50 oraciones de ejemplo con asì

G. ¿Quiere la gente un buen gobierno de los Estados-Unidos? M.Cuando se convenza de la imposibilidad de obtener por ahora un Gobierno propio que á su entender es el mejor, aceptará provisionalmente el que le impongan los E.U.; pero únicamente para que le sirva de medio para llegar mas ò menos tarde á la consecucion del Gobierno propio porque asì lo exije el progreso que es ley de todos los pueblos.

Asì como llegaron, los paganos En dos alas en torno se pusieron, Desmayaron de miedo los cristianos, Cuando en medio los indios los cogieron.

A Taboba le cabe aquella parte, A està con los cinco Santiago: Aqueste es en la guerra un fiero Marte, Y asì hizo este dia crudo estrago.

Y asì vino à su lado muy ligero

Jurado lo tenia, que en la guerra Se habia de vengar, que le injuriara: Y asì le diò el castigo de este hecho,

Habian estos indios abscondido Sus hijos y mugeres, y pensaban, En viendo algo seguro su partido, En nuestra gente dar, y así hablaban, Diciendo, pocos son: mas fuè sabido El falso que en secreto concertaban; Y asì salen huyendo por las vegas, Dejando de maiz muchas hanegas.

Que en rescate del hijo una graciosa Mozuela tome, pide; asì pensando Cumplir su voluntad tan deseosa, Su rostro y hermosura exagerando: Y dícele: la tome por esposa, Y mientras, él está aquesto tratando, El Juan Ortiz la moza recibia, Y al indio sin su hijo en paz envia.

Quedó en breve tiempo tan cuajado, Cual vemos el pellejo del herizo De sus agudas puas, tal estaba, Y con esfuerzo grande asì hablaba.

Cual suelen cazadores por el Soto Con perros y sábuesos voceria Alzar, asì hiriendo á este devoto, El crudo barbarismo lo hacia.

Los indios son en grande muchedumbre, Que nunca acabaremos describillos: Difieren en los trajes y costumbre, Y asì se diferencian sus aillos; Subidos en los altos de la cumbre Del cerro, acà parecen pajarillos: Sacando allì el metal de sus mineros, Acà al pueblo lo bajan en carneros.

Parece que el morir les contento, Y asì muestran querer aquella muerte, Y vemos frecuentarse aquel asiento De perros, y morir de aquella suerte.

Asì con gran contento deseaban Que venga el español para probarse; El tiempo, noche y dia lo gastaban En su estacada, y fuerza y repararse.

Estando la ciudad asì poblada, La Trinidad por nombre le pusieron, Y la gente en cabildo congregada, Alcaldes ordinarios eligieron.

Acude Venialvo, que lo oyera, Y con soberbia grande y arrogancia Al General hablando, asì dijera: "En eso pongo yo gran vigilancia, Por ser cosa que à mi perteneciera, Pues soy Maese de Campo, y la ganancia O pérdida del campo se me fia, Como á quien, bien sabeis, pertenecia.

Sabido acá en los Charcas, fué acordado Hacer guerra cruel al Chiriguana: El caso de esta suerte se ha ordenado, Que el Presidente tiene buena gana; Y asì con grande ardid al que es soldado La voluntad en esto bien le gana, Y hácele merced en cuanto quiera, Porque entre en la jornada y cordillera.

Es el primer domingo que viene despuÈs de la muerte de su hermano... °No te pongas asÌ, niÒa!...

Al fin me dormÌ. AsÌ como lo temÌa, toda la noche soÒÈ con patÌbulos y verdugos: mas no dejaron de ser bastante curiosos y significativos mis sueÒos, por lo cual, aunque me cueste trabajo, voy a trasladarlos al papel.

Los balcones y ventanas de las casas, asÌ como las puertas de los comercios, se hallaban perfectamente cerradas.

Un poco m·s all· tropezamos con un hombre que llevaba un saco cargado sobre la espalda, el cual, asÌ que nos percibiÛ, dio la vuelta y echÛ a andar apresuradamente por una calle lateral, perdiÈndose muy pronto de vista.

Y asÌ fue la verdad.

A pesar de que este hijo tenÌa la misma edad que yo, D. RamÛn no pasaba de los cincuenta aÒos, lo cual hacÌa presumir, como asÌ era en efecto, que se habÌa casado bastante joven.

Mi gentil agresor, que estaba de bruces sobre la barandilla del balcÛn, se puso encarnado hasta las orejas asÌ que pudo distinguirme, y se retirÛ antes de que pasase por delante de la casa.

DecÌa asÌ, en una letra inglesa, crecida, hecha con mucho cuidado y el papel rayado para no torcer: Tan bien ustez me gusta a no crea que juego con muÒecas era de mi ermanita.[90] Aunque sonreÌ al leer el billete amoroso, no dejÛ de causarme sensaciÛn dulce y amable, que muy pronto hizo sitio a otra melancÛlica, al recordar que me estaban prohibidas para siempre tales aventuras.

; asÌ que las melodÌas inspiradas de la Ûpera de Bellini le causaban profunda impresiÛn, que se traducÌa por un leve temblor de las pupilas y los labios.

En su cima ó meseta, como de 50 varas, de figura irregular, se encuentra agua, depósito de las lluvias que se conservan en una pequeña fuente: en toda su superficie, se encuentran igualmente piedras de mucha magnitud: en sus superficies no hay pastos: una sola yerba es la que cubre la de todos estos montes, asì como el de la Ventana, llamada yerba de la piedra, la que tiene algunas aplicaciones en la medicina.

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