¡Pues no digo nada de su hijito el señor don Claudio Bozmediano, que al principio era socio de la Fontanal dijo uno de los desconocidos.

Al... a tu hijito, a tu nenín de tu alma.

Hay que dispensarlo, hijito; si ya sabes que esto no es el Café de París; no podemos dártelo mejor.

Nada importa que te falte una mano; yo te cuidaré: serás mi hijito.

Un borracho que con su mujer come salchicha, le larga á un hijito suyo un puñetazo que le tira contra el suelo.

Pero estaba de Dios que aquella resolucion no habia de venir... * * * * * * * * * * * * * * * Cuando Martin volvió á su casa, encontró las puertas cerradas y selladas, y á su hijito llorando en la calle.

Danae estrechó a su hijito entre sus brazos, temiendo por momentos que una ola mayor que las demás les sepultara para siempre en el fondo del Océano.

Ante la mujer azotada y cubierta con la sangre de su hijito degollado por el salvaje para mayor tortura, el corazón del bravo recobra todo su brío.

Porque aquellas palabras del poeta y otras del obispo, que al confirmarme me dijo: «Hijito, seas santo», no he dejado de repetirlas un solo día desde que las oyera, y han sido acaso mis oraciones más fervorosas, para que ellas me guarden de toda vanidad.

¡Has hecho bien! ¡Has hecho bien, mi hijito, en escaparte! ¡Pobre mi hijo!exclamaba.

Siento que pases estos malos ratos; pero no hay más remedio, hijito.

Cogeré á mi hijito por un brazo y me iré á vivir á una casa de huéspedes...

Bueno, hijito replicó declarando en el tono su alegría.

«Leña, hijito», le contestó él.

«Porque no tengo plata, pues, hijito».

Quiso saber qué había ocurrido, y el viejo, entre sollozos le dijo:«¡Ay, Delgadino! esta mañana mandé al mozo con mi hijito menor al campo y de repente salió de debajo de un gran peñasco que hay a la orilla del camino, un enorme Culebrón que se llevó a mi hijito.

Quiso saber qué había ocurrido, y el viejo, entre sollozos le dijo:«¡Ay, Delgadino! esta mañana mandé al mozo con mi hijito menor al campo y de repente salió de debajo de un gran peñasco que hay a la orilla del camino, un enorme Culebrón que se llevó a mi hijito.

Ay, ay, ay! pobre hijito mío! ya no te veremos más!» Delgadina se entristeció mucho, porque el niño arrebatado por el Culebrón había sido siempre muy cariñoso con ella y era su regalón; pero pensaba entre sí que el Culebrón bien podía ser la culebrita que ella había criado, y le dijo al viejo que la llevara al lado del peñasco.

Estas son las torres que cantan y las almenas que bailan; pero ¡dame tu guitarra, hijito!

¿Tal vez es la vida del Rey mi padre? No, hijito; esa es mi vida, que, como ves, durará más, mucho más que las otras; pero dame tu...

Treinta centavos no más les quedaban, cuando la antigua lavandera le dijo a Miñique: Hijito, tome este diez, y vaya a la carnicería y me lo compra de carne.

La viejecita le dió las gracias y le preguntó: ¿A dónde va, hijito? A buscar a mis padres, a quienes no conozco ni sé dónde se encuentran,le contestó Soly le contó su historia.

¡Gracias, hijito! ¿Y se puede saber a dónde va?

Entonces la comadre Zorra lo perdonó, y por librarlo más luego, cortó el cordel; donde el pobre León, hijito de mi alma, casi se mató del costalazo que se dió.

Un indiazo de aquellos estaba maltratando a una cautiva cristiana, en cuyos brazos latía un hijito ensangrentado.