25 oraciones de ejemplo con colchoneta

, para diario; Una colchoneta y una manta, y Un arca de pino, pintada de almagre, para guardar, durante el viaje, la ropa que Andrés no llevase puesta.

se han tendido unas tablas de pino; entre estas tablas y la cubierta, espacio mucho más bajo que la talla de un hombre, se han colocado en fila tantas colchonetas como son los pasajeros: una de ellas es la de Andrés.

Mientras golpea colchonetas y despliega sábanas, empieza á hablar con la verbosidad de un hombre condenado á largos silencios.

Arrolla la colchoneta por esa punta para quesirva de almohada...

Qué clase de muebles y utensilios llevaba, tales como fogón, literas, colchonetas, coys, sillas, bancos cajonados, envases para víveres, aguada, etc.

Los oficiales y cualquiera otra persona pasajera, por alto que fuera su rango, habían de contentarse con el trasportín ó colchoneta, liados durante el día en petate de esparto y almacenados en la bodega; tendidos de noche donde no estorbaran.

San Ignacio tendido en una colchoneta leía un libro, vestido con gregüescos y capotillo de vueltas de velludo como un galán del teatro clásico.

Mientras hablaba el hermano, el doctor, mirando el monigote de cera, tendido en la colchoneta, pensaba en el hombre sombrío, en el vasco de carácter complicado, que llenó el mundo con su nombre, siendo cada período de su vida una contradicción violenta.

Los capitanes y personajes tenían por toda comodidad una colchoneta arrollada en el castillo de popa.

La tripulación, cinco hombres y un muchacho, cenó después de la maniobra de salida, y una vez rebañado el humeante caldero, en el que hundían su mendrugo con marinera fraternidad desde el patrón al grumete, desaparecieron por la escotilla todos los libres de servicio, para reposar sobre la dura colchoneta, con los vientres hinchados de vino y zumo de sandía.

El fogón sólo tenía algunas ascuas; los cacharros, sucios de chocolate, estaban ocultos en el rollo de las colchonetas.

Entraban con ella los padres de los novios, los individuos más ancianos de las dos familias, y luego de cerrada la puerta, tendíase la muchacha en una colchoneta, con su corona y su banda.

Se acordaba como si hubiese ocurrido ayer de cuando le servía de niñera y se acostaba con él en el camarote de la barcaza, haciéndose un ovillo para dejarle la mayor parte de la colchoneta.

Los que hacen el viaje por primera vez, admiran el color negro y la crespa y lanuda pelambrera de los lancheros; compran las frutas raras amontonadas en las barcas que circulan como insectos en torno del gigante marino; admiran su sabor exótico, y al fin acaban por volver la espalda a la costa, tendiéndose en sus mantas y colchonetas, aburridos de esta inercia, deseando reanudar antes el viaje.

En estos pesebres se acomodan los marineros para dormir, sobre la ropa que tengan de sobra, y debajo de la que vistan; pues son allí tan raras como las onzas de oro las mantas y las colchonetas.

En el centro, la cama de operaciones radiográficas, con su cabecera movible y su colchoneta de terciopelo mustio.

La casa era grande y estaba ruinosa; la única parte habitable, además de la cuadra, era aquella especie de zaguán donde cenamos, y en el que dormían las gitanas, en unos felpudos y colchonetas puestos en un rincón.

Los judíos se quejaron de cansancio, y el más joven, desatando una colchoneta, la tendió sobre cubierta y trató de descansar.

Por la escena aparatos de gimnasia: escaleras, pesas, poleas, en la pared panoplias con armas y caretas de esgrima, y por el suelo una tira de linoleum y una colchoneta.

Cuando los estufistas tendieron a lo largo del corredor y bajo mis asientos los tubos de la calefacción, y los tapiceros me alfombraron y revistieron mi interior de mollares colchonetas, pensé: Los que viajen conmigo ya no sentirán frío.

Como los vagones aún están vacíos los recorre todos, buscando el mejor asiento: va, vuelve, tantea la solidez de las redecillas para equipajes, examina si las ventanillas cierran bien, palpa las colchonetas, se fatiga, se ensucia las manos... y, al fin, elige sitio.

Mis curanderos arrancaron todo mi linoléum, bajo el cual aparecieron algunos trozos usadísimos de alfombra; asímismo se llevaron mis colchonetas, mis respaldos y mis redecillas para equipajes, y desarmaron mis asientos: las cortinillas, las abrazaderas, los espejos, los anuncios, las mesitas de las entreventanas, los ceniceros... ¡todo desapareció!... Del compartimiento-dormitorio no quedó nada.

Encuentro tendidos en colchonetas ó simples mantas á varios hombres flacos, de tez pálida, y una transparencia malsana en las orejas y la nariz.

En el centro de la estancia, sobre unas colchonetas que al efecto había introducido la encargada, las siete mujeres, desnudas, comenzaron a hacer simulaciones de amor lésbico y otra porción de nauseabundas monstruosidades.

Trajo una lámpara la niña del ama, pues era ya casi de noche, y don Remigio hizo sentar a su huésped en el largo sofá de Vitoria con colchoneta de percal rojo rameado, ocupando él un sillón verde, cubierto en brazos y respaldo por estrellas de crochet.

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