28 oraciones de ejemplo con barba largas

ahí está un hombre con barbas largas, muy aseñorado... y tiene la voz así, como respetosa».

De estas pesadumbres públicas venían hablando el de la barba larga, el anciano de rostro triste, y Juan Jerez, cuando este, ligado desde niño por amores a su prima Lucía, se entró por el zaguán de baldosas de mármol pulido espaciosas y blancas como sus pensamientos.

Pero de lo que queda en pie, de cuanto se ve o se toca, nada hay que no tenga una pintura finísima de curvas bellas, o una escultura noble, de nariz recta y barba larga.

Para no cansar, apareció por fin el Rey, hermoso, con humana y divina hermosura, barba larga y negra, aretes en las orejas, corona de oro que parecía tener por pedrería el sol, la luna y las estrellas.

Tiene una barba larga y blanca; lleva en el dedo índice de la mano izquierda un anillo con un sello de oro; sus ojos son pequeñuelos y azules; cuando sonríe se le marcan sobre las sienes unos hacecillos de arrugas que le dan un aire picaresco.

Llevaba la cabeza despeinada, la barba larga, su color era lívido y su mirada extraviada; a pesar del rigor de la estación, sólo le cubría una especie de túnica grosera, pujada por el viento, caía en torbellinos sobre su cabeza y un aquilón helado silbaba entre los pliegues de su ropa.

Vino Polanco haciendo gran ruido, y pidió su saco pardo, cruz grande, barba larga postiza y campanilla.

Era éste un hombre delgado y alto, de nariz corva, barba larga, y un modo de expresarse irónico y burlón.

Estaba pálido, con la palidez impura de la enfermedad, de una enfermedad lenta: estaba demacrado, y sus ojos, sus antes hermosos ojos, casi hundidos en los alveólos: la barba larga, el aspecto macilento: la actitud como de hombre cansado, y de tiempo en tiempo desgarraba su pecho una tos seca, aguda, terrible.

Mas su furia, no tanto por el dolor, se convirtió en nuevo espanto, cuanto porque observó que al dar su trompis, todas las cabezas habian achatado i estirado sus narices hácia la boca i habian echado barbas largas i cuernos retorcidos, convirtiéndose en cabrones de todos colores i aspectos.

Había matado más de cuatro, cuando se lanzó sobre él un sargento de dragones alto, gigantesco, con unas barbas largas y rojas y una mirada feroz.

Sus ojos estaban hundidos en las órbitas, sus mejillas enjutas y descarnadas, sus cabellos enmarañados y súcios, y su barba larga, erizada y asquerosa.

A principios del reinado de Carlos V, en España se introdujo la moda de las barbas largas, a la tudesca.

Visión del sacerdote: la simbólica del gesto; el poder de las evocaciones divinas: la hostia, nieve sobre la pompa de los oros y la gracia ascendente de los cirios, ¡Suena, suena, haz estallar tu alma por tus tubos, órgano de Pamplona que toca el organista de barba larga.

Sabios como usted—exclamé con calor; sabios como usted, de barba larga y entendimiento corto.

Se distinguían por la blancura de su piel y por las barbas largas y espesas, que daban á su fisonomía un aire imponente.

Su mano descarnada y su barba larga le daban cierto aire de adusta gravedad.

Uno de ellos era el Santo Negro, un hombre bajito y rechoncho, cetrino, con unos ojillos brillantes y hundidos como los de un jabalí, unas barbas largas, negras y espesas, y una gran cadena de plata en el chaleco.

Lo referido á Vargas por su amigo es que la señora (falta averiguar si el tal capitán la conoce, ó si, habiendo visto entrar en la casa á otra mujer, da en creer de buena fe que era la persona de quien tanto se habla hoy) llegó en coche simón con un sujeto, del cual no puede decir sino que tenía barba larga y rubia.

Las Cabras alcanzaron Que Júpiter excelso Les diese barba larga Para su autoridad y su respeto.

Según tradición de los Chibchas, Bochica, hombre misterioso, como hijo enviado del Sol, fué un sabio legislador y bienhechor de los Muiscas; era de raza diferente de la de los demás hombres indígenas, pues era blanco y tenía barba larga: enseñó, también, muchas cosas á sus pueblos, como las artes, el culto al Sol y la construcción de templos y ciudades. Manco-Capác

Aracil gastaba un poco de melena, llevaba la barba larga y puntiaguda; los quevedos, de concha, con la cinta gruesa; el sombrero, de copa, con el ala más plana que de ordinario, y levita.

El indio les dijo que unos hombres de barbas largas como ellos habían venido del cielo y hecho la guerra a su gente.

Si esto lo dixera un rapagon desbarbado, adelante, pudiera passar por rapazada; pero decirlo y estamparlo un hombre, que afecta profession de barbas largas, no merecia que se las arrancassen todas pelo á pelo?

Patrich, viejo, cojo, pequeño y jorobado, de cara audaz, barbas largas y blancas, los ojos redondos, negros y brillantes, ojos de lechuza, la nariz chata, la frente ancha y prominente y la calva hasta el cogote, tenía un aire socrático.

28  oraciones de ejemplo con  barba largas