia y una diminucion de la tonicidad de la fibra tan ostensibles como el último.

Tiene esta sal casi las mismas propiedades que el oro metálico, y ataca con mas eficacia á la gota, los granos de mal carácter en los labios, los chancros y las úlceras corrosivas, las lesiones de tejidos, muchos accidentes tenaces de la sífilis ó del abuso del mercurio.

Las afecciones de los tejidos radican sobre los vasos y gánglios linfáticos, principalmente en el cuello; hay erupciones húmedas en la cabeza detrás de las orejas, en el periné, con inflamacion crónica de los párpados y de la conjuntiva, y sudores fétidos en los piés.

La tabes mesentérica se alivia algunas veces; y si su accion benéfica no llega hasta la curacion de los tejidos degenerados, calma el dolor y disipa la irritabilidad; obra con eficacia en las induraciones que existen y en las que vienen á terminar las inflamaciones de los vasos y de los gánglios linfáticos.

Estos fenómenos solo se observan con el progreso de la enfermedad, y á medida que la astenia del sistema circulatorio y de los absorbentes produce la palidez y frialdad de la piel, la flacidez de los tejidos, la lividez de los labios, el edema de las estremidades, hidropesías con laxitud de las paredes, ó que la resistencia del edema, si este se presenta desde el principio, cesa para dar lugar á la laxitud y á la flacidez.

Pero escluyendo esta, para solo ocuparnos de algunas particularidades de las hidropesías esenciales, debemos manifestar, que la pasibilidad de estas afecciones, aun cuando se compliquen con subirritaciones y con tumefaccion dura, á causa del padecimiento de los tejidos y de una prolongada distension de la fibra, exige algunas veces árnica y eléboro negro.

Es impotente para remediar las lesiones de la nutricion y de la plasticidad, y las de los tejidos.

» Después, volviéndose hacia el mercader, le dijo: «Saca lo mejor y más caro que tengas en tejidos, que son para esta hermosa dama.

Entretanto es indudable que nuestros cueros, nuestra crin, nuestras astas, &a., quedan de peor condicion que los tejidos, los caldos y la quincalla del extranjero.

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