38 oraciones de ejemplo con fulminada

Bajo el golpe de la tremenda noticia que acababa de dársele, Beatriz quedó fulminada; había oído las palabras de Calvat, pero al principio no dio distintamente con su sentido; después una luz terrible se hizo en su espíritu y comprendió...

Teniendo, pues, la causa fulminada, Juntaron de mancebos gran canalla, Que es gente para todo aparejada, De españoles tambien parte se halla, A quien noticia fuè del caso dada: No hace Fray Francisco Ocampo falla, Que aunque al principio fué de la otra parte, Aquì lleva el guion y el estandarte.

El pájaro cayó como fulminado y rebotó con sordo ruido sobre la seca tierra de la viña.

Y Pollion caía fulminado por los anatemas.

Mi tío Ramón había pasado de un buen humor apacible a un anonadamiento completo, fulminado bajo el fuego de aquellas pupilas felinas.

Su aspecto era verdaderamente aterrador; había caído fulminada por un violento golpe de sangre; estaba sin conocimiento, insensible, relajada y en una inmovilidad absoluta.

El pobre padre, al ver el horrible espectáculo que presentaba el cadáver de su hija, abrasada por las llamas, se detuvo horrorizado ante él, quiso hablar, pero no pudo, fue a lanzarse iracundo sobre el amante, que en actitud vacilante no sabía qué partido tomar, pero apenas dio dos pasos cayó al suelo, fulminado por una parálisis repentina, la lengua trabada, el rostro descompuesto, el cuerpo laxo y sin fuerzas.

¿no me habéis fulminado uno y otro romance, una y otra sátira, tan poco embozadas, que todo el mundo al leerlas ha pronunciado mi nombre?

Fuera de esto les mandaron poner en sus sinagogas unos grandes cedulones DE ESCOMUNION al uso de los observantes de la lei de Moisés, fulminada contra todos los judíos que sabiendo los nombres de aquellos convertidos en otro tiempo que ahora andaban desviados de la religion cristiana, no los delatasen al santo i piadoso tribunal.

Curioso sería saber de dónde ha tomado Coleridge la noticia en sus notas al Don Juan, de Byron, de que la más antigua forma dramática de la tradición de El Convidado de piedra es una comedia religiosa, llamada El ateista fulminado, acomodada después al teatro mundano por Tirso de Molina.

Hasta entonces, aunque los Diputados puertorriqueños tomasen asiento en las Cámaras nacionales, desapareciendo así la postergación fulminada en 1837, la Constitución no se había aplicado á la comarca; dentro de sus principios se nos regía por decretos; la prensa había cobrado cierta expansión: se constituyó una Diputación provincial, y el derecho de reunión para fines políticos fué concedido.

Era una sentencia de muerte fulminada contra todos los reos i consignada en cláusulas sangrientas.

Vertido aquel chorro de sangre sobre la efervescencia revolucionaria de los moriscos, el capitan general y la Chancillería, opinaron que no era prudente extremar el rigor, y aunque habia muchos moriscos notoriamente sospechosos y contra los cuales podian haberse fulminado terribles procesos, se echó tierra al negocio, como se habia echado sobre los cadáveres de los ajusticiados, y no se volvió á hablar mas de ello.

Molina de Medrano habia fijado en ella una mirada penetrante, y hasta cierto punto amenazadora: esto consistia, en que Molina la habia conocido el año anterior, en razon á las actuaciones del proceso fulminado por el Santo Oficio contra Yaye, y en razon á pasar Angiolina en la córte por esposa del príncipe Lorenzini Maffei, á quien se atribuia la herida que habia entregado al emir de los monfíes al Santo Oficio.

Dificilmente hay en el Rio de la Plata quien no haya oido alguna vez, ó leido escrita, la acusacion fulminada, en épocas diversas, contra algunos de los mas elevados caracteres que iniciaron y dirijieron la revolucion americana, de que, despues de haberla iniciado y dirijido, procuraron hacerla traicion, trabajando por traer, en 1815, al infante de España, D. Francisco de Paula, para coronarle en una seccion de la América.

Veo que ya se ha fulminado la sentencia contra nuestras tertulias.

Habló secretamente con el carcelero, diciéndole que queria tener una entrevista con el cautivo, antes de que tuviera cumplimiento la terrible sentencia fulminada contra él.

Vive el que llevaba ese título, pero debe perder la vida, y se ha fulminado contra él dura sentencia.

Una mañana, a raíz de formidable rabieta, doña Sabina cayó fulminada.

Lo del ayuno, sin embargo, fué pura amenaza; y no porque mi padre se arrepintiese de la dura sentencia fulminada, sino por la conmiseración de cierta buenísima señora conocida nuestra, doña Bernardina de Normante, la cual, de acuerdo sin duda con mi madre, forzó la severa consigna, enviándome, desde el siguiente día del encierro, excelentes guisados y apetitosas frutas.

La mujer dió un grito, y el pobre hombre cayó como un buey fulminado, mientras la gente de la partida corría hacia el monte, donde se habían refugiado ya Insúa y Alarcón.

Cuando hubo concluído aquella tempestad de buen humor, cuando aquel simoun violento de alegría pasó, y los rostros se serenaron, el recién llegado interrogó maliciosamente á su amigo: ¿Desde cuándo no ves á Carmen? La pregunta, fulminada sin preámbulos, no extrañaba al poeta; de seguro nada inaudito tenía para él.

Estas nieblas, ahora rompidas por la miseria, no eran sino trágicos girones; estas cumbres, fulminadas por el dolor, ardían; estos orgullos, enfrenados, se encabritaban como potros cerriles.

¡Silencio en la Sala! Carlos Darnay, que así se llamaba el acusado, había negado el día anterior la terrible acusación fulminada contra él.

Anoche se le hizo saber la acusación fulminada contra él.

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