466 oraciones de ejemplo con cerveza

¡Ah, con ninguno! ¿Entonces conviene usted en que es un hombre atrevido, intratable, digno de que le vierta toda la cerveza de esta botella por el cuello abajo?

Aquel sitio no era otra cosa que una de esas largas y espaciosas bodegas, que los fabricantes de cerveza de Londres poseen a orillas del Támesis.

cuanto pude, le mis consejos (porque los porteños éramos "censés" ser tenorios consumados), y, por fin, me anunció un día que había hecho relación con la familia y que habían organizado, de acuerdo, un baile para el sábado próximo, baile al que debíamos concurrir siete u ocho de nosotros, siempre que nos hiciéramos preceder por algunas libras de yerba y azúcar, algunas botellas de cerveza y ginebra, etc.

Después de cada pieza, obsequiábamos naturalmente a las damas con un vaso de cerveza, acompañándolas con una frecuencia alarmante para el porvenir.

Eramos siete en todo; dos treparon en las ancas del compañero que nos había traído el aviso, después de darle tiempo a que absorbiera una botella de cerveza íntegray los otros cuatros procuramos arreglarnos sobre el caballo del viejo que a todo trance pedía luz, como Goethe moribundo.

Pues sísiguió diciendo Horacio llenando su copa de cerveza.

Los ricos, los que han estado alguna vez en Manila, y han visto algo más que los otros, han comprado cerveza, champagne, licores, vinos y comestibles de Europa, de lo que apenas probarán un bocado ó beberán un trago.

Desierto á esta hora el verandah de la cubierta alta, porque el pasaje se recluye á la música y al te del comedor, pido una cerveza.

Se juntaban por las noches en la sala baja, y allí era el dialogar por señas, el reir de todo, el vaciar botellas de cerveza (pagadas por el descendiente de Abraham, porque Isidorita jamás permitió á nuestro filósofo el goce de un ochavo); y allí era el encender puros y el hablar cosas que recíprocamente no entendían.

En su frugal pobreza, Jorge sólo gastó en el viaje cinco peniques y medio, en un litro de cerveza, medio de leche, un pedazo de pan y dos manzanas.

Estábamos en la veranda, muy cerca el uno del otro, y los camareros, cuando pasaban llamados por algún viajero que pedía wisky and soda, cerveza ó aperitivos, apresuraban el andar, por no ser molestos á los enamorados españoles.

Tenía ganas de beber cerveza fresca, y atribuía su debilidad a lo vacío del estómago.

Después de sentarse en un rincón, sombrío y sucio, ante una mesita mugrienta, pidió cerveza y bebió el primer vaso con avidez.

El judío en tai percance retrocedió con mas ligereza de la que era de esperar en un hombre de su edad y apoderándose del jarro de estaño se preparaba para arrojarlo á la cabeza de su adversario, cuando Cárlos Bates llamando en este momento su atencion por un ahullido espantoso cambió el destino del jarro y Fagin lo arrojó lleno de cerveza á la cabeza de este último.

Puede darse por muy feliz que haya recibido solo la cerveza y no el jarro, pues de otro modo hubiera hecho mi negocio con alguno.

El diablo me lleve si mi corbata no está llena de cerveza .

Este último tenia un grueso baston, una gruesa cabeza, gruesa fisonomia y parecia haber bebido toda la cerveza que su grueso vientre podia contener.

Sois muy bueno señor! contestó Giles La señora me ha encargado que distribuyera cerveza; y como no me sentia del todo dispuesto á permanecer solo en mi aposento queriendo además gozar de la ventaja de la sociedad, bebo mi porcion en compañia de esos caballeros y de esas señoras que veis.

El doctor que generalmente era conocido por el hombre mas bonachon que jamás haya existido, hizo esa pregunta con un tono tan conciso que Giles y Brittles aturdidos por la cerveza y por la agitacion en que les ponia este exámen se miraron fijamente uno á otro en un estado de completa estupefaccion.

Giles se dirijió á ella en derechura y habiéndose hecho llevar un jarro de cerveza y vasos, anunció con aire de complaciente dignidad que produjo grande efecto, que en consideracion á su conducta brillante cuando la tentativa del robo habia placido á su ama depositar en la caja de ahorros la suma de veinte y cinco libras esterlinas en su nombre y por su propia cuenta.

Conducidnos á la sala y servidnos un plato de fiambre y una pirta de cerveza

Subió sobre un taburete, aplicó el ojo al vidrio y pudo divisar á maese Claypole comiendo su fiambre y bebiendo su cerveza en compañia de Carlota.

Despues que maese Claypole hubo manifestado su opinion en tales términos, miró el jarro de cerveza con aire deliberado; y habiendo sacudido su contenido hizo una señal de inteligencia á Carlota y bebió un trago que pareció refrescarle completamente.

Entonces acuden al teatro, al restaurant, al whisky, a la cerveza, a la dama de mejillas repintadas.

Cerveza a grandes tragos, whisky a pequeños sorbos.

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