117 Adverbios para describir cómo pidió

Jamás le pedí cosa alguna que al punto no me concediera.

El mendigo pedía, humildemente, un ligero favor, el marinero se lo hacía, y el viejo resultaba nada menos que San Pedro, que en agradecimiento concedía al marinero un don.

Aquí las he respondió la dueña con este buen hombre, que me ha pedido encarecidamente que vaya a poner en la caballeriza a un asno suyo que está a la puerta del castillo, trayéndome por ejemplo que así lo hicieron no dónde, que unas damas curaron a un tal Lanzarote, y unas dueñas a su rocino, y, sobre todo, por buen término me ha llamado vieja.

Que ayer mismo pedí y obtuve su mano.

El navío pedirá sus papeles mañana y pasará la visita, de modo de levar anclas á las siete de la noche.

Gurdilo pidió inmediatamente la palabra.

Pero si así no fuese, si nunca he de poder dirigirle la palabra, ni contemplar su dulce rostro, ni oír sus frases de amor, entonces, a este lado de la tumba, viviré como debe vivir el hombre a quien ella ama; y después, lo único que anhelo y pido para el más allá, es el sueño de los sueños.

El joven hablaba con entusiasmo, y Popito, á pesar de que vivía en la triunfante República de las mujeres, mostraba al escucharle una supeditación de hembra feliz que desea verse dirigida y únicamente pide amor.

Yo se lo he pedido anoche y esta mañana á la Virgen del Carmen, con tanta devoción que más no puede ser, llorando á moco y baba.

No sólo hay servilismo en política; hay servilismo tambien en conducta, y esas limosnas que el pueblo español recibe de Francia; esas caridades que le implora, cuando tantas podria hacer, cuando tantas ha hecho á esa misma nacion que nos manda hoy con sus monerías; esas limosnas vergonzantes que á Francia pide, es un servilismo de nuestra época; y no solamente es un servilismo, sino una sandez.

Nos sentamos junto a una mesa, y la trapera pidió aguardiente.

Fervorosamente pido al cielo que se despierte en la fuerza imaginativa y cree una semejanza, un símbolo de ese concepto que todo lo comprende, a fin de que absorba y ahogue la imagen, el recuerdo de esta mujer.

Finalmente, le pedía permiso para verla de nuevo en casa de Relimpio.

muera el pecado: lo que repetian con gusto y claridad, aunque con alguna torpeza: no siendo menor la complacencia de dicho P., de nuestro General y de toda la marcha, al ver exaltado el santo nombre de Dios en estos remotos laberintos, como feliz exordio de la conversion de estos gentiles, por quienes incesantemente pide nuestra piadosa Madre la Iglesia.

Cada día más encolerizado con los catalanes, deseoso de castigar su audacia y juzgándose con bastantes fuerzas para el caso, vino á dar más calor á sus intentos el continente y palabras sumisas de los embajadores catalanes, residentes aún en Madrid, que públicamente pedían perdón por los pasados escándalos, y ofrecían la enmienda, tomando por miedo de todo el Principado, lo que no era más que arte ó templanza de ellos.

Sin embargo Frantz encontró por su parte a un antiguo deportado, que era pastor a la sazón y que había conocido a Walter Bruce; y naturalmente le pidió noticias suyas.

Volvia de Málaga sin dinero, hacia mucho tiempo que no habia comido, y aun tenia que atravesar una de aquellas vastas llanuras en donde se hallan tan pocas habitaciones: muerto casi de debilidad, pidió primeramente á la puerta de una venta: Perdone usted por Dios, hermano, le contestaron.

Y perdóneme ahora la libertá con que le hablo, siquiera porque el sosiego de todos lo pide así.

Vengo á pedir al gobiernodijo solemnemente la amazonaque me el mando de un batallón.

Después pensó pedir a doña Rebeca, francamente, una entrevista con la muchacha.

¡Llevadme, llevadme pronto...! Y agitado en su interior por estos pensamientos, avanzaba penosamente, trazando zigzags como si estuviera ebrio, cada vez más pálido y extendiendo sus brazos al pedir mentalmente que lo arrancasen del mundo.

Ay del que pide eurekas al placer o al dolor.

Pero Miranda, resuelto ya a dar cima a su empresa, y considerando suficiente la preparación, un día, después de haber tomado café y leído El Progreso Nacional con el señor Joaquín, le pidió redondamente a su hija.

¡Oh Cupido, dios de los enamorados! yo, tu sierva, humilmente te pido que en esta hora muestres tus maravillas; que, pues mi libertad en la deste caballero pusiste, no consientas que tan libre triunfando tus soberanas leyes profane, haciendo mi vida con tantas cuitas y mortales deseos con deseos deseosa deshacerse.

Aquel dia no debió de acaecer sucesso considerable; por lo ménos se ha frustrado en su indagacion nuestra solicitud y diligencia, sin que en las memorias que hemos podido recoger se halle mas que lo sucedido en el mismo dia de las honras, cuya relacion pide capítulo aparte, y vamos á servir á nuestros Lectores con el capítulo siguiente.

117 Adverbios para describir cómo  pidió