28 oraciones de ejemplo con vacadas

El Mozo chalan adelanta hacia los segundones blandiendo la luenga pica con que acucia y guía su vacada por llanos y veredas.

A lo lejos, en los valles, en las faldas de las colinas, a las orillas de los arroyos, veíanse reposando quietas y silenciosas las vacadas; los ciervos cruzaban como sombras entre los árboles, en busca de sus ocultas guaridas; las aves habían entonado ya sus himnos de la tarde, y descansaban en sus lechos de ramas; en las rozas se encendía la alegre hoguera de pino, y el viento glacial del invierno comenzaba a agitarse entre las hojas.

#vacada#, f., drove or herd of cows.

¡Qué bien se harmonizaba aquel vibrante vocerío con el despertar de valles y montañas, con los preludios del pueblo alado, con el susurro de las arboledas, con el canto idílico del Pedregoso, con el centellear de los luceros, y con el mugir de las vacadas en el cercano ejido!

Los manejaba como si fuesen hijos suyos, acompañándoles desde que nacían en la vacada hasta que marchaban a morir en las plazas como héroes dignos de mejor suerte.

Iban a ver toros en las dehesas próximas a Sevilla, a tentar becerros en las vacadas del marqués, y doña Sol, entusiasta del peligro, enardecíase cuando un toro joven, en vez de huir, revolvíase contra ella sintiéndose picado por la garrocha, y la acometía, teniendo que acudir Gallardo en su auxilio.

Además, montaría a caballo para vigilar los trabajos, visitaría los ganados de cabras, las piaras de cerdos, la vacada y las jacas que pastaban en los prados.

Y cuando por las carreteras tropezaban con alguna vacada, mientras su madre y su tía corrían asustadas á refugiarse detrás de cualquier seto, ella marchaba resueltamente hacia aquellos animales, los tomaba por los cuernos, les acariciaba la cabeza y hasta ¡oh colmo de indecencia! llegaba, á palparles la ubre.

Por sus contornos pacen libremente vacadas y rebaños de ovejas.

Juan, el mayor, dice:—Hermano, si Blas Antonio apacienta cerca de Urbión su vacada, largo camino nos queda.

Con mi música sólo he guiado yo numerosa vacada.

Cual león que, penetrando en la vacada, despedaza la cerviz de un buey ó de una becerra que pacía en el soto; así el hijo de Tideo los derribó violentamente del carro, les quitó la armadura y entregó los corceles á sus camaradas para que los llevaran á las naves.

En aquel campo logramos un espléndido botín: cincuenta vacadas, otras tantas manadas de ovejas, otras tantas piaras de cerdos, otros tantos rebaños copiosos de cabras y ciento cincuenta yeguas bayas, muchas de ellas con sus potros.

Como ponen en desorden una vacada ó un hato de ovejas, dos fieras que se presentan muy entrada la obscura noche, cuando el guardián está ausente; de la misma manera, los aqueos huían espantados, porque Apolo les infundió terror y dió gloria á Héctor y á los teucros.

Como el rojizo y animoso toro, á quien devora un león que se ha presentado en la vacada, brama al morir entre las mandíbulas de la fiera; así el caudillo de los licios escudados, herido de muerte por Patroclo, se enfurecía; y llamando al compañero, le hablaba de este modo: 492 «¡Caro Glauco, guerrero afamado! Ahora debes portarte como fuerte y audaz luchador; ahora te ha de causar placer la batalla funesta, si eres valiente.

Tomóla entonces el intrépido Polipetes y cuanta es la distancia á que llega el cayado cuando lo lanza el pastor y voltea por cima de la vacada, tanto pasó la bola el espacio del circo; aplaudieron los aqueos, y los amigos de Polipetes, levantándose, llevaron á las cóncavas naves el premio que su rey había ganado.

Á lo lejos sonaban lentamente los cencerros de las vacadas que pastaban por la parte del mar.

Siete son las vacadas, otras tantas las hermosas greyes de ovejas, y cada una está formada por cincuenta cabezas.

Doce vacadas hay en el continente; y otras tantas greyes de ovejas, otras tantas piaras de cerdos, y otras tantas copiosas manadas de cabras apacientan allá sus pastores y gente asalariada.

Y si ha muerto y está en la morada de Plutón, ¡ay de ! á quien, desde niño, puso el eximio Ulises al frente de sus vacadas en el país de los cefalenos.

Reunían la vacada en un vasto corral, de palo a pique, un poste de ñandubay clavado contra otro y otro, de tal modo que ni los perros podían disparar, cuando quedaban dentro, y allí uno por uno iban sacando los terneros, para marcarlos junto a la tranquera.

Es imposible superar la lozanía de estos alfalfares, ni un tipo más uniforme y parejo en las vacadas.

En algunos potreros advertimos la vacada de criollos, de tipos torvos y violentos, pero con las primeras intentonas de mestización; algún rebaño pampa, a medio seleccionar y algún hato caprino triscando alegre entre los árboles.

18 Y ofreceréis con el pan siete corderos de un año sin defecto, y un novillo de la vacada y dos carneros; serán holocausto al SEÑOR, con su presente y sus libaciones, en ofrenda encendida de olor [muy] aceptable al SEÑOR.

Pretende el alentado joven gloria Por dejar la vacada sin marido, Y de Ceres ofende la memoria.

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