137 oraciones de ejemplo con asedar

Su amigo Pepe, alarmado por este desahogo que daba al traste con todos los planes de asedio en que habían convenido, le hizo una porción de guiños disimulados hasta que consiguió traerlo al buen camino.

si imagináis algún remedio Para salir de tanta desventura, Porque este largo y trabajoso asedio Sólo promete presta sepoltura.

Mirad si imaginais algún remedio Para salir de tanta desventura, Porque este largo y trabajoso asedio Solo promete presta sepultura.

Con una lenta ondulación de raso, después de largo y febricente asedio, veo tu sombra deslizarse en medio de una esfumada claridad de ocaso.

Mas desde esta junta es navegable el Diamante por el caudal de aguas que lleva, su poca corriente, y no tener salto alguno; por lo cual, del establecimiento que aquí se fundase podrian conducirse por agua todos sus frutos y producciones hasta el mar, con mucho ahorro de fletes y seguridad, y tambien dirigirse los auxilios y las órdenes por toda nuestra línea, y los socorros en caso de asedio de algunos de los fuertes, que no es de esperar.

Nadie sabe dónde hubiera ido esta disputa, si Mercado, viéndose en tanto apremio y asedio, no hubiera dicho: Repórtese, señor Cigarral; su amigo soy, y prendas tiene de ello: si vuestro sirviente hizo el despojo, yo lo he restaurado con mi hallazgo; y bueno será que, si encontramos por sano y bueno el alzarnos con la presa, partamos como buenos hermanos, partiendo así las asechanzas al diablo, que quiere invadirnos y ponernos en rifa.

Estréchase el asedio, y los sitiados exánimes, hambrientos, desesperanzados de todo socorro, agoviados por el calor y la fatiga, capitulan para salvar tan solo la vida; y el dia de los gloriosos apóstoles S. Pedro y S. Pablo (A. D. 1236) entregan la ciudad.

Con este motivo la guerra de la emancipación se declaró formalmente en 1775 con el combate de Lexington, la batalla de Barken-hille y el asedio de Quebec, que tuvieron que levantar los americanos por la muerte de Montgomery.

Desde aquella conferencia y después de haber combinado su plan el jesuíta y la baronesa, Baselga comenzó a sufrir un asedio del que tardó en darse cuenta.

Asedio de Biserta.

En ella, despues de manifestarle las dificultades que ofrecia el asedio de Málaga, le comunicó una carta que habia recibido de un moro de Ronda, llamado Jusef Jerife, que le participaba hallarse esta plaza casi desamparada y sin medios de resistir un ataque repentino.

Es punto incontrovertible que dejó pasar Cruz todo Septiembre y parte de Octubre, sin proponer á su hermano político reforma alguna en la disposición arquitectónica de la casa; pero llegó un día en que con toda la suavidad del mundo, sabiendo que ponía las primeras paralelas para un asedio formidable, lanzó la idea de derribar dos tabiques, con objeto de ampliar la sala haciéndola salón, y el comedor comedorón...

Como más adelante veremos, su extraordinaria resistencia al heroico asedio de los Conquistadores españoles del siglo XVI, es una de las más hermosas páginas de la historia militar de la desgraciada raza indígena.

Mientras me proponía este enigma, continuaba mi respetuoso asedio.

Con la reaparición de Hanníbal, comenzó de nuevo el asedio, más fuerte que antes.

La torre de asedio, moviéndose en un terreno llano á impulsos de los hombres que se ocultaban tras ella, iba de un sitio á otro sembrando la muerte, y á veces se aproximaba tanto, que los sitiados podían oir las voces de los arqueros que disparaban por sus saeteras.

De nada les servían la torre de asedio, los arietes y catapultas; la lucha era cuerpo á cuerpo, y los mismos sitiados no empleaban ya la falárica, sino la espada y el hacha.

Los combatientes saguntinos llegaban ya á las inmediaciones del campamento, mientras la gente menuda de la ciudad se esparcía por el campo, rematando á los heridos é intentando incendiar las máquinas de asedio.

Cambiando el pensamiento hacia sus afectos, se preguntaba qué habría sido de Sónnica, tan animosa, dejándole partir para que salvase á la ciudad; cómo viviría ella, acostumbrada á la suntuosidad de una existencia muelle y dulce, en medio de las miserias y los horrores de aquel asedio que por su duración debía haber consumido los víveres de la ciudad y la energía de sus defensores.

Los elefantes habían sido enviados algunos meses antes á Cartago-Nova por no ser de utilidad en el asedio y resultar difícil su mantenimiento en la asolada campiña.

Yo soy el pio Enéas, que conmigo Voy llevando doquier, del mar por medio, Dioses salvados de voraz asedio.

Los Griegos,» sigue, «no una vez la prora »Volver pensaron, y soltar la clava, »Del asedio cansados.

Pedir de que empuñara las armas convirtiéndome en jefe de guerrillas, como laudablemente lo hicieron en la última etapa del asedio todas las Autoridades civiles, ó exigirme otro oficio impropio de un Prelado, hubiera sido aberración monstruosa, en la cual nadie cayó en Manila, á pesar de la explosión de sentimientos patrios que entonces enardecía todos los corazones.

Las horas de la mañana eran duras horas a la defensiva, durante las cuales Angelón esquivaba, burlaba, repelía o estipulaba treguas y armisticios con los innumerables acreedores que de continuo le tenían en asedio.

Asedio de Valencia.

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