Al aproximarse a la verja vislumbraban a la muchedumbre de obreros, mujeres y niños que habían acudido de Riosa al ruido de la fiesta.

Más lejos no se vislumbraban más que grandes barrancos pedregosos, desmoronamientos, cascadas, nieves y ventisqueros.

El tugurio es sombrío y ahumado: devoran gusanos cofres, mesas y vigas: en los rincones donde no puede penetrar del todo la mirada, se vislumbran formas indecisas, cubiertas de basura y telarañas.

El mundo tangible y gustable le seducía más que los incompletos conocimientos de vida que se vislumbran en el fugaz resplandor de las ideas sacadas a la fuerza, chispas obtenidas en nuestro cerebro por la percusión de la voluntad, que es lo que constituye el estudio.

El joven marqués de Pierrepont, cuyo diletantismo ocupábase casi con idéntico entusiasmo en las cosas del sport como en las del arte, y que era un juez eximio en ambas materias, fue uno de los primeros en vislumbrar el gran porvenir que la fortuna reservaba a Jacques Fabrice.

De los rincones inexplorados de su alma surgen, a veces, como relámpagos, unos rayos fugitivos que me dejan vislumbrar su misterio, y se apagan después sin que se haya determinado nada preciso.

Entonces, rechazando como vergonzosa la posibilidad de haberse enamorado, sacrificó su gusto al pícaro amor propio, y determinó huir cuanto antes de Cristeta, en cuyos encantos comenzaba a vislumbrar, no una conquista semejante a sus anteriores hazañas, sino una red capaz de aprisionarle para siempre.

Hé aquí los objetos que se veían ó se vislumbraban en la estancia.

Los comerciantes y porteros, sabiendo ya por experiencia en lo que paraban estas manifestaciones estudiantiles, en cuanto vislumbraban una se apresuraban a echar el cerrojo.

Aún no se vislumbraban los primeros resplandores del día: verdad que la noche había sido tenebrosa y en toda ella no había cesado de llover.

El tardo paso de las mulas me dejó vislumbrar una Madona: Sostenía al Niño en el regazo, y el Niño, riente y desnudo, tendía los brazos para alcanzar un pez que los dedos virginales de la madre le mostraban en alto, como en un juego cándido y celeste.

Los grandes propietarios vislumbran que pueden existir placeres hasta entonces ignorados.

Su expresión de ángel está rodeada por la opulenta cabellera rubia como por un humano marco de pasión, y bajo sus blusas, sueltas como túnicas, toda la castidad que derrama su semblante no impide vislumbrar la elástica y larga elegancia de un cuerpo macizo y fino, poderoso.

Balbina permaneció suspensa y boquiabierta, sin vislumbrar aún el verdadero fin a que iba enderezado todo aquel discurso, y con un rostro sobre el cual las palabras del anciano habían estereotipado los rasgos de una estupefacción suprema.

Luego, ya llegó un tiempo en que no sé si por costumbre, por el hábito de verlos, ó por vislumbrar la posibilidad de echarlos de España, comenzamos á perder el odio por los invasores.

Los poetas, los grandes guerreros, los frailes, los teólogos, los hombres de inteligencia cultivada entreven una sociedad mejor, vislumbran un mundo moral superior á aquel en que viven y se agitan los pedigüeños y desnudos, los holgazanes, pícaros y demás gente menuda.

Los poetas, los grandes guerreros, los frailes, los teólogos, los hombres de inteligencia cultivada entreven una sociedad mejor, vislumbran un mundo moral superior á aquel en que viven y se agitan los pedigüeños y desnudos, los holgazanes, pícaros y demás gente menuda.

Eva le recibió con sobresalto; mas él, habilidoso y precavido, le habló muy finamente, sin descubrir del todo sus intentos; sólo se vislumbraban un poquito, como si el manto de razón y prudencia que los envolvía fuése alzado en descuido inconsciente por un soplo violento de pasión.

Las armas de los centinelas vislumbraban a sus rayos despidiendo vivos reflejos al moverse, y el río, semejante a una franja de plata, corría al pie de la colina con un rumor apagado y sordo.

Casi al pie se extendía el lago de Carucedo, rodeado de pueblos, cuyos tejados de pizarras azules vislumbraban al sol siempre que se descubría; y terminado por dos montes, de los cuales el que mira a Mediodía estaba cubierto de árboles, mientras el que da al Norte formaba extraño contraste por su desnudez y peladas rocas.

La habitación, reducida y atestada de trastos que se vislumbraban apenas, sugería visiones de alquimia y de hechicería medioeval.

Pedro bajó los ojos... En su imaginación continuó viendo á los dos amantes: él, joven, caminando con la orgullosa petulancia de los mozalbetes que van acompañados de una mujer guapa; ella vestida con un trajecillo claro, bajo el cual se vislumbraban las curvas opulentas de su cuerpo, nalgueando con impúdica majestad, mostrando una doble hilera de blancos dientecillos entre dos labios rojos que la felicidad de vivir entreabría...

Luego, por un lado, aquella fortísima tiniebla palidecía, y sus ojos, esos ojos con que las almas ven aunque los párpados estén cerrados, vislumbraban una mancha glauca y amorfa, un temblor indeciso, una especie de nimbo espectral.

Esta pretensión, mezclada quizás á un poco de envidia por mi buena figura, y de celos por cierta condescendencia de algunos profesores, desencadenó la enemistad de los muchachos, y el «monitor-pajuerano», como me decían, fué la víctima de sus camaradas, que no vislumbraban siquiera, tras él, la sombra omnipotente y amenazadora del papá.

En la sombra, más adentro, se vislumbran otros dos escuderos vestidos también de hierro como sus señores, y con barbas igualmente largas y blancas.