83 colocaciones para casita

El caballero desconocido, arrimado a las paredes, debajo de los salientes aleros de tejas, se detuvo a la puerta de la tercera casita de su derecha y dio dos golpecitos con la punta de los dedos.

Un grupo de casitas y de hórreos se encontraba bajo la formidable masa.

La unidad italiana había derribado y reconstruido mucho, pero aún quedaban en pie varias filas de casitas, bajas de techo, con la fachada blanca ó rosada, las puertas verdes y el piso bajo más avanzado que el superior, sirviendo de sostén á una galería con balaustres de madera.

En estos mapas, el mar se simbolizaba con una ballena echando un surtidor de agua, un galeón y varios delfines; los pueblos, por casitas; los montes, por árboles, y los países salvajes, por indios con plumas en la cabeza, un arco y una flecha.

Cierto día, mientras los habitantes de la casita, retirados en el riñón de su jardín, estaban hablando entre alegremente, se oyó en la calle un alboroto espantoso, y a poco el anciano criado acudió presuroso y despavorido para advertir a su ama que una gavilla de bandidos, reunidos delante de la casa, exigían que les abriesen la puerta, amenazando con astillarla de no consentir en ello.

Ese cobertizo es el gallinero; el que le sigue, leñera, y este otro de enfrente con honores de casita con la mitad de la panza fuera del cercado, cuadra y pajar... Después os enseñaré la planta baja y el piso alto y hasta los desvanes, para que os vayáis orientando dentro del venerable palomar de Peleches.

Donde quiera se destacan entre filas regulares de corpulentos olmos, tilos y castaños, numerosas calles compuestas de casitas y tiendas repletas de todo lo que la industria puede producir mas elegante y rico en materia de joyas, sederías, cristalería, curiosidades artísticas, guantería y mil otros objetos de gusto y de uso indispensable en la sociedad lujosa, que el capricho de la moda se esfuerza por exagerar y variar hasta lo infinito.

La blancura deslumbradora de sus casitas, que cada pocos días enjalbegan las mujeres, la estrechez de sus calles, la limpieza extraordinaria de sus patios y zaguanes, acusan la presencia, por muchos años, de una raza fina, culta, civilizada, que ha dejado por los lugares donde hizo su asiento hábitos graciosos y espirituales.

En el mirador central de esta casita nuestra, transcurrieron los primeros años de mi infancia.

Pero entre las personas expropiadas debia entrar tambien una anciana, que siendo dueña de una casita en que habia una hermosa palmera, se negaba rotundamente á cederla por ninguna suma mientras no se le diese otra casa que tuviera asímismo su palma.

Apoyadas en el muro de una casita de pescadores, donde había redes colgadas a secar, Guardiana y la Comadreja miraban el motín sin tomar parte en él.

Dondequiera veia las gentes trabajando: los hombres como carreteros y en otras duras faenas; las mujeres conduciendo el arado, desyerbando ó aporcando las sementeras de hortalizas; los chicos cuidando de algunos pequeños rebaños; las buenas viejas hilando bajo el umbral de sus casitas ó en el fondo de un jardín.

XIII Al palidecer el paisaje con una ligera marchitez de otoño, la casona de Ensalmo hallóse lejos, moralmente, de la casita de Eva; sólo el cariño de Tristán y Lali las enlazaba, tendido como un cable de socorro entre dos náufragos que agonizan.

Íbamos por el lado del bosque, y al pasar observé que había humo en la chimenea de la casita, luz en las ventanas, y frente a la puerta, de par en par, unos cazadores, unos cazadores equipados completamente y una traílla de perros que saltaban.

Los huertecillos se convierten gradualmente en jardines y las chozas en casitas de aspecto europeo.

Aquel pequeño muro, blanqueado y cubierto de enredaderas, había sido levantado para aislar la azotea del colegio de una casita pequeña y humilde, pegada como una modesta verruga al grandioso edificio que ocupaba el resto de la manzana.

Fué en los barrios apartados, compuestos de casitas de madera, donde el incendio produjo mayores daños.

Había amanecido del todo, disipándose la niebla; el sol doraba ya con alegre reflejo las cimas de los árboles, las aguas de los manantialillos que brincaban del monte á la carretera, los cristales de las casitas que de trecho en trecho se asomaban curiosas con su cerca, sus dos manzanos, su emparrado de vid, su meda de centeno junto al hórreo.

En poco más se puso en la calle de O'Reilly, y subió al alto terraplén o terrado del convento de Santa Catalina, lo atravesó de este a oeste y descendió a la calle del Aguacate por la escalera de tres o cuatro escalones mencionada al principio de esta historia, yendo derecho a la casita enfrente de ella.

¡Hala, vamos! Salimos de la taberna, tomamos por una calle en cuesta a salir a una hermosa plaza, y de allá seguimos por una avenida hasta detenernos en una casita de un piso solo con una puerta grande y un escalón.

Con el dinero de la casita hubo para algunos meses.

Como era día festivo, Baltasar no la esperó a la salida de la Fábrica, sino en la Olmeda, a corta distancia de su casita.

Recordaba muy bien la distribución y ornamento de la pobre casita donde nació: con sus suelos sin alfombrar, sus ventanas sin visillos y sus paredes desnudas.

Cuando salia doña Isabel de su casita adherida á la atalaya, ó cuando salia doña Elvira del castillo para bajar á las poblaciones, siempre habia ricos y jóvenes moriscos que las aquejasen con pretensiones.

¡Siempre! esclamó: ¡siempre ese pájaro maldito! ¡en mi torreon de Loja, en las ruinas del templo romano, aquí! ¡y esa carcajada que me hiela la sangre y que me parece una amenaza!... ¡Una amenaza! ¿y por qué? En aquel momento cayó á los pies del jóven, enviada sin duda de la casita, la misma flecha que habia disparado; en las plumas de la flecha se veia enrollado un pergamino.

83 colocaciones para  casita