178 oraciones de ejemplo con tiesa

Anteanoche la recogieron tiesa en la calle de la Comadre... ¡Qué vergüenza...!».

Mas ¿quién le ponía el cascabel al gato? ¿Quién aliaba a la tiesa y austera Villasis con la amable y despreocupada Currita, aunque se tratase de ir a conquistar juntas la Tierra Santa? ¿Quién doblegaba la vanidad inmensa de la Albornoz, hasta el punto de hacerla aceptar cualquiera empresa que fuese un puesto secundario?...

Esperó para levantarse a que estuviese yo muy cerca de ella, y se estuvo tiesa delante de , sin ofrecerme la mano y mirándome furtivamente a través de las largas pestañas negras de sus párpados medio cerrados.

A pesar de los artificios de la modista y del peluquero, sigue ordinaria, tiesa y evidentemente salida de los almacenes de productos químicos de su señor padre.

Mirábala yo de reojo, de vez en cuando, y la veía andar, tiesa y orgullosa, sin volver ni una vez la cabeza hacia , y con los ojos fijos en la joven pareja que iba delante de nosotros y que parecía hablar con animación.

Luego, bruscamente, la música paraba y cada monja quedaba tiesa, en actitud grotesca.

Era Encarnación Guillén la vieja más acartonada, más tiesa, más ágil y dispuesta que se pudiera imaginar.

En lo obscuro, aun se veía la cuerda blanca gimiendo, sola, tiesa, vibrante.

Firme, mujer; mientras más apasionado esté Joaquín, más fría y tiesa ... Ya siento a D.ª Laura trasteando por la casa.

Su espalda no es tiesa como la de esos otros ingleses que uno ve en la vía Tornabuoni, si el señor me perdona la críticaañadió disculpándose.

Una vez en la calle, la hija de don Alonso apoyose contra el respaldo de la silla para contrarrestar el vaivén, y, al lento paso de los silleteros, cruzó entre la muchedumbre, tiesa y vistosa como una imagen, la boca pía, los ojos recoletos.

Con un poco de imaginación nos la podríamos representar menos ingenua y algo más instruidaque no en balde se ha pasado tanto tiempo en los laboratorios, muy tiesa sobre sus zancas y hasta provista de gafas.

De este período de su vida quedan dos retratos en busto de Felipe IV: uno en la Galería Nacional de Londres con traje negro bordado de oro, y el de Madrid donde la ropilla, también negra, esta huérfana de adorno, sin que sobre ella resalte más nota clara que el blanco lienzo de la valona lisa y tiesa que la separa del rostro.

la voz ronca y tiesa, por decirlo así, del licenciado Sarmiento.

Sentada al lado de su tía, tiesa como una vieja con alto corsé,

Ramona, que bailó tiesa y huraña hasta el último instante, es de las primeras en hallar cómoda postura y permanecer inmóvil, quizá rendida al sueño.

Pues primeramente Él la vistió por de fuera con una ropa hecha a su medida, que la cerca toda, y la defiende de la destemplanza de los soles y aires; la cual por de fuera es algo tiesa y dura, mas por dentro más blanda, porque no exaspere el fructo que en ella se encierra que es muy tierno; mas dentro della están repartidos y asentados los granos por tal orden, que ningún lugar, por pequeño que sea, queda desocupado y vacío.

» «D. Francisco, siga mi consejo y aféitese la perilla, que mitad blanca y mitad negra, tiesa y amenazadora, parece cosa postiza.

Y dentró al baile muy tiesa, Con más cola que una zorra, Haciendo blanquiar los dientes Lo mesmo que mazamorra.

Miró Gabriel al pobre mozo que gemía, con los ojos cerrados, la cabeza entrapajada y una pierna tiesa del terrible aparato que acababan de colocarle, y consistía en más de una docena de talas ó astillas de caña de cortas dimensiones, defensa de la bizma de pez hirviendo que le habían aplicado.

dijo Juanito, que le dieron una zabullida en un estanque á la interesada, que se quedó tiesa.

En el aparte de la hacienda ajena, una de las vacas de doña Carmen de Borja huyó dando botes, la cola alzada y tiesa, y dos hombres se fueron tras ella, para volverla al corral.

En la puerta exterior unos harapientos culis disparan seis morteretes; y unos hombres vestidos de colorines, con la cabeza calzada de una especie de enorme cencerro colorado, del que salía como cimera una tiesa, larga y única pluma de faisán, se pusieron en fila junto a unos figurones gigantescos y ridículos de cartón, dioses porteros de la morada.

LAS ESPIGAS La espiga rica en fruto se inclina a tierra; la que no tiene grano se empina tiesa.

Ídem, 278: Dad al diablo la llave, marido, que a todas puertas abre. Figuras, por personaje insigne, lumbrera, es una mamarrachada galicista, pues figura tiesa y figurón es de lo que se les trata con Quevedo.

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