177 oraciones de ejemplo con guido

Traducción de Guido Rubetti y José León Pagano.

Guido de Arezzo

¡Vivir, un poeta, en Nueva York! ¡Me figuro a Carlos Guido en Manchester! Pombo, como Guido, nunca ha tenido la noción del negocio, y tengo para , que allá en el fondo de su espíritu, ha de haber una sólida admiración por esos personajes opacos que logran, tras un mostrador, labrarse, con la fortuna, la deseada independencia de la vida.

¡Vivir, un poeta, en Nueva York! ¡Me figuro a Carlos Guido en Manchester! Pombo, como Guido, nunca ha tenido la noción del negocio, y tengo para , que allá en el fondo de su espíritu, ha de haber una sólida admiración por esos personajes opacos que logran, tras un mostrador, labrarse, con la fortuna, la deseada independencia de la vida.

La expedición guerrera de Carlomagno contra el gigante sarraceno, Fierabrás; los combates incesantes entre los caballeros moros y cristianos; el lugar encantado, con su río de verdes orillas; el puente maravilloso, que aparece y desaparece, y el palacio mágico, edificado en la cabeza de un enano de bronce, forman el marco, en cuyo centro se desarrollan los amores de Guido de Borgoña y de Floripes.

Guido cae prisionero en una salida que hacen, y ya está á punto de sucumbir, á pesar de los ruegos de Floripes, cuando sus compañeros lo libertan, y se abren paso por el ejército de Fierabrás para poner en noticia de Carlomagno la situación apurada de sus pares.

El Emperador está separado del territorio sarraceno por un río temible y torrencial, no habiendo en él más que la puente de Mantible, guardada por el gigante Galafre; pero Guido se lanza con su corcel en la corriente, y llega así al lugar ocupado por los cristianos.

La victoria se decide al fin por los cristianos: el puente es hecho pedazos por ellos; Fierabrás cae desde él á los pies del Emperador, amenazándole hasta en su caída; Carlomagno da orden de tratarlo con dulzura, y Floripes da su mano á Guido.

De esta historia tomó también Don Quijote la receta de su bálsamo incomparable, defendiendo el crédito que merece con las palabras siguientes: «¿Porque qué ingenio puede haber en el mundo que pueda persuadir á otro que no fué verdad lo de la infanta Floripes y Guido de Borgoña; y lo de Fierabrás con la puente de Mantible, que sucedió en tiempo de Carlomagno, que, voto á tal, que es tanta verdad como es ahora de día?»

L.S.= Tomas Guido.

Un año adelante acompañaba yo al rey y me cruzaba en Mesina el mismo día que Ricardo, Felipe Augusto, Godofredo de Bullón y Guido de Lusiñán.

, en la forma en que ha llegado hasta nosotros, tuvo su origen en la Iglesia Católica, siendo, primeramente, San Ambrosio, poco después San Gregorio, más tarde, Guido D'Arezzo, y, últimamente, Cristóbal Morales y Juan de Palestrina, los verdaderos fundadores de la música religiosa, generadora ésta, a su vez, de las demás formas de la composición e interpretación musical.

Pero no ha aparecido, y el nuevo historiador, que trata este episodio con la debida extensión y con notable habilidad, ha debido apoyar únicamente sus conjeturas en esa famosa carta, en las revelaciones de Guido, tales como salieron en la Revista de Buenos Aires y en los antecedentes por todos conocidos.

Lionelo y Zerbino, por su parte, continuaban su obra de exterminio, con un ardor siempre creciente; y hasta el mismo Carlomagno y Olivero, Turpin, Guido, Salomon y Ogiero cumplieron con su deber en aquella jornada, tan fatal para los moros, que estuvieron á punto de perecer todos en ella.

Guido el salvaje, reducido á la esclavitud por las impías mujeres que en aquella costa dominaban, combate con Marfisa, ofreciéndole despues hospitalidad en su palacio, juntamente con sus compañeros.

" Estas palabras que el Sr. Ouseley dijo al Sr. Guido en el Rio de Janeiro, segun aparece de la nota de este, que hemos publicado con el número 3, nos han movido á escribir algunas líneas sobre ciertos productos de nuestro Rio de la Plata, comunes á la Rusia; y sobre el comercio que de ellos hacemos, especialmente con la Inglaterra.

El tratado con el Brasil fué celebrado por la administracion del Coronel Dorrego; el ministro que le ajustó fué el mismo General Guido que hoy representa á Rosas en el Janeiro, el Congreso Jeneral que le aprobó y autorizó su ratificacion, fué la Convencion reunida en Santa , despues de la caida del Gobierno Nacional que presidia el Sr. Rivadavia.

Clemente IX es el jefe de esos Rospigliosis, á cuyos jardines acudís para ver la Aurora de Guido Reni, pintada en los techos de sus casinos, donde parece haberse condensado un pliegue de la rosada túnica del alba, y en ese pliegue danzar las ninfas vestidas de gayas gasas, y rodar el carro del sol, presidido por la jóven y divina Íris, que invocára tantas veces en sus poemas Homero.

¡Así fué el gran gesto de nuestro Guido, negándose a la apoteosis con que se le hubiera querido obsequiar! Pero ¡qué gran diferencia de poeta a poeta!

Guido es un placer intelectual, alegre y reconfortante; y a veces toca, como sabéis, helénica y admirablemente, la flauta, mientras le hacen de bajos sus vecinos, los leones de Palermo.

Así, decía: «es un moreno atrevidísimo como Malek-Adhel», ó bien «celoso y fiero como un Guido de Lusignan.

Creía Cimabue ser árbitro en el campo de la pintura, y ahora es Giotto al que se aclama, de modo que ha quedado obscurecida la fama de aquél: de igual suerte un Guido ha despojado a otro de la gloria de la lengua, y acaso ha nacido ya quien arroje a los dos de su nido.

No te asombres, Toscano, si ves que lloro al recordar a Guido de Prata, y a Ugolino de Azzo, que vivió entre nosotros;

Entre las tentativas hechas antes de Colón para llegar á la India por la vía directa del Oeste, pone Malte Brun el viaje de Vadino y de Guido de Vivaldi en 1281.

Es muy sencillo aconsejar a los labriegos de la Pampa: siembren trigo ya que la necesidad del duro pan ha modificado el consejo de nuestro Guido Spano, cuando desde aquel remoto empleo agrícola que le deparó el destino, decía a los chacareros: planten rosales, señores, muchos rosales, para dulcificar la vida"...

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