Castro se sitió penetrado de frío como si estuviese metido entre hielo y no en agua tibia.

Su conocimiento dióme tal pesadumbre, que decidí quitarme la vida; entonces llegó Minandro y sitió con ejército la ciudad de Albania.

El padre se hartó de enviar dinero, sitió por hambre a su hijo, y éste tuvo que volver a los patrios lares harto desconsolado y mohíno, pero convertido en el caballerete más elegante que había pisado el suelo del Brasil desde los tiempos de Pedro Cabral y de Diego Correa, apellidado Carumurú y fundador de Bahía.

López Moreno sitió a Beatriz por hambre, y entre el embargo y la boda no hubo más remedio que capitular.

Aprovechando esta oportunidad el emperador Alfonso, marchó con su ejército sobre Córdoba y la sitió.

La Guardia civil nos sitió y tuvimos que escaparnos por las ventanas.

La Guardia civil nos sitió y tuvimos que escaparnos por las ventanas.

Á la par con esto el príncipe de Orange sitió á Boduch, tantas veces perdida y recobrada por los españoles, ayudado de un cuerpo de tropas francesas que, al mando del mariscal de Chatillón, servía en Holanda, con permiso de su Rey.

Sitió el nuevo General á Maestrick y se mantuvo dos meses delante de la plaza, hasta que con noticia del apuro en que á Breda traía puesta el de Orange, se levantó de allí para ir al socorro.

Mientras el príncipe Tomás proseguía el asedio de la ciudadela de Turín, sitió el marqués de Leganés al Casal.

Alentado el francés, cayó sobre Turín, y no sólo metió socorro en la ciudadela, sino que sitió al príncipe Tomás dentro de la ciudad.

Un ejército francés, compuesto de más de veinticinco mil hombres, mandado por los Mariscales de Schomberg y de la Meillerai, sitió sucesivamente á Colliure, á Perpiñán y Salsas, que eran las plazas que defendían la provincia, viniendo el mismo cardenal Richelieu con el rey Luis á los campamentos para dar mayor estímulo á los soldados.

Sitió el conde de Harcourt á Montcalvo y la tomó, y en seguida se puso sobre Ivrea.

Allí, fortificado en los mismos reductos y baterías de los franceses, que no habían tenido tiempo de deshacerlos todavía, sitió de nuevo la plaza, la cual, no provista de municiones ni bastimentos, tuvo que rendirse.

Sitió la importante villa de Flix, tantas veces acometida en vano, y la rindió sin que el de Vandome pudiera estorbarlo.

Luego reforzado recorrió el Ampurdán y sitió á Cadaqués, que estaba ya bloqueado por algunos bajeles; rindióla, y desde allí fué sobre Castellón de Ampurias.

Sitió el de Candale á Castellfollit deseoso de castigar al Gobernador y de recobrar la plaza; socorrióla D. Próspero Tuttavilla con escogido escuadrón de caballos, no sin pérdida del enemigo, y en su retirada al paso del Fluviá fueron acometidos los franceses por Mortara con el grueso de sus fuerzas, y obligados á echar al río dos cañones que llevaban, perdieron muchísima gente dispersa.

Sitió á Valencia del Pó y no pudo recobrarla, porque acudieron al socorro los enemigos; mas en cambio impidió á éstos, mandados por el Modenés y el príncipe de Conti, con varias y acertadas combinaciones, que se apoderasen de Niza de la Palla, sitiada todo un mes por ellos.

De allí fué á San Venant y la tomó, y luego precisó á los nuestros á levantar el campo de delante de Ardres; por último, sitió á Mardik, fortalecida y guardada por los españoles, tomóla en ocho días, y la puso en manos de los ingleses mientras que cumplía el Tratado rindiendo á Dunquerque.

Francisco I envió á Lautrec con un numeroso ejército para salvar al Papa y á los cardenales de la cautividad en que los tenia Cárlos V; pero cuando el general francés llegó á Italia, ya estaba el Pontífice en libertad, por lo cual tuvo la audacia de querer apoderarse de todo el reino con la gente que llevaba, y sitió á Nápoles, devastando todo el país con incendios y rapiñas.

Sitió su Excelencia la villa de Watendonck, y con hallar las dificultades que yo le habia dicho, con su buena diligencia y valor, y la ayuda de Dios, salió con la empresa sin proseguir más adelante.

El conde Guillermo, que estaba en el fuerte nuevo de la Bretanga, que hacia, se puso en campaña con artillería, sitió y batió el castillo de Wedden, y los de dentro se rindieron sin esperar asalto.

«La reina Isabel, nos dijo, le sitió con un egército poderoso; mas él, mirándolo desde lo alto de su fortaleza, se burlaba de sus esfuerzos.

Alatorre cuando sitió á Jalapa.

Tomó por sorpresa varios fuertes de La Florida, y luego de transportar su artillería en lanchas por el Misisipí, sitió á Baton Rouge, obligando á su guarnición á rendirse.